Los 55 años de Locomotora Castro: el dueño de uno de los mejores nocauts de la historia del boxeo argentino

“La Mano de Dios” fue patentada por Diego Armando Maradona al convertir el primero de sus goles ante Inglaterra, en el Mundial de México 1986. Sin embargo, ese término también refiere a otra hazaña del deporte argentino. Es que Jorge “Locomotora” Castro, que celebra sus 55 años, definió de esa manera al cross de zurda que lo hizo dueño de uno de los mejores nocauts de la historia del boxeo nacional.

Locomotora Castro: una dura infancia y sus comienzos en el ring

Jorge “Locomotora” Castro nació el 18 de agosto de 1967 en Santa Cruz. Sus papás se separaron y él se fue a vivir a Catamarca junto a su padre y un hermano. “Pasamos una vida de mierda porque mi padre era alcohólico y nos re cagaba a palos. Después de tres años, mi vieja nos fue a ver cómo estábamos, yo tenía 12 años, y me llevó al sur. Estuve ocho meses en el campo trabajando, era ovillador. Y cuando volví al pueblo, a Caleta Olivia, a los 14 años me puse a pelear”, recordó.

Con apenas 15 años, ya trabajaba como personal de seguridad en un boliche de la zona. “Yo era terrible, un mocoso y si había piñas me metía. Ese era mi juego. El que se quería mandar yo le decía que no y si me decían qué te pasa pendejo, ‘pam’ andá para afuera. A los tres meses que empecé a entrenar boxeo, ya cagaba a piñas a todos. Fui tocado con la varita mágica. Yo nací boxeador”, contó.

Su carrera como pugilista rentado comenzó recién a fines de 1989. Desde entonces, recorrió el mundo para pelear. En total, disputó 144 combates: 130 victorias (90 por nocaut), 11 derrotas y tres empates. Su consagración llegó en 1994, cuando ganó el título de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) tras vencer a Reggie Johnson en Buenos Aires. Luego de conseguir su primera defensa exitosa ante Alex Ramos, viajó a Monterrey para enfrentarse ante John David Jackson. Sin saberlo, iba rumbo a la noche más recordada de su trayectoria.

Locomotora Castro: uno de los mejores nocauts de la historia del boxeo argentino

El 10 de diciembre de 1994, Locomotora Castro se enfrentó ante John David Jackson para el título mediano de la AMB en el estadio de beisbol de Monterrey, México. La superioridad del estadounidense era abrumadora y la cara del argentino era la mejor evidencia: luego de siete rounds, le brotaba sangre por ambos párpados y por la boca.

Antes de salir al octavo asalto, el médico lo revisó y sostuvo que no podía continuar. Sin embargo, el rincón de Castro convenció al árbitro sudafricano Stanley Christodoulou para que el combate continuara. Sin embargo, ese round se alineó con el desarrollo de los anteriores. “Él entraba, me metía dos o tres piñas y salía. Nunca me daba la distancia, estaba muy veloz y yo estaba casi ciego por toda la sangre que tenía en las cejas”, recordó el pugilista patagónico.

Entonces llegó un ultimátum: el noveno asalto iba a ser el último. Matemáticamente ya era imposible que ganara por puntos, por lo que necesitaba un milagro. Fue entonces que apareció “La Mano de Dios”, como él mismo la denominó en homenaje a Diego Armando Maradona. Cuando restaba un minuto para que sonara la campana, Jackson llevó contra las cuerdas a Castro, que aguantaba como podía la embestida.

Aparentemente desarmado y tambaleante, se sobrepuso a una ráfaga de golpes durante diez segundos. “Me vino a buscar muy confiado, yo me fui contra las cuerdas y le simulé estar sentido”, contó. Entonces contraatacó: intentó un cross de derecha que pasó de largo, pero luego impactó con una zurda contundente que hizo que su rival cayera contra la lona. Aunque logró levantarse, la historia ya estaba escrita: el argentino lo derribó otras dos veces y logró la defensa del cinturón.

“Fue un momento muy feo. Cuando me vi en el espejo, me puse a llorar. Y no por haber ganado la pelea, sino porque nunca me había visto así, todo roto. La cara era una máscara. Me dio muchísima impresión. Nunca me sentí peor. Fue la peor pelea de mi vida, nunca nadie me pegó tanto”, reconoció Castro, que se llevó como recuerdo seis puntos de sutura en el párpado izquierdo y otros cinco en el derecho.

Locomotora Castro: el ocaso de su carrera

Luego de vencer a Jackson, logró defender el título en otras dos oportunidades: ante el guyanés Anthony Andrews y luego ante Reggie Johnson. Finalmente perdió el cinturón el 19 de diciembre de 1995 en el Korakeun Hall de Tokio, donde cayó por puntos ante Shinki Takehara, que se convirtió en el primer japonés campeón de la categoría mediano.

En 1997 tuvo dos peleas ante el legendario Roberto “Mano de Piedra” Durán: le ganó en Mar del Plata y perdió en Panamá. El 20 de febrero de 1998 volvió a medirse contra John David Jackson, aunque esta vez no había en juego un cinturón, sino un irrelevante título Fedelatin supermediano de la AMB. Se impuso por puntos, aunque ambos dejaron en evidencia que estaban en el ocaso de su carrera.

Su retiro llegó tras vencer al colombiano José Luis Herrera el 27 de enero de 2007 en Mar del Plata. Antes de eso, fracasó en tres peleas por el campeonato mundial en peso crucero, afrontó una condena a tres años de prisión en suspenso por un accidente automovilístico que en 1995 dejó un a joven de 18 años muerta y también estuvo en coma inducido durante tres semanas por otro siniestro vial.

 

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