De Lanús a Dubai, como escolta de bandera en el boxeo nacional

El bonaerense Agustín Gauto sigue entrenándose en soledad y alimenta en todo momento sus sueños de ser campeón mundial de boxeo. Lo acosan en los primeros días del 2022 la indescifrable sensación térmica que gobierna Lanús Oeste y la refracción de los rayos solares que salen despedidos del techo de loza y chapa del centro vecinal Villa Argerich, un espacio simple y cálido de la calle Concejal H. Noya, con mucha fragancia a trabajo y grafitada en sentimientos granates.

Allí transpira Gauto después de las fiestas. Puede que esté pesando casi 56 kilos. Con pocos testigos: su mujer, Melanie, una veinteañera con perfil de egresada del colegio secundario, y el pequeño Benjamín, de dos años, fruto de ese amor. Extraña a Hernán, su padre y director técnico, que lo forjó con un estilo fino y potente a la vez, y que fue contratado por unos días para preparar a un lote de figuras del deporte chileno. A Agustín, después de tanto esperar, se acerca su gran chance.

Volverá a viajar y a pelear muy lejos. Lo supo hace semanas en el desfile de “atracciones y variedades mediáticas” celebrado en Buenos Aires, en el que se promocionó la exhibición de destreza física que realizará el santafesino Marcos “Chino” Maidana, ex bicampeón mundial y nuevo representante de Gauto, el 5 de marzo próximo en Dubai, Emiratos Árabes Unidos. Ahí también combatirán el entrerriano Brian Arregui y el bonaerense Francisco Verón, dos de las esperanzas más sólidas del boxeo nacional. Y todo este paquete informativo que envuelve a Gauto, de 23 años y ganador de sus 17 combates, con 12 KO, se convirtió quizás, en una de las primeras grandes noticias pugilísticas del año.

Los contactos con la empresa Legacy Boxing Promotions, de capitales alemanes con penetración en Emiratos, se transformaron en atractivos acertijos ante el variado menú de combates que le fueron ofrecidos.

Clasificado 3º en el ranking de la OMB, 5º en el de FIB y 7º en el de AMB entre los minimoscas (48,988 kilos) tras noquear en una contienda “fantasma” a Jaba Memishishi en el primer round en noviembre último en Alemania, Gauto está inmerso en una trifecta de alternativas que llaman la atención para el 5 de marzo: una pelea mundialista con el nicaragüense Félix Alvarado, campeón de FIB, que resultaría llamativa y bastante riesgosa por su inactividad durante el año pasado; un match eliminatorio por el cetro de OMB en busca de un desafío titular contra el estadounidense Jonathan González , y un cotejo promocional que lo eyectaría como favorito por 10-1 ante algún oponente invitado a la fiesta. Es decir, todas las opciones posibles para competir en esa pomposa velada. Como para pensarlo muy bien, dado que él es el primer escolta de la bandera del boxeo nacional que tiene a Brian Castaño como emblema principal.

Agustín Gauto
Agustín GautoInstagram @agustin_avion_gauto

Decidió dar un giro brusco a su carrera. Optó por tutearse con la incomodidad que producen los cambios de equipo y de horizontes en este negocio, dejando a un lado un sinfín de emociones de segundo orden que le dieron buenos resultados. Y es el tiempo de intentarlo.

Cansado de poner el despertador a las 4 de la mañana para cumplir sus tareas en el camión de la limpieza de las calles del conurbano y saturado de los títulos periodísticos que destacan “de la barredora al campeonato”, intercala una sonrisa y cierto hastío por este repetitivo enfoque que rotula su vida.

Agustín Gauto
Agustín GautoInstagram @agustin_avion_gauto

Hijo de boxeador. No recuerda reyertas en la escuela ni en la calle. De línea fina sobre el ring. Sabe caminarlo y rematar con una sola mano. Aguarda en silencio y sigue saltando la soga sobre el traqueteado cuadrilátero del gimnasio de Lanús, a la hora de la siesta…

Por Osvaldo Principi – La Nación

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