Brian Castaño y el día después

Ya terminó todo. Y los hechos dicen que el norteamericano Jermell Charlo sumó la corona super welter WBO a sus otros tres títulos (WBA, WBC, IBF) para consagrarse campeón unificado, tras noquear en 10 asaltos al argentino Brian Castaño en el Dignity Health Park de Carson, California.

Por Carlos Irusta – ESPN

Charlo, quien ahora suma 35 victorias con 19 nocauts, un empate y una derrota, es el primero de esa división en lograr todos los títulos. Castaño, quien fuera campeón WBA, resignó su cetro WBO y perdió su invicto en 20 peleas, con 17 triunfos, 2 empates y 12 victorias por nocaut.

La pelea que fue transmitida por ESPN KNOCK OUT con los relatos de Renato Bermúdez, los comentarios de Salvador Chava Rodríguez y la tarjeta del “Juez de Hierro”, Fernando Barbosa, fue de eléctrico desarrollo y dramático final. De hecho, Barbosa tenía 86-85 para Charlo al momento de la definición (coincidimos).

Muy diferente a las amplias ventajas que le dieron David Sutherland (87-84), Zachary Young (88-83) y Glenn Feldman quien lo tenía arriba a Charlo por ¡89-82! O sea que para él, el argentino apenas logró ganar un round.

Junto a Sergio “Maravilla” Martínez, Cecilia Comunales y Marcelo Domínguez, presentes en el estudio de ESPN KNOCK OUT, la óptica fue diferente para nosotros, que sentíamos estar en presencia de una pelea muy pareja. Especialmente en los primeros cinco rounds, porque luego la historia cambió.

Castaño hizo un tremendo desgaste y logró las mejores combinaciones hasta el quinto e inolvidable asalto, en donde obligó a “Iron Man” a retroceder, conectando tremendas izquierdas en cross a la mandíbula.

El sexto también fue un capítulo de altísimo voltaje en donde también logró llevarse el round según nuestro criterio. Convengamos que fueron asaltos en los cuales, aun sacando ventajas, el argentino también recibió manos muy poderosas.

Luego, a partir del séptimo y hasta el categórico final, empezaron a mermar las fuerzas de “El Boxi”. Se convirtió en un blanco casi fijo para Charlo, quien comenzó a trabajar con la tranquilidad de la falta de presión de Castaño –que habia sido hasta ese momento, su arma principal.

Finalmente, en el décimo, llegaron varios golpes ascendentes coronados por una izquierda en uppercut que tomó a Castaño en el parietal, para dejarlo en el suelo. En malas condiciones se puso de pie e intentó lo imposible porque entero, vigoroso y con todo a favor.

Charlo salió de su rincón neutral de espaldas al árbitro y quedó a menos de un metro de Castaño y volvió a derribarlo con una doble izquierda, primero a la cabeza y luego al cuerpo, por lo que Cantú detuvo la pelea, a los 2m33 segundos.

¿Qué pasó? Es la pregunta del millón y por eso mismo difícil de responder. Solamente el equipo de Castaño, encabezado por su padre y técnico, Carlos, preparador físico Matías Erbin y el propio boxeador, tendrá la respuesta.

El ritmo que impuso Castaño empezó a declinar en el sexto y se notó claramente a partir del séptimo asalto. De hecho, según le declaró Carlos Castaño a nuestro compañero Chava Rodríguez, llegó a aconsejarle a su hijo –palabras más, palabras menos- que no debía continuar.

Eso solamente puede decirse durante en un minuto de descanso, y no sabemos en qué momento ocurrió.

Con eso queremos decir que la mano que derriba por primera vez a Castaño no es solamente un descuido o una mano afortunada, sino el punto final de un proceso que venía desde los rounds anteriores. Muchos golpes del norteamericano llegaron con tremenda fuerza a la cabeza de Castaño, a pesar de que este los soportó bien.

Eso sin tener en cuenta que en el ring se notaban diferentes categorías desde los físicos. Castaño no deja de ser pequeño para super welter y Charlo es grande para la división. No es excusa alguna, por cierto, ya que eso ocurrió también en la primera pelea, en la que para la mayoría, habia ganado Castaño a pesar del empate.

Sería muy simplista decir que fue un error de preparación, puesto que tal afirmación solamente puede hacerse tras un seguimiento muy cercano al Team.

Más allá de la lesión del bíceps, que igual le permitió moverse al argentino, él llegó a los Estados Unidos en la primera semana de enero. Teniendo en cuenta que ya venía entrenando en Argentina, por lo menos tuvo, dentro de su estadía en Los Angeles, cuatro meses completos para la puesta a punto.

O el castigo de Charlo se fue acumulando o el despliegue de presión fue más fuerte de lo calculado, o hubo alguna mano al cuerpo que lo dejó sin piernas ni reservas. O, para ajustar más el cuadro, todos estos elementos fueron contribuyendo a la derrota del argentino.

Lo cierto es que, tras haber realizado un sólido y gran trabajo en la primera parte, Castaño bajó derrotado. Todo lo que hizo en la versión anterior y en los seis primeros asaltos, lo mostraron como un tremendo guerrero que es, dotado de un corazón de león, que lo consagran como un peleador que seguirá concitando en interés de los aficionados.

La futurología no es nuestro fuerte. Eso sí, estamos seguros de que El Boxi deberá tomarse un largo descanso, para sobreponerse al castigo recibido. Vista la pelea con absoluta frialdad, puede decirse que la segunda caída estuvo de más puesto que si Cantú hubiera llevado la cuenta a diez en la primera o la hubiese detenido, nadie podría hacer reclamos, aunque ya se sabe que la ley del ring es así.

Se viene manteniendo desde hace años que Castaño es más un welter natural que un super welter pero hoy, ya con 32 años, pedirle que baje de división parece un imposible.

No siendo un noqueador, su trabajo es por un lado meter una presión sin desmayos y luego convencer a los jueces –recordar el empate con Erislandy Lara-, porque repasando las tarjetas oficiales da la idea que todo lo que logró en los primeros rounds no le sirvió para nada.

Como dijo uno de los invitados de ESPN KNOCK OUT, el ex campeón mundial crucero, Marcelo Domínguez, “Con estos jurados, si lo ponía nocaut a Charlo le daban empate”. La frase obligó a la risa de Maravilla Martínez quien justamente, lo había puesto nocaut a Kermit Cintrón (el árbitro contó claramente hasta diez) y sin embargo la pelea siguió… ¡Y le dieron empate!

Valga el aparte para distender un poco el clima de la nota, porque en los primeros asaltos pensamos que Castaño iba a poder lograrlo y, aunque se jugó todo en la pelea, se quedó sin nada. Tal vez el exceso de presión en esos capítulos luego le pasó una factura que lo dejó sin el vigor necesario.

Habrá que esperar ahora, porque viene el momento de un sinceramiento total del grupo, para repasar errores –si los hubo- y planificar el futuro. Como suele ocurrir, con el llamado “Diario del lunes” aparecen los que ya sabían que esto iba a ocurrir. Y si, se sabía que era una pelea muy difícil, que esto podía ocurrir ante un pegador como Charlo, pero no olvidemos que la primera fue un empate discutible y con ventajas para Brian.

El tiempo suele curar las heridas y también poner en claro las cosas. Ahora ese es el tiempo de Brian Castaño, quien debe saber que cayó con todos los honores, que no hay nada que reprocharle y que el boxeo, al igual que la vida, siempre da revanchas.

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