Historia de boxeo: a 99 años de una derrota digna… y con un “coach virtual”

Por Carlos Rossi, locutor y periodista (*)

Pocos días atrás, el miércoles 14 de septiembre falleció uno de los campeones mundiales de boxeo más recordados, Horacio Accavallo a los 87 años.

El pequeño, por su altura de 1,55 m, fue Campeón Mundial Peso Mosca AMB y CMB entre 1966 y 1968 y fue un grande, por su espíritu de superación constante. Todo un ejemplo al mérito. De cartonero, trapecista y lustrabotas, al retirarse del boxeo, se convirtió en un importante empresario con su propia marca de prendas deportivas.

Accavallo falleció el 14 de septiembre, cuando se conmemora el Día del Boxeador Argentino, en homenaje a uno de los acontecimientos más importantes del boxeo de nuestro país.

El 14 de septiembre de 1923 fue la primera vez que un argentino, Luis Ángel Firpo, disputaba una pelea por el título Mundial de los Pesos Pesados.

Se la llamó la “Pelea del Siglo” y tuvo lugar en el Polo Ground de Nueva York.

Firpo, “El Toro de las Pampas”,  nacido en Junín, de casi metro noventa de estatura y 100 kg de peso, desafió al entonces campeón de la categoría, el estadounidense Jack Dempsey.

La pelea fue ruda y por momentos hasta rabiosa.

En el primer Round, el estadounidense derribó a Firpo en siete oportunidades.

Sin rendirse, el juninense, en los últimos minutos aplicó un tremendo derechazo a Dempsey que lo sacó del ring.

El boxeador americano estuvo 17 segundos fuera del ring. Regresó al cuadrilátero con la ayuda de los periodistas ubicados en el ring-side y la complicidad del árbitro de apellido Gallagher, que solo llevó a cuenta hasta 9. Indiscutiblemente, Firpo debió haber ganado por nocaut.

Ocurrió lo contrario. En el segundo round, a los 57 segundos, Dempsey  noqueó a Firpo y retuvo su corona.

A pesar de la derrota, el Toro de las Pampas se convirtió en uno de los boxeadores más aclamados de la historia argentina.

Vale aclarar, que hace 99 años atrás, las funciones de boxeo estaban proscriptas y solo se practicaban de forma amateur, siendo las peleas escasas y clandestinas.

La presentación de Firpo en Estados Unidos permitió que el boxeo se visualizara en América Latina, y en Argentina se admitió su práctica legal.

Sin lugar a dudas, fue éste un hito en la historia del deporte de nuestro país, del boxeo en particular, que además, dejó un dato curioso…

Félix Bunge, empresario y hacendado proveniente de una de las familias más tradicionales de Argentina, fue quien impulsó a Firpo a boxear, sorprendido por la fuerza y vitalidad del juninense cuando trabajaba en su fábrica de ladrillos. Bunge lo aconsejó, lo apoyó económicamente y se convirtió en su coach.

No obstante, Don Félix no viajó a Estados Unidos para estar en el rincón de Ángel en esa pelea ante Dempsey, por cuestiones de negocios.

Sí fijó el plan de la pelea en varias carpetas que contenían tales instrucciones con fotografías de dos boxeadores aficionados como modelos, con las distintas estrategias de golpes y posiciones en el ring.

Tales instrucciones técnicas, al no estar presente Bunge, fueron transmitidas desde el rincón de Firpo por quién actuó como segundo, un amigo de nombre Horacio Lavalle.

Puede decirse risueñamente que esas instrucciones a la distancia, fueron una primera transmisión virtual de datos.

Hoy Bunge hubiera utilizado  Whatsapp.

(*)Podes escuchar a Carlos Rossi en Hora de Radio, de lunes a viernes a las 19 por La Brújula 24.

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