Radiografía del boxeo: la columna de “Maravilla” Martinez en TyC Sports

Posición de combate: boxeador diestro: De pie, erguido, levemente flexionado en sus rodillas, apoyado sobre ambos pies, el pie izquierdo por delante, al igual que su hombro y cadera izquierda, el talón del pie derecho levemente elevado del suelo.

-Guardia:
 clásica, ortodoxa, la tradicional guardia tiene los puños a la altura media del rostro, con ambos codos deben cubrirse las costillas y aún por debajo de ellas. Los ojos, la visual jamás debe ser obstruida por los guantes.

-Jab de izquierda: (siempre que hablamos de un boxeador diestro) Nace de la misma posición de guardia, buscando la extensión total de dicho brazo, logrando impactar en la humanidad del rival, dicho impacto puede tener como fin, medir o marcar distancia entre otros objetivos de menor daño al rival. En este golpe, el peso del cuerpo debe estar depositado en la base del pie derecho.

-Directo de izquierda: Parte desde la misma posición que el jab pero su objetivo es impactar con potencia, para ello el peso del cuerpo debe estar anclado en el pie delantero, ya que el peso y la fuerza del cuerpo debe estar en el lado donde nace el golpe para provocar daño en la ejecución.

-Directo de derecha: 
Golpe recto, largo, determinante por excelencia, nace desde la posición de guardia, su misión es lograr impacto con mayor potencia en el rival.


-Ganchos: 
Golpe ascendente donde el brazo del ejecutor jamás parte en forma recta sino como su nombre indica. Su correcto lanzamiento se produce cuando la distancia es en “media-corta” entre ambos púgiles. También este golpe puede dar con las zonas bajas del rival, buscando la conexión preferentemente en el hígado-plexo solar-bazo.


-Cross: 
Golpe lanzado con similar extensión y distancia que el anterior nombrado (media-corta distancia). En este caso, tanto el puño como el codo deben estar a la misma altura que el hombro de quien lo envía. Es un golpe cruzado donde la extensión del brazo al lanzarse es media-corta, dando forma de gancho horizontal.

Maravilla Martínez

Hasta ahí, bien. El texto tiene claridad y ofrece cierto panorama para poder calzarse un par de guantes de cuero, animarse a enfrentar a un rival e intercambiar golpes durante varios minutos.

Según John Douglas, 9no Marques de Queensberry, quien al leer los escritos de John Chambers, consintió, firmó y selló para siempre en nuestra historia las reglas básicas del boxeo actual, estableciendo así la división de categorías según peso, los asaltos de no más de 3 minutos, el tiempo de recuperación post caída no supere los 10 segundos.

El tiempo fue pasando. Ordenando “ciertos detalles” para una mejor adaptación a las necesidades temporales. Tanto Luis Angel Firpo como Vasyl Lomachenko, Pascual Pérez, Gervonta Davis, Paul Fuji y Ubaldo Sacco, entre otros, utilizaron y aún siguen haciendo uso de las mismas herramientas.

El tiempo pasa y nosotros los boxeadores somos los mismos, buscando un mismo objetivo, ganar-ganar y ganar. Los entrenadores (por lo general), de igual manera siguen siendo esos mismos que otrora desearon calzarse un cinturón describiéndolos como campeones de algo, más o menos importante pero campeones al fin y proyectan eso mismo en sus discípulos.

Los manejadores de éste deporte, los gestores, esos que tienen una no muy agraciada fama, a veces bien ganada y otras no tanto. Los que jamás subieron a un ring más que a acompañar a “su pupilo”, siguen siendo los mismos. Y ese es el problema. 

Sergio Maravilla Martínez

No supimos adaptarnos a los necesarios cambios forzados por una nueva era, una ingente avalancha de “nuevos púgiles” o quizá gente caprichosa de nuevas experiencias llenas de adrenalina. Como quieran llamarlos, como se les ocurra incluso bastardearlos.

El nuevo mundo en el que vivimos gracias o por desgracia a una crisis pandémica se instaló con nuevos integrantes llenos de poder económico, alcance mediático, carisma y necesidad de pertenencia. Ingredientes fundamentales para una súbita irrupción en el horizonte que deseen conquistar. Hoy eligieron el boxeo y probablemente se instalen ya para siempre.

Lo comparo yo con la juventud actual. ¿Cómo vemos a la juventud de hoy? ¿Cómo ve nuestra sociedad a nuestros jóvenes predecesores? Estoy seguro que gran parte de las opiniones no serán nada alentadoras.

Pregunto yo: ¿cómo veían nuestros padres a nuestros pares e incluso a nosotros mismos cuando “éramos jóvenes”?  La respuesta es igual a la anterior. Si preguntamos a nuestros abuelos, nos dirán lo mismo de nuestros padres. Nos cuesta aceptar los cambios.

En los años 60 tanto The Beatles como Rolling Stone eran poco más que “satánicos”, y solo estoy dando un ejemplo. Hoy, los Youtubers, Instagramers, Tik-Tokers si me permiten el término, en fin, “Influencers”, conocen un modo, llamémosle Táctica, conocen un terreno y las herramientas que nosotros, los clásicos del boxeo desconocemos casi en su totalidad. Saben llegar a gente de todas las edades, latitudes y preferencias. 

Saben algo, y ese algo es mucho, que no conocemos los de la era de Don King, Bob Arum & Cia. Aceptarlos en “nuestro deporte” es inútil: ya están dentro. Podrá gustarnos o no. Podremos pagar por ver a Floyd Mayweather-Logan Paul o no. Y quizá no sepamos como llegaron los del nuevo milenio. Pero ahí acabo de nombrar a quien va unos cuantos pasos por delante del resto de púgiles del mundo.

Floyd abrió la puerta para que entren poco a poco “in crescendo”, tanto luchadores de diversas disciplinas como aquellos a quienes el nuevo mundo de internet les dio relevancia en diversas medidas. Mayweather solo abrió una puerta, el resto entro porque estaba abierta de par en par.

El boxeo es un show, un espectáculo, una disciplina donde dos personas se unen para demostrar y demostrarse a sí mismos sus cualidades, inteligencia, gallardía y pasión. Pero sobretodo es un deporte.

Ancestral deporte donde lo más primitivo de nuestro ser, se expone al público cual lucha por conservar la vida en el Coliseo Romano, donde gracias a la evolución de la humanidad hoy no luchamos por nuestra vida. Donde Las Vegas nos acoge, nos da brillo, color, reflejo y hasta posteridad. Donde mas adelante en el tiempo veremos quizás…

 

 

Mayweather vs. Paul

No me animo y a decir lucha de robots contra humanos, lucha entre robots, donde ya no un boxeador se enfrenta a un oso en un circo, sino que la tecnología siga jugando en favor del espectáculo. Todo evoluciona y no sabemos que nos depara el tiempo. Realmente no lo sabemos.

Podrá gustarnos o no, podremos aceptarlo o no. Pero siempre Floyd Mayweather irá un paso por delante.

Y los influencers podrán ser más o menos carismáticos, pero de algo estoy orgulloso. Y es que con mayor o menor velocidad evolutiva nuestro boxeo seguirá siendo ese que hacerlo correctamente nos acercará al triunfo. Ese boxeo de guardia en alto con ambas manos cubriendo nuestro rostro, del jab para tantear la distancia del rival, el gancho al mentón para buscar un saludo al publico de nuestro oponente o un directo de derecha que de por tierra con quien tengamos frente a nosotros.

El boxeo es uno solo
, es el que escribió John Chambers allá por 1865 y el Marques de Queensberry aprobó legalizándolo en 1867. Ese que consagró a Locche, a Maidana, a Galíndez y a Castaño. Ese deporte que consagró y dio una dirección en las vidas de tantos otros a las cuales me incluyo.

Ese es el boxeo, ese es mi boxeo.

Por TyC Sports (Web)

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