Es el momento de Jaime Munguía en las 154 libras

Una cosa llevó a la otra. La estrafalaria Comisión Atlética de Nevada no lo autorizó a enfrentar a Gennady Golovkin en Las Vegas por el título mediano, pero su nombre quedó sonando y se abrió una oportunidad por el cetro súper welter de la OMB y lo disputará el 12 de mayo en Nueva York. A los 21 años, con cinco años de carrera profesional, un invicto sólido de 28 peleas y 24 de ellas ganadas por la vía rápida, un 86% en porcentaje KOs, hace un largo rato que Jaime Munguía está listo para ir por un título mundial.

Tan listo, como lo estuvo en su momento Saúl “Canelo” Álvarez que con menos años que Munguia estaba enfrentando a rivales de primer nivel. Munguia no solo tiene una experiencia profesional de cinco años y un promedio de más de cinco combates por año, tuvo también una destacadísima carrera como amateur en la que llegó incluso a ser campeón nacional en México.

La oportunidad nace de una casualidad (la enfermedad de Liam Smith), pero en cierta forma hace justicia con sus merecimientos. Especialmente en un momento en que hay púgiles a los cuales se les dan oportunidades con menos de diez peleas en su palmarés y en muchos casos ni siquiera han tenido pasado amateur. La oportunidad es justa y bienvenida para Munguia. Ha llegado su momento, ahora, que la sepa aprovechar es otra cosa, es otro comentario y necesariamente dependerá de muchos factores. Es un desafío por donde se le mire.

UNA PRUEBA PELIGROSA Y EDUCADORA

Enfrentar a Sadam Ali para Munguía no solo es subir dos escalones para ir directamente a probarse en el primer nivel, también es una prueba de fuego en donde las recompensas van atadas a los grandes riesgos que implica su rival. Ali es un oponente con menos peleas que el mexicano, pero con más años y mejor trayecto por el cuadrilátero. Es decir, ha enfrentado a rivales de mejor nivel que Munguía y esa experiencia tendrá un peso considerable en una pelea de estrategias como la que van a protagonizar el 12 de mayo.

Porque de eso se trata ese combate, de plan de pelea contra plan de pelea, entre dos rivales muy técnicos y con doble marcha. Lo mismo ponen presión, que ceden terreno para confundir o confiar al adversario. La inteligencia táctica no estará de un lado solo y ello determinara el trámite del combate.

Munguía es un típico prospecto de la mejor escuela mexicana. Golpea duro, se inclina por lastimar con el gancho por afuera, resiste castigo y no evita el intercambio si es necesario. No obstante, hay que aceptar que hasta hoy ha enfrentado a buenos rivales, pero rivales conocidos y con un mismo origen boxístico. Ali es otra cosa y en ese aspecto para Munguía será territorio desconocido.

El campeón súper welter de la OMB es un púgil de buenas cualidades técnicas y manejo sobre piernas, es rápido en su golpeo y esa rapidez es el factor de desequilibrio en su ofensiva. Suele tener alto volumen de golpeo y ser efectivo debido a sus combinaciones en velocidad en la media y corta distancia, entrando. Es elusivo y no es fácil conectarlo, sin embargo tiene momentos de desconcentración que lo han perjudicado a su bloqueo defensivo. Así le ocurrió ante Jessie Vargas que lo lastimó con golpes largos y anunciados que determinaron su única derrota, un KOT en el noveno episodio.

A Munguía le gusta trabajar la pelea en la media o en la distancia completa. Su buen alcance sumado a la efectividad de su golpeo de poder, le permite manejarse con cautela sin dejar de ser agresivo en su boxeo. El nacido en Tijuana, utiliza todo el cuadrilátero, es paciente, se cierra bien arriba y no duda en retroceder para romper la secuencia del rival. También parece tener buena asimilación. En sus peleas lo suelen conectar a menudo, como le ocurrió ante Álvaro “Tyson” Robles que le llegó de manera reiterada con las dos manos y Munguía soportó muy bien el castigo, hasta que ganó ese combate por la vía rápida. Es peligrosísimo en el contragolpe, lanza muy bien los ganchos, pero es lento para cerrarse después de conectar por eso usa mucho la distancia. Su combinación preferida es la recta de izquierda y el gancho lago por afuera. Cuando va a la media distancia a conectar golpes de poder, suele ser muy efectivo.

El mayor problema de Jaime Munguía pasa en su ritmo de pelea, es lento, aun no domina totalmente el cuerpeo para pasar golpes y no es un virtuoso en reflejos defensivos. Recibe muchos golpes y no es difícil conectarlo entrando o de contragolpe. Ocurre que cuando da el paso adelante para soltar la recta y luego quebrarse para aprovechar su largo brazo a la hora de lanzar el gancho a la zona media, la lentitud de esa maniobra lo expone. Ante un rival rápido y con una buena lectura táctica de la pelea como Ali, ese defecto será un problema serio que hasta le puede costar el combate.

Es una prueba muy seria, sin duda, que le permitirá al mexicano examinar su propia evolución y hasta donde ha logrado llegar en su desarrollo. Más allá del resultado, a los 21 años está aterrizando sin escalas en el primer plano, lo que ahora llegue es todo ganancia. Por ello, este es su momento y lo aprovechará de cualquier manera, así sea para ganar experiencia o dando el batacazo de una gran victoria y convirtiéndose en monarca universal de la OMB.

Por Bernardo Pilatti | ESPN Digital

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