El regreso acelerado y comprometido de Jesús Cuellar

Por Osvaldo Principi | La Nación

El bonaerense Jesús Cuellar , excampeón mundial pluma de la AMB cayó en un olvido, periodístico y deportivo, absoluto desde hace 14 meses tras resignar la corona ante el mexicano Abner Mares. Atrás y archivados en la indiferencia, quedaron todos sus logros, gestados en Estados Unidos a la sombra de las grandes peleas del santafecino Marcos Chino Maidana, con méritos sobrados desde 2013. Consiguió seis victorias mundialistas, algunas de reconocimiento interino, en escenarios ilustres como Nueva York y Las Vegas; ganó el Olimpia de Plata en 2016 y generó un respeto tan medido y simple como su propia imagen. Fue, para todos, “El pibe bueno del barrio bravo de Santa Paula, en José C. Paz”.

A los 31 años, con un récord de 28 victorias (21 KO) y 2 reveses, clasificado en el primer puesto del ranking mundial liviano junior, vuelve a Los Ángeles para emprender el relanzamiento de su carrera, en donde no hay espacios para las dudas y los errores. Confirmó su desvinculación del entrenador norteamericano Freddie Roach y anticipó que el californiano Manny Robles será su nuevo preparador. Su manager Sebastián Contursi aguardará una semana para anunciar el camino por seguir.

Hay dos posibilidades concretas para su futuro inmediato. La primera está dada en la resolución de la subasta oficial por el título liviano junior de la AMB entre el campeón puertorriqueño Alberto Machado y el retador sudafricano Rafael Mensah, representado por Don King, quién estaría objetando partes de este acuerdo. Esto se resolverá el lunes próximo y condiciona una arista reglamentaria que favorecería al argentino.

La restante opción está dada en el presente del excéntrico norteamericano Gervonta Davis, una de las actuales estrellas de este deporte, de 23 años, ganador de 19 peleas, 18 por KO, quien resignó su título mundial liviano junior de la FIB al excederse en el pesaje (58,900 kg) de su último combate frente al costarricense Francisco Fonseca, a quién noqueó en agosto último.

Cuellar sería designado para combatir con Davis por el supercampeonato mundial liviano jr. (vacante) que la Asociación Mundial de Boxeo habilitaría para incorporar a Davis a sus filas. Este tipo de decisiones, de interés y conveniencia, han caracterizado a la AMB en los últimos tiempos y solamente le han causado desprestigio.

A su vez la Federación Internacional de Boxeo (FIB), entidad que contó a Davis como uno de sus mejores exponentes, intentará retenerlo en sus clasificaciones, asignándole un combate eliminatorio con el australiano Billy Dib. Este match podría convertirse en mundialista en caso de que al japonés Kenichi Ogawa se le quite el cetro de esa entidad por haber desaprobado el test antidoping previo, en su pelea consagratoria, frente a Tevin Farmer, en diciembre pasado.

Nadie quiere decir qué ocurrirá con los livianos juniors. Y en este misterio se encuentra inmerso Jesús Cuellar, quien tiene pocas cartas para elegir en torno a su futuro pugilístico y laboral. Y lo que el mazo le ofrece no es muy tentador para volver a escena. A todo o nada, es la opción que el mercado norteamericano le propone; lejano de lo aconsejable para un veterano como él, que debiera volver a poner “su máquina” en marcha de un modo no tan acelerado y menos riesgoso.

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