El perfil de Baldomir: una historia que va de Los Hornos al Madison Square Garden

Por Julio Manuel Cantero

Nadie puede desconocer que los orígenes de la abrumadora mayoría de los boxeadores son de cunas muy humildes ya que, a la hora de venir al mundo, se encontraron últimos en la fila del reparto de oportunidades en la vida. Y, merced al pugilismo, pudieron ascender en la escala social que, por otro medio, en muchos casos sería una quimera.

Baldomir nació en el barrio Los Hornos de Santa Fe el 30 de abril de 1971. Fue el segundo de los seis hijos (y el primer varón) que componen la descendencia de Juan Carlos Baldomir –Don Gucho– y Miriam del Carmen Peralta. Sus hermanos son Beatriz Isabel, Mónica Graciela, Luis Alberto (quien también sería boxeador), Carlos Fabián, y Soledad Fernanda. Quiso el destino que, en 1993, y con solo 39 años, una pancreatitis le provocara la muerte a la madre del Tata (en 2014, a los 67, fue Don Gucho quien dijo adiós).

Tras cursar sus estudios primarios, Baldomir comenzó a realizar distintas changas para ayudar en la economía de su hogar y a interesarse en el deporte que lo llevaría a lo más alto de la consideración mundial, y, de paso, lo ayudaría a poder comer todos los días, claro: el boxeo. Sus inicios como amateur se dieron en su adolescencia y, a los 13 años, ingresó al gimnasio que, en el club Gimnasia y Esgrima de Ciudadela, dirigía Marcelino Mono Martínez, quien le había enseñado los rudimentos del pugilismo a un tal Carlos Monzón…

A los 14 años, se puso a las órdenes del santafesino Norberto Rufino Cabrera, ex sparring de Escopeta, y el tostadense Luis Alberto Chocolate Peralta, en el gimnasio de Unión, conducido por el maestro Emilio Helguero. A los 16, pesando casi 59 kilos, el Tata (apodado así por un alfajor llamado Tatín) debutó como aficionado y, en 1989, pasó al club República del Oeste, donde se entrenó bajo la dirección técnica de José Lino Lemos –con quien transitaría por todos los rings de la ciudad, la provincia, el país y el mundo–, junto con Oscar San Juan y los hermanos Miguel y Enrique Moncada.

Tras una rica experiencia como amateur, Lemos consideró que su pupilo ya estaba en condiciones de dar el salto al campo rentado y, por eso, el 19 de febrero de 1993 –dos meses y 11 días antes de cumplir 22 años–, Baldomir disputó su primer combate profesional: fue ante el también santafesino Carlos Alberto René More, al que le ganó por puntos (unánime) en el club 1° de Mayo de nuestra ciudad.

Resignó su invicto en su séptima pelea, el knockout ante el neuquino Paulo Alejandro Sánchez, en el estadio de la Federación Argentina de Box (FAB), en el barrio de Almagro, en la Capital Federal. Como las bolsas que percibía no le permitían vivir del boxeo, Baldomir realizaba otras tareas. Una de ellas, y por la que fue más conocido en nuestra ciudad, era la de vender plumeros, y acompañaba en esta labor a su padre, Don Gucho, y a su tío, Manuel, quienes se dedicaban a esta actividad desde antes que el Tata naciera. Además, desde 1989 ya compartía su vida con Graciela Beatriz Insaurralde, con quien tendría cuatro hijos: Florencia Susana (hoy tiene 28 años), Carlos Maximiliano (26), José Ignacio (18), y Lourdes Candela (17).

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Durante varios años más, Baldomir repartiría su tiempo entre la venta ambulante y su entrenamiento en el gimnasio del Sabalero, del que es reconocido hincha. El 26 de octubre de 1996, en su 23° combate rentado, intentó coronarse campeón argentino welter (147 libras, o 66,678 kilos) por primera vez, pero cayó ante el zurdo bonaerense Ariel Gabriel Cháves, quien lo derrotó en decisión técnica tras cinco rounds, porque el Tata había sufrido un corte en uno de sus arcos superciliares (tras un choque involuntario de cabezas) que le impidió seguir peleando.

En la revancha, disputada el viernes 17 de enero de 1997, en Mar del Plata –que fue el segundo intento por alzarse con el cetro nacional de las 147 libras–, la mala fortuna volvió a decir presente en la campaña de Baldomir, ya que sufrió una lesión similar, por lo que Cháves retuvo la corona al vencerlo nuevamente en decisión técnica, esta vez tras siete asaltos.

En su 33° combate, Baldomir fue por el título Internacional welter CMB (una corona que le permitiría ser clasificado y ascender en los rankings mundiales de esta entidad) y, el viernes 5 de junio de 1998, en Copenhague, perdió por puntos ante el local Soren Sondergaard.

El Tata sumaría dos duras decepciones más. El sábado 12 de septiembre siguiente, en el colegio Mariano Moreno de Hurlingham, provincia de Buenos Aires y, en su tercera chance por la corona argentina de los 66,678 kilos, el santafesino perdió por puntos ante el chaqueño Sergio Ernesto Acuña. Y, solo 46 días después, el miércoles 28 de octubre, en el Nasrec Indoor Arena, de Johannesburgo, Baldomir empató en 12 asaltos con el local Dingaan Thobela, donde estuvo en juego el título Internacional welter del citado organismo, que estaba vacante, y que continuó sin dueño.

Para colmo, terminaría 1998 con otra derrota –la novena de su carrera–, ya que el viernes 11 de diciembre cayó por puntos (unánime) tras ocho rounds con el zurdo cordobés Alberto de las Mercedes Cortés en los estudios de la por entonces Argentina Televisora Color (ATC), actualmente la Televisión Pública. De aquí en adelante, pasarían siete años, diez meses y 24 días hasta que volviera a perder.

El duro camino a la cima

El jueves 22 de abril de 1999, Baldomir le ganó por knockout al montenegrino Dejan Zivkovic, en Arezzo, Italia–donde residía el balcánico– y, por fin, la corona Internacional welter CMB era suya. En su primer reinado, entre 1999 y 2002, la expondría exitosamente en seis ocasiones: ante el local Frank Olsen en Vejle, Dinamarca (le ganó por knockout), el ghanés-estadounidense Joshua Clottey (lo venció por descalificación en 11 rounds en el Wembley Arena de Londres); el turco-alemán Alpaslan Agüzüm (lo noqueó en Karlsruhe, Alemania); dos veces en Dinamarca frente al turco-danés Hasan Al (empató en 12 asaltos en Brondby, y le ganó por puntos en Copenhague) y, en la última, ante el local José Luis Cruz (con el que empató en 12 rounds en Mazatlán, México).

El CMB había anunciado que la pelea frente al azteca, que se disputó el 22 de marzo de 2002, sería eliminatoria camino al título mundial welter de la categoría, que en esa época estaba en poder del estadounidense Vernon Forrest. El Tata se recuperó de una caída en el 4° round y superó al Chelín, quien fue favorecido por un claro fallo localista. Encima, a Baldomir no le pagaron la bolsa estipulada y regresó a Santa Fe con dinero que le facilitó el licenciado José Sulaimán Chagnón, presidente del CMB. Parecía que la buena racha llegaba a su fin, al igual que la carrera del santafesino… Con casi 31 años y, disgustado por tantas pálidas, renunció a su corona.

Luego disputó tres combates en Anaheim, California (con dos triunfos por puntos y uno antes del límite) y, el 27 de marzo de 2004, volvió a derrotar a Alpaslan Agüzüm (esta vez, por knockout, en Magdeburgo, Alemania), y se alzó nuevamente con el cinturón Internacional welter CMB. Igual, con todos estos antecedentes favorables, Baldomir no lograba que le dieran su chance mundialista. Es más: debió sortear una nueva eliminatoria. El 21 de mayo de 2005, con Amílcar Oreste Brusa en su rincón, le ganó por puntos al mexicano Miguel Ángel Rodríguez, siete años más joven que él, en el United Center de Chicago, Estados Unidos y, ni así, lo tenían en cuenta para ir por la corona welter, ahora en manos del zurdo estadounidense Zabdiel Zab Judah.

Pero hubo un hecho clave que allanaría definitivamente el camino a la oportunidad de combatir por el título mundial de las 147 libras. Pocos meses después de su victoria ante Rodríguez, Baldomir firmó un contrato de promoción y representación con la empresa Sycuan Ringside Promotions, afincada en San Diego, California, cuyos abogados efectuaron una sólida presentación ante el CMB para que el Tata se midiera con Judah, basada en los antecedentes deportivos y la reciente eliminatoria que había sorteado, y se reservaron el derecho de iniciar un juicio millonario contra la entidad si ésta no cumplía con su estatuto (o sea, declarar a Baldomir como retador obligatorio) y, por ende, si no hacía lugar a que su representado fuera por la corona de la división.

Santo remedio. Tiempo después, se anunció que, con la organización del inefable Don King, el santafesino se mediría con el neoyorquino en The Theater del mítico Madison Square Garden.

En la gloria

El sábado 7 de enero de 2006 y, en fallo unánime tras 12 rounds, Baldomir –con Pepe Lemos, el profesor Jorge Justo Exequiel Artucio, ex PF de Monzón, y el Maestro Brusa en su rincón– destronó a Judah. Los jueces vieron ganar al Tata por 115-113 (el italiano Guido Cavallieri), y por 115-112 y 114-113 (las estadounidenses Melvina Latham y Julie Lederman, respectivamente).

De esta manera, quien sorteó una dura infancia, con múltiples carencias, y que varias noches se fue a dormir con el estómago vacío; el que gastaba zapatillas por las calles de Santa Fe y, tras caminar decenas y decenas de cuadras, se iba al gimnasio de Colón para entrenarse; el que siempre iba a pelear al patio de la casa de sus rivales (excepto en Asia, combatió en todos los continentes), y terminaba atendiéndolos a domicilio y haciendo saltar la banca (ante Judah, oriundo de Brooklyn, estaba 16-1 abajo en las apuestas); el que golpeó decenas de puertas para que le permitieran disputar el título mundial, y el que jamás se rindió frente a tantas adversidades, finalmente cumplió su sueño, que comenzó 12 años, diez meses y 19 días atrás, cuando debutó como profesional. Y, de paso, por ganar peleas en las que no era para nada favorito, la prensa estadounidense comenzó a llamarlo Cinderella Man, el Hombre Cenicienta, como al legendario Jim Braddock poco más de 70 años atrás…

A los 34 años, ocho meses y siete días, cuando muchos boxeadores evalúan su retiro de la actividad o, directamente, ya colgaron los guantes, Baldomir se convirtió en el sexto campeón mundial oriundo de nuestra provincia (detrás de Carlos Monzón, Miguel Ángel Cuello, Juan Martín Coggi, Julio César Vásquez –el primer monarca de nuestra ciudad–, y Néstor Hipólito Giovannini), en el primer boxeador argentino que se coronó en el Madison Square Garden y, además, en el primer púgil criollo en alzarse con un título de la categoría welter.

Al momento de gritar campeón, llevaba invicto siete años y 27 días, lapso en el que disputó 20 peleas (con 18 triunfos y dos empates), y en el que ganó dos veces el título Internacional welter CMB. Ante Judah, logró dos cinturones más, el de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) pero, en una decisión harto reprochable, dichas entidades lo desconocieron como monarca. La primera lo hizo semanas después de su victoria y, la segunda, la misma noche en que derrotó a Judah, al declarar “vacante” el título. ¿Las razones? Que Baldomir no abonó la tasa de sanción del combate mundialista, y solo conservó el del CMB.

Pero su estadía en el pináculo de la gloria se extendería varios meses más. El sábado 22 de julio siguiente y, en el Boardwalk Hall de Atlantic City, el campeón welter retuvo por primera vez su corona al derribar al duro ítalo-canadiense Arturo Gatti, ex monarca superpluma FIB, welter junior CMB, y welter de la IBA (International Boxing Association, una entidad menor).

Y fue por más, al punto de desafiar al mejor boxeador de ese momento: el invicto estadounidense Floyd Mayweather, Jr., a quien enfrentó el sábado 4 de noviembre de 2006 en el Mandalay Bay Casino & Resort Events Center, en la fabulosa Las Vegas. Aunque dejó el alma sobre el ring, Baldomir nada pudo hacer ante el talento de Money, quien lo superó ampliamente por puntos tras 12 asaltos. Así, el reinado del Tata, que duró nueve meses y 28 días, llegó a su fin en su segunda defensa y, después de 22 peleas, volvió a bajar derrotado de un cuadrilátero.

El sábado 14 de octubre (tres semanas antes de medirse con Mayweather) el santafesino había sido distinguido como “Boxeador del Año 2006” por el Hall de la Fama del Boxeo Internacional de Los Ángeles, y la Asociación de Cronistas de Boxeo de los Estados Unidos, en una ceremonia realizada en el exclusivo Marriot Plaza Hotel de dicha ciudad californiana. El lunes 18 de diciembre, la UPERBOX –Unión de Periodistas de Boxeo de la República Argentina–, le otorgó en la FAB el premio Firpo de Oro y, al día siguiente, el Círculo de Periodistas Deportivos lo galardonó con el Olimpia de Plata. Si bien 2006 fue mágico para Baldomir, ya nada volvería a ser igual…

El ocaso

Hubo un intento por recuperar la gloria perdida, y, de yapa, coronarse en una segunda división. El sábado 28 de julio de 2007, en el Emerald Queen Casino de Tacoma, Washington, Estados Unidos, Baldomir cayó por puntos, en fallo unánime, en 12 asaltos, ante Vernon Forrest, quien se alzó con la corona superwelter (154 libras o 69,853 kilos) del CMB, que estaba vacante. Y, aunque el 20 de diciembre de 2008 disputó una eliminatoria ante el ghanés-belga Jackson Osei Bonsu en el Lotto Arena de Amberes (para poder aspirar a disputar nuevamente el cetro welter CMB), la derrota por puntos ante el moreno, luego de 12 asaltos, y en fallo unánime ratificó que, su mejor tiempo, era historia.

El 27 de noviembre de 2009 –tras 11 meses de inactividad¬– se presentó en nuestra ciudad y, en un festival desarrollado en el Centro de Educación Física (CEF) N° 29, le ganó por knockout al colombiano Jairo Jesús Siris y anunció su retiro. A principios de 2010 se radicó en Junín, Buenos Aires. Instaló un gimnasio de boxeo y, junto a su nueva pareja, Laura Rolla, son padres de León, que hoy tiene 6 años.

Se calzó los guantes nuevamente –quizás, alimentando la utopía de reverdecer laureles– y, el 18 de septiembre del mismo año, fue noqueado en 6 rounds por el mexicano Saúl Álvarez en el Staples Center de Los Ángeles, California. El Canelo tenía 20 años y dos meses y, Baldomir, 39 años, cuatro meses, y 19 días. El dios Cronos había hecho su trabajo.

Alternó triunfos y derrotas ante rivales que no eran –ni serán– primeras series mundiales y, tras distintos períodos sin combatir, el adiós definitivo llegó el 25 de abril de 2014. Ese viernes, el Tata PPP 10 (unánime) ante el ruso Andrey Meryasev en el Salón Diamante de Kanasín, Yucatán, México. Cinco días después, cumplió 43 años. Esta vez, el retiro que anunció sí fue efectivo.

Tras 21 años, dos meses y seis días como profesional, en los que este verdadero obrero del ring disputó 71 combates, su récord final fue 49-16-6 (15 KO). Tal como sentenciara Pedro Bonifacio Palacios (Almafuerte), “no te des por vencido, ni aun vencido”, Baldomir jamás se rindió y, a pesar de tantos obstáculos que debió sortear, alcanzó la gloria deportiva a base de esfuerzo y corazón.

Por airedesantafe.com.ar

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