Las confesiones de Tyson: del “daba dinero a la gente y hacía orgías con sus madres” al “fantaseo con volarle los sesos a alguien”

Mike Tyson pasará a la historia como uno de los mejores boxeadores. Un peso pesado indómito. Campeón del mundo y experto en knockout por la vía rápida. Un púgil duro, imponente, con mirada asesina y puños de hierro. ‘Iron’, que fue uno de sus apodos, era una máquina de destrozar rivales en el ring en pocos segundos. Pero Mike también tuvo un lado oscuro. Y su vida ha sido un escándalo permanente. Drogas, cárceles, sexo sin control, violaciones, reyertas…

Después de la tormenta, llega la calma. Y el momento de rendir cuentas. “Mi vida entera es un arrepentimiento. Mis acciones, mi conducta… Ojalá no hubiera dicho muchas de las cosas que he dicho a otros seres humanos. Estoy muy arrepentido”, aseguró el púgil en 2009 en el programa ‘Good Morning Britain’.

Creciendo entre delincuentes

“Mi infancia fue como la de cualquiera que nace un barrio negro y pobre de Estados Unidos. No teníamos dinero y no teníamos esperanza. Me arrestaron muchas veces, estuve involucrado en episodios de violencia, de drogas y de alcohol”, recordaba Tyson.

“Solía estar en pandillas, solía tener armas, dispararle a la gente, me disparaban y todo eso. Crecí sin mi padre, con mi madre que era una trabajadora sexual. Nos humillaban, nunca tuvimos orgullo en nuestra familia, nadie sabía quiénes eramos”, afirmaba en ‘Good Morning Britain’.

“Desde que era un niño de 12 años solamente me enseñaron a golpear a la gente, a derribarlos, humillarlos, a romper su voluntad, a demostrarles que era superior a ellos, que era mejor que todo el mundo. Pero en realidad yo era un niño asustado e inseguro. No tenía ni idea de lo que hacía, pero me sentía bien, todo el mundo me decía que era bueno en eso, lo que me llevó a convertirme en este hombre, este tirano que no tenía respeto por nada”, continuaba el púgil.

Víctima de abusos sexuales

Aunque Tyson era el que golpeaba, él también fue víctima durante su infancia. Y reconoció que sufrió abusos sexuales. “No me gusta hablar de esto. Me gusta mantenerlo donde estaba, en el pasado, pero abusaron de mí cuando era niño. Es algo de lo que la gente no habla porque los hombres piensan que eso va a restarles masculinidad”, reconocía en una entrevista en ESPN.

Sexo y droga sin control

“Yo era un cocainómano en toda regla, incluso la consumí antes del algún combate”, afirmaba Tyson, que se refería a la pelea del 30 de julio de 2004, en la que cayó derrotado, ante el británico Danny Williams. “La tome hasta poco antes del inicio”, dice en su libro.

La drogas y un desenfrenado deseo por las mujeres le han acompañado desde siempre. El púgil también ha hablado en muchas ocasiones de sus aventuras sexuales, convertidas casi en una adicción. “Cuando era joven, era un animal con dinero. Se lo daba a la gente y tenía sexo con sus madres, sus hermanas… Orgías. Estaba loco. Estaba enfermo y no tenía ni idea”, reconocía tiempo después.

Su exitosa carrera como boxeador le permitió ciertos lujos. “En Las Vegas disponía de acceso VIP a los clubes nocturnos y tenía una prostituta que era mi novia”, aseguró el púgil no hace mucho en el podcast “Hotboxin”.

A la cárcel por violación

Mike Tyson fue condenado 1992 a seis años de prisión y 30.000 dólares de indemnización al ser declarado culpable de violación de Desiree Washington, una joven de 18 años. Recuperó la libertad a los tres años y ocho meses por buen comportamiento.

El boxeador también se ha referido a este episodio en alguna ocasión. “¿Cómo puedes violar a alguien que viene a tu habitación de hotel a las dos de la mañana?”, dijo en su día.

Mujeres y más mujeres en la cárcel

Durante su estancia en prisión, el boxeador no puso freno a su deseo. “En la cárcel tenía tanto sexo que acababa agotado, ni siquiera tenía fuerzas para ir al gimnasio. Simplemente me quedaba en la celda todo el día”, recordaba en su libro autobiográfico ‘Undisputed Truht’, en el que también confesaba otro tipo de pensamientos: “A veces fantaseo con la posibilidad de volarle los sesos a alguien para poder pasarme el resto de mi vida en prisión”.

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