“No tenía para comer y salí campeona”

Por Diego Bever | Diario Olé

La pionera fue Marcela La Tigresa Acuña, pero luego se prendieron muchas. Y una de las más ascendentes y con una rica historia es Sabrina Pérez (17-0-1), la Muñequita para todos, crece en el boxeo femenino a sus 31 años y va por más: “Estuve parada más de un año, pero volví este mes en Chivilcoy con un triunfo contra Lilian La Turquita Silva para el título argentino pluma. Ahora quiero más”. Tiene su gimnasio propio debajo de su casa (el Casanova Boxing Club) y si bien se lleva bárbaro con su pareja, afirma: “Abajo manda él, pero arriba mando yo, je”. Fue campeona del mundo AMB gallo 2011, CMB Silver supergallo 2014, OMB gallo 2016 y OMB Supergallo del mismo año.

-¿Por qué fue ese parate que contás?

-No por un tema boxístico, sino que por la promoción, las bolsas y demás, se pelea constantemente con esas cosas. La mujer y el hombre no cobramos igual, hacemos el mismo sacrificio, pero es así, ojalá que en algún momento cambie. Yo me crucé con Julio Rubén Ledesma que es mi ayuda total porque siempre respetó y ayudó en todo lo que necesitábamos. Tenemos un gran equipo detrás con el Sindicato de Comercio y mucha gente que quiere que nos vaya bien, por ahora estoy invicta y espero seguir de esta manera. A nosotros nos quitaron el título en un escritorio porque no quisimos pelear con condiciones que no eran las adecuadas en su momento, por eso el parate. Fue un momento durísimo.

-¿Cómo es tu rutina?

-Me entreno mucho, siempre salgo a correr, me ayuda el Titi Molina con la parte física, mi entrenador de boxeo es mi marido Diego y también hago musculación. En la casa por suerte me ayudan mucho.

-¿Y por qué elegiste el boxeo?

-Porque cuando era chica era rellenita y me dijeron que servía como gimnasia. Me agarraba a piñas en el colegio, o con mi hermano, pero era divertido. Capaz al principio lo hacen por ejercicio, pero después va picando el bichito.

-¿Tenés alguna referente?

-Obviamente que La Tigresa Acuña, que fue la pionera en todo esto. Vino al gimnasio que tenemos a guantear, es una gran persona, y hasta casi nos enfrentamos, pero no se pudo dar el año pasado.

-¿Qué se siente con un cinturón?

-Lo puedo decir con una anécdota: nunca me voy a olvidar del primer título que tuve contra Vanessa Guimaraes. Llegamos a esa pelea vendiendo todo, no tenía ni para comer y fui campeona. Habíamos vendido el auto, la computadora, todo. Gané en el cuarto round por nocaut. Después gané varios títulos más, pero ese fue realmente muy especial. En el momento se me vino todo el esfuerzo a la cabeza.

-Además de boxear, te gusta ayudar…

Sí tenemos un comedor “Dana” en el que ayudamos hace cuatro años en el barrio en el que nací (San José de Isidro Casanova), y un merendero “El ángel de la bicicleta” y otro de “los peques” que nos llena el alma siempre. Yo crecí en un comedor porque no teníamos muchos recursos de chica en mi familia y siempre dije que cuando creciera y llegara a algo, quería ayudar de esta forma para devolver un poco de todo ese cariño. Los chicos siempre me acompañan a las peleas, en micros y demás.

-¿Y ahora qué se viene?

-Vamos por el título supergallo AMB, en teoría contra Liliana Palmera en Colombia. Tenía que hacerse el 27 de abril., pero está stand by. Ojalá podamos imponer nuestras condiciones y traer el título para Argentina si se hace el combate.

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