Maravilla y Bebu, entre pizzas y knock outs

“Yo conozco una pizzería abierta acá enfrente”, dijo Emiliano. Y, teniendo en cuenta justamente que ya no era hora de ir mirando la hora, salimos todos juntos. Allá, enfrente, no muy lejos, un cartel iluminado anunciaba “PIZZA” y hubo un breve festejo: lo que estábamos buscando.

Emiliano, nuestro guía, es Emiliano Martín García, conocido por “Pac man”, que unas horas antes había perdido con el invicto cubano Idalberto Umara por nocaut técnico en 5. “Me dio un terrible golpe en la pierna y el referí me dijo algo así como que yo seguía peleando o me descalificaba y, por supuesto, seguí”, contó luego.

Con Emiliano estaban Francisco Verón, su hijo Francisco, más conocido por “Bebu”, y este periodista. Había quedado atrás la noche de “KO A LAS DROGAS”, tradicional espectáculo de boxeo que organiza la Asociación Mundial, que ya lleva un siglo de vida y que está celebrando una nueva convención, la del Centenario, en este caso en Orlando, Florida. El presidente de la entidad, Gilbertico Jesús Mendoza, fue quien abrió las sesiones a realizarse en el Hotel Caribe Royale. El presidente, entre otros temas, se ocupó de mencionar un plan de reducción de número de títulos mundiales y de campeones, de 54 a 24, para hallar un solo campeón por categoría.

La Academia de la WBA, el WBA Challenge y un acuerdo reciente entre la entidad y la IBA, para promover mundialmente el boxeo amateur, fueron algunos de los aspectos que Gilbertico, como se lo conoce en el panorama del boxeo, se ocupó en la introducción. La influencia de la WBA en África –de hecho, ESPN KNOCK OUT también está ocupándose del tema en transmisiones habituales desde ese continente-, o la presencia de dos figuras tan distintas y convocantes como el legendario Don King y el revolucionario Jake Paul, marcaron parte de la tendencia de esta Convención del Centenario.

La noche del domingo, en el Convention Center del lujoso Caribe Royale, estuvo cargada de emociones, porque los argentinos, tanto Bebu, como Emiliano García, Guillermo Crocco y nada más ni nada menos que Sergio “Maravilla” Martínez fueron actores. Ganaron Verón y Martínez, y García y Crocco conocieron la derrota. Crocco debió abandonar por una lesión en el hombro luego de su primer asalto ante el invicto cubano Orestes Velazquez. “Me siento mal perdiendo así, pero tampoco podía seguir, por lo que lamentablemente, todo duró muy poco para mí”, nos dijo luego.

Sin dudas, la presencia de Maravilla fue una atracción, ya que volvió al territorio norteamericano luego de haber perdido ante Miguel Cotto en el Madison, aquella noche (7 de junio de 2014) en la que también se quedó sin su cinturón mundial mediano WBC y pareció que el boxeo se terminaba para él.

De hecho, anunció su retiro oficialmente.

Pero volvió.

Y lo hizo. En este caso en una pelea programada a 8 asaltos ante el norteamericano Noah Kidd, que subió con un récord de 6 victorias, 6 derrotas y 2 empates. A los 27, con veinte años menos que el argentino, no pudo hacer mucho, porque en el segundo asalto una mano al cuerpo terminó con sus aspiraciones. La pelea fue sin televisión y una de las últimas de una velada que terminó a la medianoche del domingo.

Que Maravilla, todo un ex campeón mundial, haya combatido casi al cierre de la noche, luego de transcurridas las peleas estelares, fue una falta de respeto hacia un gran campeón por su jerarquía y su historia. Tuvo que esperar, calentar y volver a esperar varias veces, porque el orden de las peleas, vaya a saber uno por qué, se iba alterando.

Vestido con una camiseta de la Selección Argentina, no perdió nunca el humor y aceptó las reglas de juego casi con una sonrisa, aunque tal vez “la procesión haya ido por dentro”, como suele decirse. Junto a su técnico, Tinín Rodríguez, fueron modificando ritmos y movimientos, esperando el momento del combate que llegó casi a la medianoche. Ninguna queja, simplemente concentración y sonrisas. No había otra salida.

Lució sólido, lució bien, lució en gran estado y manejó la pelea ante un hombre que salió a tirar golpes, pero que fue superado por la técnica de quien sigue soñando intensamente con una pronta pelea de campeonato mundial. Por ahora, el objetivo es combatir más seguido y, si se puede, nuevamente en los Estados Unidos. Como suele decir siempre: “Déjenme el derecho a soñar y proyectar, después de todo, se trata de mi vida”. Y, aunque luchar contra el Padre Tiempo no es fácil, tiene todo el derecho del mundo a hacerlo.

Con Marcos “Chino” Maidana, Mariano Carrera, Clara Lescurat, Bernard Hopkins, Kina Malpartida, Fernando Vargas, Franchon Crews Dezum, Jackie Nava, Ryota Murata o Nonito Donaire, entre tantos otros ubicados en el ring side, Bebu Verón logró una victoria muy bien trabajada ante Leonardo di Stefano Ruiz, un mexicano con raíces italianas y españolas, nacido en Alemania y que subió invicto con 10 peleas con 7 nocauts a favor.

Estuvo presente casi todo el equipo de ESPN KNOCK OUT, en donde una de nuestras comentaristas, Cecilia Comunales, “La Reina”, por su condición de ex campeona del mundo, estuvo sobre el ring junto a Clara Lescurat, por ejemplo.

Si Sergio Martínez sueña con una nueva oportunidad mundial, Bebu siente que todavía hay mucho por delante, de la mano de Chino Maidana Promotions. Obtuvo el título Continental de peso mediano en forma inobjetable, en una pelea y un programa en el que el argentino Lautaro Emmanuel Moreno fue supervisor de la WBA. Un dirigente que en silencio ha ido ganando cada día mejores espacios dentro de la entidad. De hecho, hizo una brillante exposición sobre el futuro y planteó una serie de proyectos que fueron muy bien recibidos.

“Me lesioné la mano derecha en el tercer round, pero igual seguí trabajando, por supuesto. Mi rival fue muy duro y valiente”, nos decía Verón ya en la trasnoche del espectáculo, pizza de por medio. “Pero igual, me parece que a lo mejor debieron detenerla antes. Ahora quiero descansar. Creo que lo de la mano no es mucho y espero pelear de nuevo y lo antes posible, creo que la gente de Chino Maidana Promotions está haciendo las cosas bien y yo solamente espero seguir creciendo”.

“Los dos lucieron muy bien, se nota que trabajan en serio, me gustó verlos”, nos decía Marcos Escudero, boxeador argentino radicado en los Estados Unidos, que suma 13 (11)-2-0. Y lo mismo ocurrió, en cuanto al concepto, con otros argentinos como Rodrigo Calabrese –el técnico de Fernando “Puma” Martinez-, o “Pileta”, primo del Chino Maidana y hombre de Chino Maidana Promotions.

Fueron dos caras de una medalla. El excampeón ya consagrado que lucha para volver a serlo, tratando de hacer realidad un sueño, y Bebu, el joven en ascenso que justamente en la misma categoría, viene bregando por lo mismo. No sería justo hablar de tiempo pasado para Maravilla Martínez, porque él quiere estar en la acción, de la misma manera que se puede hablar de futuro de Verón, aunque cada día forma parte de un promisorio presente para el boxeo argentino.

Maravilla y el Chino se encontraron a la mañana siguiente y se dieron un abrazo. Verón, un rato antes, había emprendido vuelo a la Argentina con su flamante cinturón. Tanto Martínez como Bebu llevarán nuevos sueños en el equipaje.

La noche de ese domingo 11 de diciembre quedó atrás. Y, por cierto, la pizza estuvo muy buena, junto con las confesiones de madrugada, en donde quedaron flotando ilusiones y proyectos para el boxeo argentino.

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