Charlo se ofrece para destronar a Lara en el 2018
Erislandy Lara va a terminar el 2017 sin mucho ruido y con pocas nueces. Uno de los boxeadores más completos de la escuadra cubana, sino el más en opinión de algunos, va a requerir de mucha ayuda de su equipo para sacar su carrera de un momento estable, tan estable que comienza a asustar, porque puede convertirse en irrelevante.
Una pelea en el 2015, dos en el 2016 y dos más en esta temporada frente a Yuri Foreman y Terrell Gausha le han dejado poco beneficio deportivo a un hombre que gana fácil y sin drama desde su controversial derrota del 2014 ante Saúl “Canelo” Alvarez.
Necesita Lara un buen compañero de baile en esta danza macabra, requiere de alguien que se arriesgue y lo haga con talento y empuje. No comparto las críticas de quienes le exigen más al campeón, al hombre con la corona en la cabeza. Son los otros, como Gausha prometió y no cumplió, los obligados.
De ahí que se agradezca la inocencia cándida de Jermell Charlo, quien en la transmisión televisiva del sábado ofreció su candidatura para enfrentar al campeón cubano de la Asociación Mundial (AMB) en algún momento del 2018.
Hace un par de años esta pelea era imposible. Jermell y Jermall -son gemelos- entrenaban junto a Lara en el gimnasio del prestigioso entrenador Ronnie Shields en Houston, y en más de una ocasión escuché al cubano referirse a los hermanos como “mis hijos”, de una manera cariñosa y benevolente.
Ahora la situación ha cambiado. Jermall, que sigue bajo la tutela de Shields, ha subido a las 160 libras, pero Jermell se fue con el técnico Derrick James, quien ha llevado a Errol Spence al título de la división welter y busca nuevos espacios para demostrar su capacidad en el peso ligero mediano.
De alguna manera, los caminos de Lara y Jermell Charlo deben cruzarse. El segundo viene de ganar con un nocaut espectacular al prometedor Erickson Lubin y el cubano de jugar con Gausha. El estado de opinión comienza a moverse y no existe otro choque de mayor peso en las 154 libras.
Ambos se necesitan. Lara no puede seguir enfrentando a los Jan Zavecks de este mundo. Eso no le aporta nada, mientras que Jermell precisa de alguien como el cubano que le exija y saque lo mejor de su espíritu guerrero. Son dos momentos diferentes en sus carreras en busca de un mismo fin.
Y no hablemos ya de lo atractivo de unificar dos fajas en una ecuación donde también entraría el fogoso titular de la Federación Internacional Jarrett Hurd, vencedor hace un par de semanas de Austin Trout. El otro campeón es Miguel Cotto, pero el boricua de va de salida y en diciembre será su última pelea contra Saddam Alí.
De modo que si Lara y Charlo lo quieren, por qué no darle al público lo mejor que esta división tiene para ofrecer. Seguir demorando este choque sería criminal con las carreras de los dos. Así que para luego es tarde.
Por elnuevoherald.com