Hay que activar las reservas del boxeo argentino tras la debacle de Matthysse

Por Osvaldo Principi | La Nación

La industria del boxeo nacional deberá volver a revitalizarse tras el gran derrumbe. La frustrante caída del chubutense Lucas Matthysse ante el filipino Manny Pacquiao, acaecida el sábado pasado, en Kuala Lumpur, ocasionó un quebranto manifiesto para esta actividad. En lo pasional, en su preponderancia y en su público.

Las consecuencias que provocan las derrotas decepcionantes, en eventos masivos y pasionales como éste, se vivieron con frecuencia en el último lustro y causaron vacíos que no se solucionaron del día a la noche en el pugilismo local. Cuando el quilmeño Sergio “Maravilla” Martínez cayó vacío y sin reservas ante Miguel Cotto , en el Madison Square Garden , en 2014, costó recobrar confianza y concepto para sostener la credibilidad en los boxeadores que lo sucedieron. Y cuando meses después, el santafecino Marcos “Chino” Maidana , anunció su retiro tras su segunda pelea con Floyd Mayweather , el boxeo nacional pareció caer en un abismo sin salida. El caso Matthysse revive todo esto.

¿Cómo se sale del estancamiento? Poniendo en escena, a la brevedad y en compromisos valederos, a las mejores piezas de recambio que sostienen a este deporte. A las mejores reservas. Y por una cuestión, más casual que elaborada, las esperanzas del pugilismo local volvieron a ser noticia en éstos días.

El bonaerense Brian Castaño , campeón mundial mediano jr (AMB) y ahora máximo referente, tiene un horizonte definido: enfrentar al cubano Erislandy Lara, ex campeón y figura destacada del peso. Esta gestión se maneja en silencio y es una posibilidad concreta originada por la operación de hombro del supercampeón (AMB) Jarret Hurd, de Estados Undios. Entrelazando reglamentos y conveniencias, Sebastián Contursi y Al Haymon, representantes de ambos, comenzaron las negociaciones. Nadie habla oficialmente, pero avanzan con cuidado y cautela.

Lara suma 35 años y muchos golpes, sobre todo en su último combate con Hurd. El matancero Castaño, a los 28 años y con una carrera de 18 victorias y dos defensas de su corona, necesita un gran nombre para crecer. Lara es el ideal. Saber cuál es su grado de madurez resulta el gran interrogante.

El rosarino Lucas Fernández, de 26 años, que ganó posiciones internacionales merced a sus éxitos ante los puertorriqueños Edwin Rodriguez y Joshua Franco, es un verdadero desconocido en nuestro medio. Sin embargo, el viernes venidero peleará con el sudafricano Gideón Buthelez por su título mundial IBO supermosca. Una corona de segundo nivel.

Un día después, el invicto santafecino Fabián Maidana, hermano menor del “Chino”, afrontará un prueba decisiva ante el ruso Andrey Klimov, en Los Angeles. Allí, el liviano porteño Neri Romero chocará con el mexicano Jesús Aguinaga.

El catamarqueño Miguel Barrionuevo, sexto en el ranking welter (CMB), arriesgará su posición frente al puertorriqueño Abel Ramos, en un match que se realizará en Las Vegas, el 3 de agosto próximo. Se acercará al título en caso de ganar.

Por último y a modo de “colaboración” con el movimiento noticioso, Sergio “Maravilla” Martínez, confesó, a modo de stand up, su deseo por volver al ring. Al mismo tiempo, a los 43 años, encargó su frac elegante, para ingresar en el International Hall of Fame, en 2020. Su sastre anticipó que todo su prestigio se mantiene intacto, pero su talle aumentó cuatro números más. ¡Todo suma para levantar al pesado árbol caído!

Por: Osvaldo Príncipi

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