Por qué Julio César Chávez se arrepintió de pelear con Óscar de la Hoya

Una de las derrotas más dolorosas que experimentó Julio César Chávez en su carrera como boxeador profesional fue contra Óscar de la Hoya, pues por nocaut técnico el César del boxeo no pudo continuar el combate y vivió lo que fue su segunda derrota en su trayectoria.

Aquel evento del 7 junio 1996 marcó el declive del gran campeón mexicano y desencadenó una serie de reacciones negativas para Julio arriba del cuadrilátero. Recientemente Chávez González reveló el motivo por el cual se arrepintió de haber peleado con el Golden Boy.

En entrevista con Erik El Terrible Morales para el podcast Un Round Más habló de lo que vivió previo a subir al ring para enfrentar a De la Hoya. Julio narró que durante un entrenamiento a cinco días del combate sufrió un corte en la ceja.

“Faltaban cinco días para la pelea y el último round en el sparring el más pend*** fue el que me cortó y no quise cancelar la pelea porque el doctor me dijo ‘te vamos a cauterizar la herida’ y pues me la creí, la verdad pero yo creo que Dios me castigó ahí”, relató el ex púgil mexicano.

Pero para el César del boxeo la herida no era de gravedad y prefirió seguir con el combate. Con el paso de los años y 25 años de la pelea se arrepintió de su decisión pues defraudó al público mexicano que confió en él.

Consciente de las millonarias apuestas que corren en el boxeo, Julio César lamentó que su incredulidad haya perjudicado a demás personas que creyeron en que él ganaría. Sabía que por su herida estaba obligado a posponer la pelea, pero prefirió seguir adelante, pero únicamente selló su derrota que estuvo plagada de una imagen desgarradora.

“La verdad no debí de haber peleado ahí porque fue como un crimen lo que cometí porque mucha gente apostó a mi favor, mucha gente perdió entonces no debí de haber peleado, el hubiera no existe”

El combate únicamente duró cuatro asaltos pues los puños del boxeador mexico-estadounidense fueron lo suficientemente fuertes para abrir la herida que días antes se había hecho en el rostro. Debido a la zona en la que se encontraba el corte y el trabajo corporal, el rostro de Julio César se llenó de sangre que alarmó al público.

Un derechazo fue el causante de que la ceja de Julio César empezara a sangrar. A pesar de que la esquina de Chávez controló la hemorragia momentáneamente, los golpes fueron propiciando a que la cara de Julio se pintara de rojo, por lo que el réferi optó por detener la pelea y decretar nocaut técnico a favor de Óscar de la Hoya.

El actual comentarista deportivo de Box Azteca consideró que pudo haber tenido la oportunidad de vencer a De la Hoya, pero culpó a la herida de no permitirle un mayor potencial arriba del cuadrilátero aquella noche en Las Vegas, Nevada.

Recordó que su preparación había sido ardua y consideró que “si no me hubieran cortado en el entrenamiento yo pienso que sí hubiera ganado, porque yo creo que estaba en buen momento todavía, estaba en mi peso, me había preparado como nunca para esa pelea”

No satisfecho con el resultado de la primera pelea, Julio César retó a Óscar de la Hoya en un segundo combate en septiembre de 1998, pero volvió a caer ante el Golden Boy, esta vez retirado en 8 rounds.

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