Evan Holyfield perdió el invicto luego de sufrir un tremendo KO en California

Cuando Eleazar Evan Holyfield llegó a la vida el 23 de octubre de 1997, su papá estaba desde hacía cuatro meses en las portadas y noticieros de todo el planeta. La imagen del enorme Evander Holyfield con su oreja derecha despedazada recorrió de punta a punta el mundo, así como también el rostro de un Mike Tyson desencajado, cuyo comportamiento indisciplinado sobre el ring marcaría el punto de inflexión en una carrera que solo iría cuesta abajo. Evan Holyfield era uno entre once hermanos, hijos de un hombre que tendría destino de leyenda sobre el ring, como un enorme peso crucero y como uno de los más excitantes peleadores pesados de la historia, hoy integrante del Salón de la Fama de Boxeo.

Evan aprendió desde muy chico el oficio de boxeador, gracias a que su papá tenía un ring improvisado en su casa de Atlanta, Georgia. A los 8 años se calzó los guantes por primera vez, y si bien coqueteó con artes marciales -taekwondo, entre ellas-, sabía que su legado estaba destinado al arte de los puños. “Todo lo que hago fuera del ring tiene que ser propicio para lo que hago dentro del ring”, es la frase elegida por el joven Evan, apodado Holy Yung, para abrir su página web, en la que cuenta quién es y qué hace.

Luego de una breve incursión en el terreno amateur, se hizo profesional el 2 de noviembre de 2019, en el MGM Grand de Las Vegas, frente a Nick Winstead, al que noqueó en la apertura de una cartelera que no era cualquiera: fue la que tuvo como choque estelar el de Canelo Álvarez frente a Sergey Kovalev, que le dio al mexicano el título mundial de los semipesados. Sin dudas, el apellido Holyfield hizo mucho para que sus primeros pasos en el boxeo profesional fueran por los caminos más iluminados.

De guardia ortodoxa y buen porte para el peso superwelter (mide 1,88m), Evan Holyfield encadenó una seguidilla de nueve triunfos, seis de ellos por la vía rápida.

Un desenlace inesperado

Anoche, fue programado en California en la cartelera que tenía como boxeador principal nuevamente al ruso Kovalev -que en su salto al peso crucero le quitó el invicto al búlgaro Tervel Pulev-. Holyifield fue programado contra Jurmain McDonald, un veterano de once peleas que perdió casi la mitad. Un claro rival de relleno para una carrera en franco ascenso. Sin embargo, en el boxeo una mano cambia todo. Y así ocurrió sobre el ring de Inglewood, con un desenlace que enmudeció a todos.

Uno furibundo cross de derecha de McDonald encontró a Holyfield con su brazo izquierdo muy bajo, un hueco propicio para que la mano entrara seca y letal. El hijo de la leyenda fue al piso. La cuenta llegó hasta 8 y cuando parecía que el pugilista de Atlanta iba a levantarse, el árbitro, Raul Caiz Jr., decretó el KO técnico al observar que no estaba en condiciones de seguir, pese a las quejas. El bombazo llegó al minuto 1:56 del segundo round.

“No va a ser a mí a quien golpeen”

Cuando Evan comenzó su carrera, todos los flashes fueron detrás del hijo de la leyenda. Muy tranquilo, contó qué le dijo su padre cuando le manifestó su deseo de tener una carrera como boxeador profesional: “Me dijo: ‘Tienes que entender, la gente va a esperar mucho más de ti de lo que eres ahora. Yo soy quien soy y tu eres quien eres y si vas a boxear, no boxees para hacerme feliz. Tienes que boxear porque quieres boxear. No voy a ser yo quien reciba los golpes, tú lo eres. No va a ser a mí a quien golpeen’”.

Sin embargo, no tuvo apoyo total para practicar el deporte que hizo famoso a su padre. “Cualquier cosa menos boxeo”, lo intimó su mamá, por lo que Evan dedicó varios años a la práctica del taekwondo. Sin embargo, fue descalificado de un torneo por golpear muy fuerte al rival en la cabeza. Fue entonces cuando intervino su padre y le recomendó que si quería hacer eso, lo mejor era volver a practicar boxeo. Y lo hizo. A los 13 años, se enfocó en perfeccionarse sobre el ring.

Su pelea con Charles Stanford, el año último, en la que noqueó en el segundo round
Su pelea con Charles Stanford, el año último, en la que noqueó en el segundo roundBrandon Magnus – GETTY IMAGES NORTH AMERICA

En una entrevista con el sitio inglés Metro, Evan Holyfield narró lo duro que fueron los comienzos en el gimnasio: “Los primeros meses, tal vez un año seguido, mi papá me llevó a este gimnasio, me enfrentaba a muchachos que eran mucho mayores, me golpeaban, me destrozaban. Después del primer mes, me preguntó si quería seguir boxeando. Por supuesto lo hice. Regresé al día siguiente. Fue una de las cosas que me mantuvo boxeando, recibir una paliza frente a tu padre. Sabiendo quién es, habiendo estado donde ha estado, sentí que las primeras veces se sentiría avergonzado, pero no fue así”.

Y continuó: “Hubo días en los que pensé que lo hice muy mal, pero nunca renuncié. Nunca lloré en el gimnasio, esperaría hasta llegar al auto. Pero cada vez que volvía al auto, él [su padre] me decía: ‘¡Oh, sí, lo hiciste bien!’ Sonaba como si este hombre estuviera loco. ¿Cómo que lo hice bien? ‘¡Bueno, seguiste intentándolo!’ Eso me dio el entendimiento para hacer mi mejor esfuerzo, eso es lo que me hizo ver”.

Su carrera es manejada por Main Events, la misma empresa que contrató a Evander Holyfield en 1984. “En este momento, tengo entrenadores y él es solo mi papá”, aclaró Evan. ‘Él me llama, yo lo llamo. El boxeo es algo de lo que le gusta hablar y, francamente, me encanta hablar de boxeo con él. Hablamos de sus peleas, le pregunto qué puedo hacer mejor. Pero nada más”.

LA NACION

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