Denys Berinchyk, de defender a Ucrania del ataque de Rusia, a ser campeón de Europa

Finalizaba el combate en la noche gélida de Londres y ambos boxeadores levantaban los brazos en señal de victoria, pero la decisión la tenían los jueces. Tenían que decidir entre el campeón el francés Yvan Mendy (47, 22 KOS-7-1) y el ucraniano Denys Berinchyk (18, 9KOS-0-0), que acudía a la cita con el ring invicto.

El combate, como mandan las grandes ocasiones, estaba pactado a 12 asaltos de tres minutos cada uno, a lo largo de los cuáles ninguno de los dos boxeadores fue muy superior al otro, aunque poco a poco quedaba la sensación en el ambiente que el campeón Mendy, pese a sacar dos buenas derechas en el 9º y en el 12º round, podía haber pecado de exceso de conservadurismo, de no poner toda la carne en el asador, ante un duro aspirante que nunca perdió la cara a la pelea y que se fue a por todas en los tres últimos combates de la pelea.

En estos últimos tres minutos Denys Berinchyk lanzó un par de manos inferiores hacia su oponente y alguna que otra derecha, pero poco podía imaginarse, a tenor de su reacción final, Mendy que iba a perder este combate y ceder su corona de la EBU del peso super ligero ante su rival.

Parecía un combate cerrado, pero a la hora de la verdad los tres jueces (Victor Loughlin, Kieran McCann y Kevin Parker) no lo vieron así, dando las siguientes puntuaciones: 117-112, 116-112 y 116-112 y, por extensión, dando como campeón al aspirante.

 

Un aspirante (plata en los Juegos Olímpicos de Londres y plata en el Campeonato del Mundo de Bazú, Azerbaiyán) que a sus 34 años llevaba un año sin boxear. En marzo estuvo en el frente defendiendo a su país de los ataques del ejército ruso y después puso rumbo a Montenegro para ponerse en manos de su entrenador para llegar al duelo ante Mendy en óptimas condiciones. El trabajo ha dado sus frutos.

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