El Canelo en la cima del boxeo mundial

Por Carlos Irusta – ESPN

Su rival, que perdió su primera pelea en 30 ganadas y 14 de ellas por la vía categórica, se quedó en su esquina. No fue para menos, porque con un tremendo uppercut, Alvarez lo lesionó seriamente, como que se debieron intervenir diversas fracturas en la órbita ocular derecha. No tenía ningún caso continuar y así lo determinó, acertadamente, su rincón.

De esa manera, Alvarez, ahora con 56 victorias, 1 derrota y 2 empates y 38 triunfos antes del límite, sumó a su colección el cinturón WBO de los super medianos y solamente le queda por ganar el de la IBF, en poder del norteamericano Caleb Plant. Prácticamente es un hecho esa pelea, para septiembre, según anticipó Eddie Hearn y que corrobora el mundo del boxeo.

Es también el gran deseo del pupilo de Eddy Reynoso, quien manifestó que quiere adueñarse de todos los títulos de la división de las 168 libras, que está en poder de Plant, invicto en 21 peleas con 12 nocauts a su favor y que no parece ser un rival de verdadero riesgo para el mexicano. Sería la primera vez que en esa división exista un campeón unificado, reconocido por las cuatro entidades mayores.

Y ese es el punto, porque, ¿Qué oponentes le quedan a Canelo en la división super mediano? Más allá de las críticas por una supuesta “elección de rivales”, lo cierto es que este es un campeón que no ha evitado a nadie. Y que, en muchos casos, la eventual falta de gran oposición no empaña su labor. De hecho, Saunders, quien mucho habló antes de la pelea, hizo un buen papel, y hasta le ganó varios asaltos a Álvarez, pero ya en el octavo y más allá de ese uppercut quirúrgico que concluyó la pelea, se notaba que Saúl iba a ser el más fuerte de los dos, tras haber conectado, según se supo luego, 39 golpes al cuerpo.

No tenía salida Saunders luego de una lesión que lo llevó derecho al hospital, de la misma forma en que el Canelo subió al ring y cumplió con su faena, que incluyó la clásica estrategia de pegar y no dejarse pegar. Es, sin duda, el boxeador del momento, no solamente por lo que pueda mostrar en el ring, que es mucho, sino por todo lo que produce, incluyendo un record absoluto de público en un estadio cerrado. Se dice que GGG podría aspirar a una tercera pelea, aunque a los 39 –y más allá que las dos primeras fueron grandes batallas-, ya no es el mismo.

Haber firmado con DAZN hacía suponer que este hombre, que ahora suma 41-1-1, 36 KO) iba a tener una nueva oportunidad con Canelo y, aunque es posible que se produzca, ya no es igual el interés que pueda despertar el combate. Sea como sea, la sola mención del nombre del Canelo divide las aguas y se puede decir que es mucho más apreciado entre sus compatriotas que viven al sur del Río Grande que los que los del propio territorio mexicano. Tal vez sea porque su actitud no es de las más humildes, tal vez sea porque él mismo se ha encargado alguna vez de proclamarse el mejor, o sea, sencillamente, una cuestión de piel.

El carisma no se compra ni se inventa, como sucede también con el cariño de la gente. El Canelo ha mejorado su rendimiento en el ring, es difícil reprocharle nada con los guantes puestos –si no, que se mencione a un rival que no haya querido enfrentar-, y hay que admitir que todo lo que toca lo convierte en oro. Lo demás será dialéctica pura, porque a la hora de subir a un ring, pelear y ganar, el Canelo está en la cima del boxeo de hoy.

Le guste a quien le guste, es la figura más atractiva. Y, como suele decirse, es imposible ignorarlo, porque a favor o en contra, es motivo de discusión. Adhesiones y rechazos, pero nadie deja de mencionarlo. Ni tampoco dejan de pagar por verlo, ya sea para ganar o perder.

Pero pagan por verlo.

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