A 52 años del tremendo nocaut de Carlos Monzón a Nino Benvenuti: así fue la piña que lo consagró

Un día como hoy, hace 52 años, se producía un hito histórico para el boxeo argentino: nacía el reinado de Carlos Monzón en la categoría mediano. En Roma, ante su público, el campeón Nino Benvenuti era humillado por un ignoto santafesino que había salido al ring dispuesto a aniquilarlo.

Después de un 11º round en el que el retador sacó ventaja, llegó el momento cumbre y luego de unos certeros golpes de izquierdaMonzón despachó un furibundo derechazo que conmovió la mandíbula del italiano y lo mandó a la lona, en una imagen que pasó a la historia como uno de los nocauts más importantes del boxeo argentino.

El cuerpo de Nino Benvenuti se flameó como un papel después de recibir el terrible derechazo del argentino.
El cuerpo de Nino Benvenuti se flameó como un papel después de recibir el terrible derechazo del argentino.

La piña consagratoria fue un potente recto de derecha que impactó de lleno en la mandíbula de Benvenuti. El golpe llegó con la máxima fuerza porque Monzón había sacado su mano a corta distancia y el momento de contacto se produjo poco antes de finalizar el recorrido, lo que le dio una violencia irresistible.

Nino Benvenuti, quien estaba muy cerca de su rincón en ese momento, se fue para atrás y no pudo continuar retrocediendo porque se topó con las cuerdas y cayó arrodillado ante el estupor de su público que había colmado el Palacio de los Deportes de Roma.

La piña histórica de Monzón a Benvenuti: derechazo a la mandíbula

Antes de ese golpe letal Carlos Monzón había demostrado una contundencia que poco a poco fue destruyendo el estado físico del campeón. La estrategia era aplicar jabs y ganchos de izquierda para ir venciendo la resistencia de Benvenuti y abrir su guardia para llegar luego con la derecha mortal. Así fue la secuencia del nocaut, ocurrido al minuto y 57 segundos de ese inolvidable 12º round.

El árbitro inglés Harry Gibbs inició la cuenta y finalizando la misma el italiano intentó incorporarse. Parecía un borracho trastabillando por el ring. Dio algunos pasos laterales, pareció hacer señas con su brazo izquierdo como diciendo “no va más” y volvió a caer.

En ese momento se iniciaron los festejos y Monzón fue alzado en andas por los argentinos que coparon el ring. Los espectadores reconocieron al nuevo campeón con aplausos respetuosos mientras en el rincón del italiano trataban de recuperar al noqueado y aun conmocionado Benvenuti, que hasta el momento del derechazo que puso fin a su reinado ya venía perdiendo por dos puntos en las tarjetas extraoficiales de los entendidos.

Por entonces el santafesino tenía 28 años y se convertía en el cuarto campeón mundial del boxeo argentino. Luego defendió el título exitosamente en 14 oportunidades y fue ídolo del deporte en la década del 70, junto a Diego Maradona, Carlos Reutemann y Guillermo Vilas.

Lo eligieron para ponerle un rival “fácil” a Nino

Aquel combate histórico del que hoy se cumplen 52 años tuvo algunas perlitas destacables. Una de ellas fue la exigua bolsa que recibió Monzón: 15 mil dólares. Otro dato llamativo es que el manager de Benvenuti eligió al argentino por considerarlo un rival accesible. Prefirió no exponer a su púgil a un nuevo combate con Emile Griffith, sin advertir que lo estaba poniendo en frente de una máquina de pegar. Lo llevó de la mano a la jaula del león de San Javier.

Una anécdota curiosa que solía recordar Tito Lectoure era que tuvo que llamar de urgencia a Juan Carlos Lorenzo, DT del Lazio, para que le “prestara” al médico del plantel un rato antes de la pelea, porque necesitaba infiltrar a Monzón por dolores en la mano. No había un profesional en el equipo para hacer el procedimiento y hubo que solucionarlo a las apuradas.

Carlos Monzón y Susana Giménez, una historia de amor inolvidable.
Carlos Monzón y Susana Giménez, una historia de amor inolvidable.

Después de la pelea Benvenuti dejó su impresión del argentino: “Sentí que Monzón había subido al ring dispuesto no solo a hacer una buena pelea… El salió decidido a destruirme. Nunca había enfrentado a un rival de su fiereza”.

Amílcar Brusa, entrenador de Monzón, recordaba sus indicaciones previas al asalto definitorio: “Carlos, el Tano no da más… Ahora salí y matalo. Que no pase de este round”.

Carlos Monzon con Rodrigo Valdez el 30 julio 1977
Carlos Monzon con Rodrigo Valdez el 30 julio 1977

Una de las defensas de Monzón fue la revancha ante Benvenuti, esta vez en Montecarlo, en mayo del 71. El argentino lo derribó en el segundo round y nuevamente en el tercero, cuando desde el rincón de Nino voló la toalla para decretar el nocaut técnico.

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