Día inolvidable para Shakur Stevenson: derrota a Valdez, petición matrimonial y trifulca fuera del ring

Shakur Stevenson (18-0, 9 KOs) no sólo logró ante Óscar Valdez (30-1, 23 KOs) unificar dos títulos del superpluma, sino que dio un paso más en su carrera, demostrando que es uno de los púgiles con más talento y que más crece en la actualidad. El zurdo estadounidense pudo con el mexicano por decisión unánime (117-110, 118-109, 118-109).

Lo que comenzó como una pelea pareja entre dos campeones, se tornó en un monólogo a favor de Stevenson, sobre todo después de que en el sexto asalto el de Nueva Jersey derribara a Valdez en una acción de mucha clase. Al tiempo que Shakur retrocedía, esquivaba la derecha de su oponente y respondía con una rápida diestra. Todavía le dio tiempo a cambiar el cuerpo de posición mientras el mexicano se desestabilizaba, y lo remató de nuevo con su derecha.

Resulta demasiado sencillo decirlo, pero lo cierto es que a Stevenson le sobran recursos. Es el boxeador que quizá mejor boxea marcha atrás. Tiene una gran intuición y unos reflejos portentosos que le ayudan a esquivar y a responder de inmediato a un ataque. Sus habilidades recuerdan a las de Floyd Mayweather, si bien el joven de 24 años está todavía escribiendo los primeros capítulos de su carrera. El control del duelo ante Valdez fue suyo frente a un púgil muy peligroso. En el primer round quedó reflejada su efectividad. Aunque ‘The King’ respondió en los dos siguientes, el ritmo lo iba a marcar el nuevo campeón unificado.

La sorpresa de la noche vino cuando acabó la pelea y el presentador le preguntó a Stevenson quién sería su siguiente rival. Este se arrodilló y le propuso matrimonio a su novia, la rapera Young Lyric. Ella dijo que sí.

Después de esto, cuando el campeón estaba en plena conferencia de prensa, comenzó a escuchar la voz de su madre fuera de la sala. Stevenson se levantó y salió corriendo. Al parecer, los agentes de seguridad no dejaban pasar a su progenitora, que acabó enzarzada con otras dos mujeres. Se acabó montando una buena trifulca.

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