Roña Castro: “Fui tocado por una varita mágica y llegué a lo máximo”

“Para ser boxeador, se nace”, aseguró el campeón mundial Jorge “Locomotora” Castro, el “Roña”, en diálogo con Carla Chiarandini, en el “El Cordillerano entrena” por Radio El Cordillerano 93.7. “Empecé a los 14 años. Yo era vendedor de diarios, lustraba botas y, en ese momento, me decían ‘Roña’. Me siguen diciendo. Locomotora me pusieron en Comodoro. El ‘Roña fue en el barrio. Me decían ‘Busca Roña’ y me quedó ‘Roña”, contó.

“Lo que me pagaron ese día en la pelea era como todo un mes de lustrabotas”, recordó. “Empecé peleando como Jorge Castro, y después ya, a partir de ahí, empezó mi carrera y peleaba como Jorge Castro, Eduardo Castro, Macelo Castro, Javier Castro, Manuel Castro, todos los nombres de mis hermanos, porque peleaba viernes, sábado y domingo, en Comodoro, Caleta, Truncado, San Julián. Y peleaba siempre con nombres distintos  Con tal de ganar una moneda, quería pelear todos los días”.

Con 128 peleas como amateur y 146 como profesional, contó: “La que me marcó para toda la vida fue de John David Jackson, esa no la puede olvidar nadie, porque me cag… a trompadas. Gané la pelea por nocaut en el noveno round, pero terminé todo roto”.

“Cuando peleé con John David Jackson, quedó grabado para la historia y parte del mundo. Eso no se va a olvidar nunca. Yo me voy a morir y va a seguir existiendo la pelea esa. Fue una pelea inolvidable. Ya todos me daban por terminado y uno siempre tiene un ‘as en la manga’. Jackson me salió a buscar, a quererme ‘terminar’ y yo, en ese momento, pegaba fuerte. Tiré la mano derecha para noquearlo y lo encontré con la izquierda. Y le gané por nocaut”, relató. ¿Se considera un ídolo? “La gente me considera un ídolo argentino. Yo soy el Roña Castro, Locomotora. Tengo un nombre por haber hecho una de las grandes peleas”.

“Yo me tenía mucha confianza”, contó. “Cuando lo conocí a Monzón, yo tenía 16 años. Monzón fue a Puerto Madryn, llevó a un pibe a pelear. Yo era un pibito y Monzón era el ídolo de todos los argentinos. Y entré al vestuario y dije ‘¡Carlos!’. Me sacó cag…, ‘pend…, rajá de acá’. Yo le dije algún día voy a ser como vos. Y, bueno, fui como él, en la misma categoría que él, campeón del mundo”.

Sobre el boxeo de hoy, expresó: “Es como los jugadores de fútbol de ahora. Porque ahora vos vas y peleás y te pagan millones de dólares. Yo cuando fui campeón del mundo, no alcancé a ganar un millón de dólares”. Y agregó: “Y el jugador de fútbol como es millonario no se quiere ni mover. Hay pibes de abajo que juegan bien y no los ponen. Yo pienso de esa manera y para decir las cosas no tengo pelos en la lengua”.

Al finalizar la entrevista radial, se refirió a su actualidad. “Trabajo, tengo un gimnasio. Hago de todo. Ayudo a la gente”. Contó que, durante la cuarentena, abrió su gimnasio para repartir alimentos y, desde que permitieron la actividad en noviembre, la entrega de mercadería la continúa haciendo los sábados. “Los viernes a la madrugada me voy al mercado central. Antes iba con una camioneta y ahora voy con un camión. Lleno el camión y me traigo para repartir a la gente”, compartió el boxeador, que también solía visitar los penales y daba charlas.

A quienes están empezando en el boxeo, recomendó: “Que se preparen, que tengan una buena preparación porque si no, nunca llegás a nada. Y que el día de mañana, recuerden que ‘Dios está en todas partes, pero atiende en Buenos Aires’. Yo estoy en Buenos Aires hace 28 años y contento de haberme venido para acá. Acá pude triunfar. Tuve la suerte de poder salir, de pelear en el Luna Park. Me fui a  todas partes del mundo, lugares insólitos que nunca podría haber conocido. Tailandia, la India, África, Alemania, Australia, China, Japón. Contento de haber hecho este deporte que me sacó por todo el mundo. Estoy muy agradecido al deporte de los puños”.

“Por eso, les digo a los pibes que si comienzan a practicar, que lo hagan bien y le  hagan caso al técnico. Que no hagan como hice yo, que era un indisciplinado. Yo sé que fui tocado por una varita mágica y llegué a lo máximo, a ser campeón del mundo, porque tenía una guapeza, era un tipo fuerte y, en ese momento, no me ganaba nadie”.

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