La pluma de Cortázar entre los guantes de Monzón

Por Fabian Galdi – Diario La Jornada

Además de haber sido un escritor referencial y cuyo legado literario sigue vigente, Julio Cortázar era un muy entusiasta aficionado al boxeo y en más de una de sus creaciones aparece vinculada la temática boxística dentro de sus relatos.

Hoy, 9 de febrero, se conmemoran los 48 años de un combate que conmovió al mundo: Carlos Monzón vs José Ángel “Mantequilla” Nápoles. Y Cortázar utilizó este hecho real para escribir el cuento “La noche de Mantequilla”, que está incluido en su libro “Alguien que anda por ahí”, publicado en 1977.

Desde que le ganase el título mundial de los medianos al italiano Nino Benvenuti, en 1970, la carrera profesional de Monzón lo convirtió en un deportista top en todo el planeta. Por tal motivo, sus combates no solamente despertaban una expectativa mayúscula en la Argentina sino también lo eran a escala planetaria y sobre todo en Europa.

El actor francés Alain Delon, devenido en empresario, fue quien organizó la pelea entre el santafesino y el cubano nacionalizado mexicano.

Debido a que Monzón ya era una celebridad en todo el mundo, hubo invitados especiales tales como los actores Jean Paul Belmondo, Anthony Quinn y Ryan O’Neal, el director cinematográfico Claude Lelouch y los modistos Pierre Carden y Jean Cacharel.

Como no le era sencillo encontrar un lugar en París que pudiera albergar a la concurrencia – pleno invierno en ese momento -, la estrella cinematográfica alquiló un predio en Place de la Defense de Puteaux, un suburbio parisino a la orilla del Sena, y allí instaló una carpa con capacidad para 11 mil espectadores en un parque público.

Fue allí que Cortázar encontró el tema para desarrollar su historia en modo narrativo: Estévez, un exiliado argentino en la capital francesa, debía encontrarse con Walter -otro expatriado- en las butacas de ese espacio cerrado para que se concretara la entrega de un paquete, dinero y documentos.

El texto está inserto dentro del estilo descriptivo cortazareano en ese momento de la vida del autor, también exiliado en París, y mantiene tanto las referencias a la pelea como el misterio acerca de qué sucedió tras el encuentro entre quienes se hallaban en las plateas.

Cortázar también tiene referencias alusivas al boxeo en escritos tales como “Circe” (1951), “Torito” (1956), “El noble arte” (1967) y “Segundo viaje” (1982).

Además, en 1973, la revista El Gráfico le ofreció ser analista de la pelea entre el pampeano Miguel Ángel Castellini y el estadounidense Doc Holliday, en el Luna Park. Su crónica fue publicada en la prestigiosa publicación deportiva.

“La novela siempre gana por puntos, mientras que el cuento debe ganar por nocaut”, solía expresar metafórica y simbólicamente.

Y tuvo razón.

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