De aquel mítico combate, que concitó la atención del mundo deportivo y la prensa lo resaltó hasta el “infinito”,  han pasado 46 años…¡cuatro largas décadas y seis años!.

Para el próximo sábado, en el moderno coliseo T-Mobile de la ciudad de Las Vegas, estado de Nevada (Estados Unidos), dos mastodontes del boxeo moderno subirán al cuadrilátero para hacer recordar la historia de “los tríos” en el pugilismo rentable.

Tyson Fury, del Reino Unido, y el fornido peleador  estadounidense  Deontay Wilder  harán realidad lo que se ha estado esperando durante tres años.

Se trata de la batalla III en la que estará en disputa el cinturón pesado del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

Como ocurrió en el trío Ali-Frazier, en esta ocasión uno de los dos (Fury o Wilder), hará revivir lo que expertos del boxeo -con un lenguaje periodístico profesional- han llamado “a las tres es la vencida”.

Alí y Frazier, en 1971, realizaron su primer combate -que ha sido “la pelea más grande de la historia”, según el criterio de los más reputados expertos- por el campeonato  de los pesos pesados.

En esa primera riña Fraier salió victorioso por decisión unánime. Y en la revancha Alí, como lo había vaticinado los analistas, logró ganar, pero no pudo apoderarse del título porque ya Frazier había sido vapuleador por George Foreman y perdió la corona.

Pero el 1 de octubre de 1975, se produjo el tercer pleito Ali-Frazier. Y esa Batalla de Manila  Ali, considerado como el mejor boxeador de la división pesada de todos los tiempos, ratificó su condición de monarca.

El 30 de octubre de 1974, hizo el “gran milagro” al despachar a Foreman  por nocaut en el octavo round y reconquistar el cinturón  que le habían arrebatado, sin recibir un golpe, en 1967 porque se negó a ser miembro del Ejército de Estados Unidos.

¿Qué se espera de la pelea III Wilder-Fury?

Deontay Wilder y Tyson Fury protagonizaron su primer combate -del trío que se cristalizará el sábado- en el 2019. Contrario al primer combate Ali-Frazier, Fury y Wilder terminaron aquel pleito empate. Aunque Tyson fue dos veces a la lona, tuvo una increíble recuperación y prácticamente obligó a los jueces a dictaminar  un empate.

Por necesidad -según expertos- tuvo que pactarse una segunda pelea la cual se pactó para el 22 de febrero del 2020. Y Fury, quien  presenta foja profesional de 30-0-1, le asestó a Wilder  un inesperado nocaut.

Wilder, quien subió como amplio favorito (expediente de invicto, 42-0 con 41 victorias por KO) lo certificaba como un claro ganador. Pero Fury se casó con la gloria y logró masacrar a su rival y echar por el piso el vaticinio de los analistas.

Como lo reportaron los medios noticiosos de Estados Unidos, Fury prometió un enfoque mucho más agresivo para la segunda reyerta de puños. Cumplió lo prometido: derrotar a Wilder por KO en el segundo encuentro.

Al ver la masacre que  estaba recibiendo Wilder en el séptimo asalto -ya había sido derribado dos veces en el cuarto round- su entrenador  Mark Breland consideró que “había visto suficiente el golpeo” y tiró la toalla para que el árbitro detuviera las acciones por lo que se registró la victoria del británico.

¿Qué podría pasar el próximo sábado, en la que debe ser la batalla decisiva (la edición III) entre Wilder y Fury? Los expertos, en su mayoría, ya pronostican que el británico volverá a vencer al estadounidense.

Al momento de escribirse este trabajo, además del vaticinio de los analistas, en las ventanillas de Las Vegas, Fury estaba arriba 6-1 lo que quiere decir que las posibilidades de Wilder, según lo que se observa, “son pocas” para salir triunfante en la III.