LEO SANTA CRUZ Y EL NOCAUT QUE LO TUVO AL BORDE DEL RETIRO

Fue duro revivir las escenas frente a una pantalla. Leo Santa Cruz no quería revivir cómo había sido noqueado por Gervonta Davis con un poderoso golpe que, como se dice en el argot boxístico, le apagó las luces.

A ningún boxeador le gusta verse desmallar sobre la lona, signo inequívoco de una derrota que, a su vez, abrirá una herida que tardará en sanar. Pero al mismo tiempo, es un ejercicio necesario para aprender de los errores.

Aquella noche, Santa Cruz pensó seriamente en el retiro. Por momentos, ese espíritu guerrero se apagó para dar paso a la duda y enterrar, por un breve lapso, el sueño de convertirse en campeón en cinco categorías diferentes.

Pero el amor de la afición, de quienes siguieron sus pasos y los mensajes de apoyo, hicieron que Santa Cruz reculara de la decisión que ningún boxeador quiere tomar. Ahora, recuperado, volverá al cuadrilátero año y medio después para enfrentarse a Keenan Carbajal en una función que estará estelarizada por boxeadores con sangre mexicana.

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