Heiland: la realidad limita la ilusión

Sebastián Heiland, primero en el ranking mundial mediano del Consejo Mundial de Boxeo, es un honesto trabajador del boxeo profesional. Recorrió todo el país para poder convertirse en campeón. Nació en Cipolletti, aprendió este oficio y algunas labores campesinas en Pigüé y terminó su periplo nómade en González Catán, en el corazón de La Matanza, donde como fruto de su historia de amor con la boxeadora Fernanda Alegre, nació Nayra, una beba angelical.

A los 30 años, y después de esperar muchísimo tiempo, podrá capitalizar su condición de desafiante oficial del kazajo Gennady Golovkin, dirimiendo en match eliminatorio a su corona con uno de los pugilistas más protegidos por esta industria: el invicto estadounidense Jermall Charlo, ahijado de Floyd Mayweather y representado por el poderoso Al Haymon. Esta pelea se realizará hoy, en el Barclays Center de Brooklyn, en Nueva York, a partir de las a las 21 y será televisada por Fox Sports.

Después de vencer al irlandés Matthew MacKlin, en Dublín, en 2014, Heiland comprendió que debía vincularse con otros representantes para ganar dinero, prestigio y proyección. Y ponerlo en práctica demandó pleitos, litigios e inactividad. Falta de ingresos y acumulación de rabia.

Mauricio Sulaimán, presidente del CMB, comprendió su situación. Si bien jamás se lo vinculó a un combate con Golovkin, nunca se puso en duda su primer puesto en el ranking. Ahora llega su hora. Con la oposición más difícil y riesgosa para su carrera de 29 victorias (16 por KO), cuatro derrotas y dos empates, jugará a todo o nada lo gestado en diez años de profesionalismo.

¿Qué tipo de boxeador es Heiland? Un peleador zurdo, robotizado, de buena pegada, guapo y poco creativo; dependiente de su estado anímico para calibrar sus rendimientos. Tuvo recorrido internacional, pero sus últimas peleas en Argentina ante Martín Ríos y Mateo Verón no conformaron. Implicaron, en definitiva, un retroceso para su reputación.

Jermall Charlo, ex campeón mediano junior (FIB), es hermano mellizo de Jermell, campeón mediano junior (CMB). Sólo una vocal diferencia sus identidades y constituyen una gran atracción para el pugilismo americano. Jermall, de 27 años, ganó sus 25 combates (19 por KO) y dejó vacante la corona que obtuvo ante Cornelius Brundage para tentar suerte entre los medianos, hoy por hoy el peso más lucrativo de este deporte. Es talentoso y sabe armar sus ataques. Tiene buen poder para definir y sus últimas victorias le dieron un crecimiento impensado. Pocas veces sufrió en sus contiendas y allí radican las pocas esperanzas que este choque le ofrece al argentino, llevando la puja a un terreno dramático e inesperado. Desconcentrando al favorito y quitándolo de foco.

El alma de campo y el sentimiento gaucho de las guitarras del Sur que acompañarán a Heiland en esta contienda distan del ruido del rap, de las gorritas y del vértigo de un distrito como Brooklyn, en el que afrontará la instancia más trascendente de su vida.

Sus probabilidades son mínimas dentro de las lógicas del boxeo, aunque su espíritu noble, dentro y fuera del ring, siempre produjo admirables sorpresas. Y esta aventura le abrirá un sinfín de horizontes. Sería antológico poder repetirlas y arruinar la fiesta que preparan Leonard Ellerbe y la gente de Mayweather para coronar al mellizo texano.

Por Osvaldo Principi | La Nación

2 thoughts on “Heiland: la realidad limita la ilusión

  • julio 29, 2017 at 10:31 pm
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    Muy buena nota don Osvaldo.

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  • julio 29, 2017 at 10:35 pm
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    Me hace acordar de Monzon Benvenuti ojala q el gauchito pueda alcanzar la hazaña.

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