Pacquiao es otra vez noticia: vuelve al ring sin la protección de las apuestas y la industria del boxeo

Por Osvaldo Principi – La Nación

Cuando no hay una certeza absoluta sobre la condición atlética de una vieja estrella del boxeo y se aproxima lo que podría ser su última pelea, se abren distintas conjeturas en torno a su destino y hasta se podrían evocar una dualidad de antiguos títulos periodísticos para definir tal situación: “La gran aventura” o “Un final anunciado”.

El filipino Manny Pacquiao es el hombre en cuestión y el receptor de estas opciones. A los 42 años, volverá a pelear tras una ausencia en los cuadriláteros desde 2019, cuando sorprendió a todos arrebatándole el campeonato Mundial welter (AMB) a Keith Thurman. Sin embargo, el senador asiático y aspirante a la presidencia de su patria careció -esta vez- de protección en la industria pugilística, que no tuvo misericordia de su glorioso pasado que lo llevó a ganar seis títulos mundiales oficiales en pesos diferentes, entre los 50.800 kg y 69.850, desde 1998 a 2019. El precio a seguir pagando por todo esto se originó cuando decidió ocultar una seria lesión en su hombro ante Floyd Mayweather, en 2015, perdiendo en un espectáculo deplorable.

La confirmación de su pelea con el invicto norteamericano Errol Spence, campeón mundial welter (FIB), prevista para el 21 de agosto próximo en Las Vegas, no parece ser el mejor convite para su imagen y su presente deportivo. Aceptó un cotejo que le dio como primera respuesta una dura bofetada en las pizarras de apuestas de los principales casinos que lo consideraron: “No-favorito”: 5 a 1. Algo que -ya- conoció en su carrera. Tampoco lo señalaron como candidato ante Marco Antonio Barrera y Oscar de la Hoya, pero él se encargó -por entonces- de rever esas observaciones sobre el ring.

Spence, un zurdo talentoso de 31 años, ganador de sus 27 cotejos, forjó su aceptación popular tras terminar con el invicto de Mikey García, en 2019 y padeció graves laceraciones tras un accidente automovilístico en octubre de 2019. Se salvó, recompusieron parte de su rostro y sus piernas, y volvió a boxear batiendo al complicado Danny García en diciembre 2020, mostrando mucho más de lo esperado.

¿Será una pelea dura y de sufrimiento para Pacquiao?

Será un match complejo, difícil y adverso. Spence no representa al golpeador avasallante y dañino. Es técnico, creador y sabe combinar. Luce y humilla al adversario con su manera de desplazarse en el ring. Es hábil y defensivamente bueno. Pega en el momento exacto y su justeza suple sus carencias de KO.

¿Qué es Pacquiao en el ring hoy? Es un hombre gastado. Con ángel y talento, que con algunos chispazos superó a Thurman pero sin sostén rítmico para protagonizar, a esta altura, grandes batallas. Los campeones como él siempre reservan una bala de plata en la cartuchera que rompe con cualquier comentario previo. Aunque le resultará difícil extraerla en esta ocasión.

Pacquiao es una leyenda viviente del deporte universal. Resultó inexplicable que aquél KO sobre el británico Ricky Hatton, en 2009, por el título welter junior, haya tenido la fiscalización de I.B.O (Organización Internacional de Boxeo) un ente de segundo orden, sin federaciones afiliadas, y ajeno a las estadísticas históricas creíbles. Por eso se le birla su condición de poseedor de siete coronas en distintos pesos. Y seguirá compartiendo, por ahora, el séxtuple reinado junto a Oscar de la Hoya. Los únicos en lograrlo.

Cada anuncio o cada noticia sobre sus compromisos inmediatos mantienen un interés asombroso. Vivimos su próximo combate tal como si fuese esta misma noche, pero restan aún 84 días para que suene la campana. Con algo de ilusión y, sobre todo, mucha incertidumbre.

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