La noche olvidada: la pelea que pudo cambiar la historia del Chino Maidana

Hay peleas como estas que, con el paso del tiempo, se pierden en los caminos de la vida convirtiéndose en simples capítulos olvidados. Sin embargo, esos pasajes y acciones del cuadrilátero tan inesperadas como sorpresivas pudieron, muchas veces, haber cambiado el destino de los boxeadores más populares del país. Y el santafecino Marcos “Chino” Maidana, ex bicampeón mundial, no fue la excepción a esta norma del cuadrilátero.

Por Osvaldo Principi – La Nación

Aquel 7 de mayo de 2005 quedará grabado como la noche en la cual Maidana despertó en el cuarto segundo de su “siesta en la lona” en la cuenta del K.O salvándose de lo que hubiese implicado una catástrofe para su carrera.

Los 400 asistentes al gimnasio de las hermanas religiosas devotas de la Virgen de Luján, de Centenario (Neuquén) contaban a coro con el árbitro Daniel Rodriguez aguardando que “El chino de Margarita” no recuperase la vertical. Sin embargo, por mérito o milagro de todos los santos, éste se levantó.

Omar León, un obrero de las chacras de Cinco Saltos (Río Negro) de 29 años y un récord de 12 ganadas, 10 perdidas y 3 empates, paralizó al recinto en el primer round con un cross de izquierda, apoyado en las sogas, que fusiló al “Chino”. El final parecía inalterable.

El Chino Maidana en la lona, cuando parecía que no se levantaría...
El Chino Maidana en la lona, cuando parecía que no se levantaría…

León, hijo de una familia de jornaleros de la tierra, era un peón de campo que se entrenaba en soledad. Especialista en arar la tierra. Velocísimo recolector de manzanas y peras en plena temporada. Un trabajador buscado por los quinteros regionales.

Maidana tenía 21 años y siete peleas ganadas por KO (6 de ellas en el primer round). Usaba su cabello, con flequillo y una “colita” por debajo de la nuca, siguiendo la moda mediática de “Pedro, el escamoso”. Era considerado, por entonces, como la gran esperanza del box nacional. Ni “Maravilla” Martínez ni Lucas Matthysse pintaban para lograr lo máximo esta altura de 2005. El chubutense Omar Narváez era el dueño de todo.

El Chino Maidana y un momento de confusión en la pelea ante León, el 7 de mayo de 2005
El Chino Maidana y un momento de confusión en la pelea ante León, el 7 de mayo de 2005

¡Y Maidana se levantó! Salió a buscar a León. Dio vuelta, ahí mismo, el trámite del match. Vapuleó al patagónico en los rounds siguientes y en el cuarto asalto, tras desbordarlo y provocar dos conteos de protección a su rival, el match fue detenido. Se decretó KOT a su favor ante el estupor generalizado; el público vio como el pegador santafecino “regresó al cielo después de pasar por el infierno” .

Diecisiete años después de esta contienda, LA NACION dialogó con el excampeón y nos dijo: “Fue una caída rara, me enganchó bien en la mandíbula y me durmió. Escuché la cuenta, abrí los ojos, era como si estaba durmiendo y cuando me di cuenta, apurado, debía levantarme. Si no me despabilaba, perdía por KO. Ante Victor Ortíz me pasó algo semejante en el primer round, pero me recuperé. León me pegó justo en el “botón de la pera”. Después remonté y le gané bien. Pero fue el momento más difícil de mi campaña”.

La revancha, en 2006

El combate fue espectacular y se pactó un desquite para el 22 de abril de 2006 en el Luna Park que Maidana ganó por KO a los 21 segundos del primer round. Sepultó a todos aquellos fantasmas y proyectó su nombre al plano internacional.

“El Chino” logró dos coronas mundiales y millones de dólares en sus peleas clásicas ante Erik Morales, Adrien Broner y Floyd Mayweather. Ahora intenta afianzarse como “hombre del negocio” en el verano 2022 y planea desembarcar en Dubai, Emiratos Árabes, conectándose con youtubers desafiantes para ficcionar más aun este mundillo indescifrable.

¿Y Omar León? ¿Qué es de su vida? Sigue en el Alto Valle. Desapareció del ambiente pugilístico. Se convirtió en mano de obra calificada y buscada. Puede darse el gusto de elegir: fruta o soja, al mejor postor. Y de tanto en tanto, le recuerda a algún changarín amigo, como pudo haber cambiado su existencia en el transcurso de una cuenta de diez segundos.

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