Brian Castaño, lanzado en territorio francés

Por Osvaldo Principi | La Nación

Cada pelea del bonaerense Brian Castaño por el título mundial de los medianos juniors (AMB) estuvo condicionada a su evolución -formativa- en el pugilismo de primer nivel. Conquistar la corona, como lo hizo frente al puertorriqueño Emmanuel de Jesús en 2016 con apenas 16 peleas ganadas y muy pocas como fondista, lo llevó a un aprendizaje rápido en este negocio, al igual que a su equipo. Saber crecer y elegir lo más conveniente no fue fácil para ellos, en estos 18 meses con estatus de figura estelar.

El retador francés Cédric Vitu y el territorio galo son las mejores opciones para el match de mañana (televisa Fox Sports, a las 17). Con variantes organizativas opuestas a las de su defensa anterior, ante el afrofrancés Michel Soro, que le dio valía y consideración, volverá a arriesgar su faja bajo la ley del “local y visitante”, que en boxeo implica quedar a la buena de Díos.

Elevado a campeón absoluto de la categoría de los 69,850 kg, solo con el cubano Erislandy Lara como “supercampeón” (AMB) delante de él, Castaño intentará inmiscuirse en el boxeo europeo, contratado por Richard Schaefer, un hábil abogado suizo que llevó a lo más alto a Golden Boy Promotions -empresa de Oscar de la Hoya- y tras su desvinculación de esta casi la llevó a la quiebra. Sebastián Contursi, el manager del púgil matancero, avaló la oferta de su empresa, Ring Star, tras el decepcionante trato que recibieron del veterano y pillo organizador local, Michael Acaries, en su cotejo anterior.

Castaño es un boxeador más potente y fresco que Vitu. Con cuatro triunfos en Estados Unidos, con concentraciones en California y con una victoria excepcional sobre el kazako Sergiy Derevyanchenko en 2012 -reconocida por la Asociación de Comisiones de Boxeo de Estados Unidos- posee una formación atractiva que requiere, aún, de un par de compromisos de riesgo y popularidad, para lograr la conversión de promesa a realidad. Y eso se logra con una gran pelea. Hasta hoy, aquello de Soro no alcanza para seducir; necesita el estallido de su estilo de peleador, inteligente y excitante.

¿Quién es Vitu? Es un zurdo de 32 años y un registro cuidado de 46 éxitos (19 por nocaut) y 2 reveses. Fracasó ante el único rival de verdadero fuste que exhibe su carrera: el bielorruso Siarhei Rabchanka, que lo frenó en 2012. Lo agrandará combatir en su área, Bouglogne-Billancourt, a 8 kilómetros de París.

Desde el retiro del santafesino Marcos “Chino” Maidana, la inserción en Estados Unidos de los púgiles del equipo de Contursi no fue tan sencilla como lo era entonces. Y esto obliga a buscar otros horizontes para Brian Castaño. La patria del ilustre George Carpentier parece ser hasta ahora el sitio escogido.

Sería absurdo evocar los tiempos exitosos de Carlos Monzón en París, de hace casi medio siglo. Resultaría entusiasta recordar al porteño Marcelo Domínguez y al santafesino Julio César Vásquez, reinantes en la tierra del champagne en los años noventas. Aunque no deberíamos retroceder tanto para justipreciar las retenciones del chubutense Omar Narváez frente al ruso Alex Makhmutov y los locales Brahin Asolum y Bernard Inóm. Francia siempre fue una buena opción.

Castaño requiere por lo menos de otra actuación tan buena como la que tuvo contra Soro. Seguramente fuera del ring, entre la política, la moralina y los controles del doping, tendrá más riesgos que los que Vitu pueda presentarle con su gancho y con el cross.

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