¿Puede mostrar Gennady Golovkin que tiene suficiente calidad como para completar la trilogía con Canelo?

Gennady Golovkin irrumpió, atravesando los cordones rojos, blancos y azules que rodeaban el cuadrilátero en señal de disgusto, dirigiéndose raudo a su camerino.

No estaba interesado en quedarse en el T-Mobile Arena de Las Vegas para la acostumbrada entrevista posterior a la pelea. ¿Qué faltaba por decir? Golovkin creyó firmemente que había derrotado a Saúl “Canelo” Álvarez una vez más, tal como lo había sentido hace un año.

El rostro de Golovkin se quedó en blanco cuando las tarjetas idénticas 115-113 dieron por ganador a Álvarez en su revancha de septiembre de 2018, veredicto que puso punto final al reinado de más de cinco años de Golovkin como campeón del peso mediano, confiriéndole la primera derrota de su carrera a los 36 años.

El lucrativo ciclo de peleas de Golovkin con la cadena HBO terminó con esa pelea; no obstante, no tardó en firmar con la televisora de streaming DAZN para escenificar seis combates por un valor de hasta $100 millones, garantizándole un tercer enfrentamiento contra Álvarez… o así creía. Más de tres años y medio después, la trilogía aún no se materializa. Sin embargo, la oportunidad de Golovkin para ajustar cuentas parece estar más cerca que nunca.

Si Golovkin logra imponerse a Ryota Murata este sábado en Saitama, Japón, en una pelea por la unificación del título del peso mediano, llegará al borde del precipicio para una pelea de ajuste de cuentas que él (y todo el mundo) ha esperado con ansias. Una victoria de Golovkin sumada al triunfo de “Canelo” sobre Dmitry Bivol el 7 de mayo debería servir para armar el escenario para el combate que finalmente, de una vez por todas, pondrá fin a una de las rivalidades más grandes de la historia del boxeo.

Desde que se enfrentaron por última vez, ¿sigue siendo Golovkin el mismo boxeador de élite que arrasó en la categoría del peso mediano y que chocó con Álvarez en dos reñidos combates?

La pelea de Golovkin contra Murata (la primera para el pugilista japonés desde diciembre de 2019) nos debería ofrecer cierta claridad sobre el nivel de GGG, justo un día después de su cumpleaños número 40. El camino hacia un tercer choque con Álvarez, previsto para el 17 de septiembre por DAZN PPV, tiene numerosos giros, vueltas y obstáculos legales. Murata es el último impedimento.

¿Cómo es posible que el boxeo se demore cuatro años en ofrecer lo que evidentemente es uno de sus enfrentamientos más llamativos a nivel comercial?

“Deberían preguntárselo a Canelo”, afirmó a ESPN Golovkin, oriundo de Kazajistán y que entrena en Los Ángeles, apoyado por un intérprete. “Después de la revancha, cuando todos querían ver una tercera pelea, él hizo todo lo posible para evitarlo. Hasta llevó a su promotora a los tribunales. ¿Quién sabe?”


Golovkin confrontó dificultades para vencer en una controversial decisión a Sergiy Derevyanchenko en 2019.Joe Camporeale/USA TODAY Sports

ALVAREZ Y GOLOVKIN vuelven a enrumbarse para chocar por tercera vez. Sin embargo, han cambiado muchas cosas. En los tres años y medio que han transcurrido desde su última pelea, Álvarez se ha consolidado firmemente no sólo como la mayor estrella del boxeo mundial, sino también como el universalmente reconocido púgil “libra por libra” número 1 del mundo. A sus 31 años, el boxeador mexicano se encuentra indudablemente en la cúspide de sus condiciones y actualmente es el campeón indiscutido del peso supermediano.

Por su parte, Golovkin ha pasado por largos periodos de inactividad, marcados por algunas actuaciones mediocres. Su enfrentamiento contra Murata no simplemente es la precursora de un choque de alto nivel con “Canelo”. También es una oportunidad para que Golovkin demuestre que sigue formando parte de la elite y que es capaz de pelear con su archienemigo, a pesar de encontrarse en el ocaso de su carrera.

“La parte motivadora es que peleará contra ‘Canelo'”, expresa Abel Sánchez, quien fuera entrenador de Golovkin desde 2010 hasta que terminaron su relación profesional después de la revancha con Álvarez. “Asegúrate de que [Murata] no te haga ver mal y que la gente comience a dudar de ti. No hay forma de que él sienta dudas sobre sí mismo. No me gustaría ver que llegue a un punto donde la gente diga que no debería pelear [contra Álvarez]”.

“Si es agresivo con Murata y no recibe demasiados golpes, quizás todos dirán que ya está listo para pelear contra ‘Canelo’. Pero si recibe muchos golpes y llega hasta el noveno o décimo asalto, el hecho de que alguien lo puede llevar tan lejos simplemente sembrará dudas en tu mente sobre ese enfrentamiento en septiembre”.

El contrato de Golovkin con DAZN se inició en junio de 2019 con el nocaut propinado por GGG al veterano Steve Rolls en el cuarto asalto. Cuando ingresó al cuadrilátero para su primer combate desde la derrota ante Álvarez, Golovkin lo hizo con un nuevo jefe en sus filas: Johnathon Banks.

El exitoso ciclo con Sánchez, entrenando en las montañas de Big Bear, California, terminó de forma amarga tras una disputa por dinero, según cuenta Sánchez. Al necesitar un nuevo entrenador, Golovkin recurrió a Banks, discípulo del entrenador Emanuel Steward, miembro del Salón de la Fama, que había ayudado al ex campeón del peso pesado Wladimir Klitschko a disfrutar de múltiples éxitos y longevidad.

Todo parecía ir viento en popa para Golovkin (41-1-1, 36 KO) antes de pelear con Sergiy Derevyanchenko cuatro meses después, en la que parecía ser la previa a un tercer combate contra Álvarez en 2020. Derevyanchenko era legítimo miembro del Top 10 del peso mediano; sin embargo, su rival era Golovkin. Se esperaba que Derevyanchenko fuera un duro reto para GGG, aunque sin amenazar con alzar el título vacante en juego.

Por el contrario, Golovkin confrontó dificultades para vencer en una controversial decisión que definió una de las mejores peleas de acción de ese año. Derevyanchenko propinó 230 golpes, la mayor cantidad absorbida por Golovkin en 26 combates según los datos de CompuBox.

Posteriormente, el promotor Eddie Hearn reveló que Golovkin estuvo enfermo toda la semana, lo que podría ayudar a explicar la discreta actuación con la que inició su segundo reinado. No obstante, en los 30 meses transcurridos desde el triunfo sobre Derevyanchenko, Golovkin sólo ha competido una vez, imponiéndose por nocaut técnico en el séptimo salto sobre el contendor Kamil Szeremeta en diciembre de 2020.

Golovkin derribó a Szeremeta cuatro veces en aquel triunfo (una defensa obligatoria del título FIB que GGG obtuvo al vencer a Derevyanchenko). No obstante, Golovkin se mostró un poco más lento que de costumbre. Quizás no se sentía motivado al enfrentarse a un oponente de un nivel tan inferior al suyo. Y considerando la calidad de Szeremeta, parece que el mundo del boxeo sigue juzgando a Golovkin basándose en la pelea con Derevyanchenko. Quizás sigue siendo el mismo Golovkin que irrumpió en la división del peso mediano y se convirtió en una de las grandes estrellas “libra por libra”. El mismo peleador que posee uno de los mejores mentones del boxeo y que se ganó el afecto de la afición con frases tales como “Big Drama Show”.

“Ha sido frustrante. Lo único que diré es que esta inactividad no ha sido mi culpa”, afirma Golovkin, quien hizo sparring con Álvarez y Murata mucho antes de que sus futuros rivales fueran campeones. “Me comprometí con Ryota Murata y su equipo que él sería mi próximo rival después de la defensa obligatoria contra Szeremeta y cumplí mi promesa”.

“Esta pelea tuvo numerosos aplazamientos que fueron inevitables. Elegí ver hacia adelante y no puedo esperar volver pronto al cuadrilátero. Casi está aquí”.

La posibilidad de un enfrentamiento Golovkin-Murata fue analizada por primera vez en 2019, porque DAZN posee una amplia presencia en Japón desde hace largo tiempo y Murata es la mayor estrella del boxeo de su país, incluso por delante del campeón del peso gallo Naoya Inoue.

Sin embargo, se produjeron numerosos contratiempos. Japón es uno de los países con las restricciones más estrictas por el COVID-19, y existía la preocupación de que, si la pelea se producía en 2010 y se cancelaba debido a la pandemia, pudiera perjudicar a los Juegos Olímpicos previstos para celebrarse en Tokio ese verano.

Numerosos intentos de organizar la pelea en 2021 se vieron obstaculizados por las continuas restricciones impuestas en Japón antes de que el combate se pautara finalmente para el 29 de diciembre. Golovkin se encontraba en su campamento de entrenamientos en el Sur de la Florida cuando el brote de la variante omicron llevó a Japón a prohibir el ingreso de visitantes extranjeros, y la pelea se aplazó nuevamente.

Considerando el nivel de popularidad de Murata en Japón, este enfrentamiento con Golovkin es uno de los choques boxísticos más grandes de la historia de este deporte en Japón y moverlo a Estados Unidos nunca fue un planteamiento realista. Por ende, el combate fue eventualmente aplazado hasta abril. Y después de casi 16 meses fuera del cuadrilátero, es imposible conocer la forma actual de Golovkin.

Golovkin tenía previstos dos combates en 2020 antes del azote de la pandemia. Siempre ha sido un boxeador activo desde que se hizo profesional en 2006, luego de alzar la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Frecuentemente competía tres veces al año durante su reinado con el título, registrando no menos de dos peleas. Comparte el récord de defensas del cinturón del peso mediano (20) con el legendario Bernard Hopkins.

Antes de que Golovkin pudiera pelear en 2020, los ejecutivos de DAZN intentaron renegociar su contrato, que le daba la opción de adquirir una porción accionaria del servicio de streaming. DAZN, que cobra una tarifa mensual o anual a sus suscriptores, depende de los derechos de transmisiones deportivas en vivo para sostener su modelo de negocio. Y con la mayoría de los eventos deportivos en pausa durante la pandemia, DAZN buscó obtener la cesación de pagos de derechos a sus diversos socios de negocio a nivel mundial, incluyendo Major League Baseball.

Tras varios meses de negociaciones, Golovkin eventualmente acordó reducir la garantía de su pelea de diciembre de 2020 contra Szeremeta, a quien tenía opción de enfrentarse tras vencer a Derevyanchenko. Sin embargo, Golovkin se quedó sin un combate en la primera mitad del 2020.

Había interés en concertar una pelea entre Golovkin y el excampeón de las 154 libras Jaime Munguía, coorganizada con la empresa Golden Boy Promotions de Oscar De La Hoya; no obstante, los problemas entre Golovkin y Golden Boy anularon las posibilidades de llevar la pelea a cabo en el primer semestre de 2020.

Golden Boy seguía debiéndole a Golovkin la cantidad de $9.025.351 por beneficios financieros proveniente de la revancha contra Álvarez, según documentos judiciales. Y Golovkin no tenía interés en hacer negocios con un boxeador promovido por dicha empresa hasta resolver la disputa.

Ryota Murata es el último impedimento para Golovkin rumbo a un tercer enfrentamiento con Canelo.Kohjiro Kinno /Sports Illustrated via Getty Images

Según una demanda interpuesta por Golovkin el mes pasado en los tribunales del estado de California, éste tenía derecho a embolsar el 45% de todos los ingresos netos (incluyendo taquilla, recaudación televisiva por el sistema de pago por evento, circuito cerrado de televisión y derechos internacionales de transmisión) luego de que Golden Boy recibiera los primeros $2.5 millones en ingresos netos de taquilla. Golovkin afirma haber cobrado $9.025.351 para el 6 de julio de 2021. No obstante, busca recibir al menos $3 millones en daños y perjuicios.

La acción legal no afectaría la celebración del tercer episodio del duelo Canelo-GGG. Los ejecutivos de DAZN también intentaron renegociar el contrato de Álvarez antes de que éste demandase al servicio de streaming y a su entonces promotora Golden Boy. Canelo pudo rescindir su pacto con DAZN por 11 peleas y $365 millones luego de un acuerdo extrajudicial producido en noviembre de 2020, convirtiéndose en agente libre a nivel de promotoras.

Álvarez ha competido en cuatro ocasiones desde la formalización de su arreglo. Todos sus combates, con la excepción de uno, fueron promovidos por la empresa Matchroom Boxing (propiedad de Hearn) y transmitidos por DAZN. En total, Álvarez ha subido al cuadrilátero siete veces desde su revancha de septiembre de 2018 contra Golovkin, incluyendo un brutal nocaut a Sergey Kovalev para alzar el título del peso semipesado.

Posteriormente, Álvarez bajó de peso hasta llegar a las 168 libras y fue coronado campeón indiscutido de la división tras sus victorias sobre Callum Smith, Billy Joe Saunders y, más recientemente, Caleb Plant.

La tentativa tercera pelea contra Álvarez requeriría que Golovkin debutase como boxeador en las 168 libras, dándole la oportunidad de convertirse, no sólo en campeón en dos categorías sino también en indiscutido rey del peso supermediano.

¿Cómo afectaría a Golovkin su salto a las 168 libras?

“Esa es una pregunta por responder en la noche de la pelea”, afirma Golovkin. “Hasta 2 libras pueden afectar a un boxeador, de buena o mala manera”.

Sin importar cómo se perciba el choque desde el punto de vista competitivo, ciertamente será una bonanza financiera para ambos pugilistas. Los primeros dos combates generaron cada uno más de 1 millón de compras en el sistema de pago por evento, junto a más de $50 millones en ingresos totales de boletería en Las Vegas entre ambas peleas.

“Creo que es la pelea más importante que es factible”, indica Golovkin. “Podría haber otras, pero el negocio del boxeo impide que se lleven a cabo. La razón por la que creo que es una gran pelea es porque ya hemos dado dos fantásticos combates a los aficionados”.

Mucha gente en todo el mundo las vio. Los aficionados saben qué esperar, y creo que quieren ver más de lo que les dimos en las dos primeras ocasiones”.


La primera pelea entre Golovkin (izquierda) y Álvarez terminó en empate por decisión mayoritaria tras una polémica tarjeta de la jueza Adalaide Byrd.Ethan Miller/Getty Images

GOLOVKIN, CALIFICADO EN el número 2 del ranking del peso mediano de ESPN, estaba seguro de que había superado a Álvarez cuando chocaron por primera vez en septiembre de 2017, en una pelea que terminó en empate por decisión mayoritaria tras una polémica tarjeta de la jueza Adalaide Byrd. No importaba: Golovkin esperaba dejar las cosas claras en la revancha. Sin embargo, antes de que pudieran pelear en el fin de semana del Cinco de Mayo de 2018, Álvarez dio positivo a la sustancia prohibida clembuterol.

El hallazgo adverso desató una tormentosa controversia que generó una amarga rencilla entre ambos grandes púgiles “libra por libra”. Golovkin comentó que, al pensarlo mejor, había notado rastros de inyecciones en los brazos de Álvarez, lo que a su criterio constituía evidencias de que la estrella mexicana se había administrado sustancias para mejorar el rendimiento físico.

Las declaraciones de GGG no le cayeron bien a Álvarez, que mantuvo su inocencia todo el tiempo e insistía que los rastros de clembuterol fueron el resultado del consumo de carne contaminada ingerida en su Guadalajara natal. Álvarez prometió llevar la pelea a Golokvin en su segundo enfrentamiento y hacerle pagar por lo que dijo. Álvarez cumplió su promesa aplicando una presión incesante, en vez de boxear a contrapié, haciendo de la revancha un combate mucho más emocionante. Y esta vez, Álvarez se impuso en las tarjetas de dos jueces.

Aparentemente, el paso del tiempo no ha hecho mucho para calmar las aguas. El mes pasado, Álvarez comentó a los periodistas en San Diego que era algo personal. “Dice mucha mi—-, habla muchas cosas, pero ya veremos”, afirmó Álvarez sobre Golovkin. “Primero, lo primero: debo ganar el 7 de mayo”.

“No es algo personal para mí”, indica Golovkin. “Pasé la página de esas peleas antes de volver a casa. No me quedo en el pasado. Si volver a pelear contra mí es ‘personal’ para él, ¿por qué tardó cuatro años en decidirse hacerlo?”

“Numerosos reporteros me han preguntado sobre sus recientes comentarios y me parece que él se enfrenta a sus inseguridades propias. ¿Quizás quiere que la gente olvide las primeras dos peleas porque son demasiado dolorosas para él? No sé por qué, porque fueron grandes combates”.

Durante la historia del boxeo, promotores y cadenas de televisión han organizado la gran pelea con obstáculos finales para cada boxeador en un intento final de crear expectativa, sólo para que los planes terminen haciendo implosión. Más recientemente, Tyson Fury y Anthony Joshua estuvieron a punto de chocar en un combate por el título indiscutido del peso pesado; sin embargo, ambos tenían una pelea más frente a ellos. Fury se encargó de su parte al noquear a Deontay Wilder en octubre pasado, pero la derrota de Joshua ante Oleksandr Usyk un mes antes había acabado con las esperanzas de una pelea por el campeonato del peso pesado en la primavera.

Joshua era favorito por ligero margen contra Usyk; no obstante, existen muchos ejemplos más. De La Hoya era el gran favorito en 2004 cuando se le obsequió la decisión contra Felix Sturm para preservar su choque con Hopkins por el campeonato del peso mediano. Zab Judah fue sorprendido por Carlos Baldomir en 2006 en el preludio de un combate contra Floyd Mayweather; sin embargo, la promotora Top Rank decidió mantener la pelea, aunque con menor expectativa.

Ahora, Murata y Bivol tienen su oportunidad de atrapar a un rival superestrella en el futuro.

“He estado suficiente tiempo en el mundo del boxeo para saber: no puedes planificar con demasiada anticipación”, afirma Joe Markowski, vicepresidente ejecutivo de Plataforma Global de DAZN. “Pero si alguna vez se produce [la pelea Canelo-GGG 3], ocurrirá este año”.

Naturalmente, Álvarez y Golovkin insisten en que se encuentran únicamente concentrados en sus tareas inmediatas. Sin embargo, éste es un deporte con alta carga emotiva, con muchos insultos de por medio.

Álvarez (57-1-2, 39 KO) está en la cúspide de su nivel; aunque sube de peso con miras a un reto extraordinario. Bivol (19-0) es un boxeador mañoso y preciso con un jab excelente. Actualmente es número 2 del ranking de las 175 libras de ESPN.

Murata (16-2, 13 KO) es el número 4 del ranking del peso mediano de ESPN y se encuentra a varios niveles por debajo de Bivol. A pesar de ello, el medallista de oro olímpico en 2021 es un golpeador peligroso que ha despachado a rivales sólidos de la talla de Rob Brant y Steven Butler. Sin embargo, el receso del púgil de 36 años es más extenso que el de Golovkin: su nocaut técnico a Butler en el quinto asalto, su combate más reciente, se produjo hace más de 27 meses.

Además, el nivel de Golovkin es todo un misterio, con 40 años a cuestas y después de una ausencia de 16 meses fuera del cuadrilátero.

“Si sale y hace lo que Golovkin hace mejor que nadie, no será una pelea difícil para él”, afirma Sánchez. “Pero no me malinterpreten: Murata le dará un combate complicado. Está en su país natal, debe dar espectáculo. Pero Golovkin está a un paso por encima de él, incluso en estas instancias de su carrera”.

“Aunque recibirá golpes porque Murata no se dejará tumbar. Murata es un boxeador muy bueno, solo que no está al nivel de Golovkin”.

En pocas palabras, alzarse con el triunfo este sábado en Japón no bastará para que Golovkin cree sólidas expectativas con miras a un tercer combate contra Álvarez y demostrar que sigue formando parte de la élite del boxeo.

Una brutal finalización contra Murata (la misma clase de victoria que Golovkin obtenía reiteradamente durante su cadena de 23 nocauts consecutivos y que le elevó hasta alcanzar el súper estrellato) podría renovar el interés en el capítulo final de su trilogía contra Álvarez y dar a los aficionados una idea de la forma de Golovkin a estas alturas de su carrera.

Por el contrario, cualquier dificultad con Murata (menos favorito por margen 4-1 según Ceasars Sportsbook) dará legitimidad a la idea de que Golovkin prácticamente no tiene probabilidades de imponerse a Álvarez a finales de año, a pesar del consenso de que GGG ganó al menos 12 de sus 24 asaltos contra “Canelo”.

“No tengo interés en demostrarle nada a los ‘escépticos’ ni a nadie más”, afirma Golovkin. “Me encanta el deporte del boxeo y prepararme para una pelea. El entrenamiento es trabajo duro. Pero el trabajo duro me ha hecho un boxeador exitoso… Cuando suba al cuadrilátero contra Murata, será entretenido y emocionante. Espero que sea la pelea del año”.

“Canelo es el atleta y boxeador más fuerte que he enfrentado”, prosigue. “Creí que gané las primeras dos [peleas], así que ganar la tercera sería lo mismo para mí. Nada cambiaría para mí”.

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