Boxeo: Un arreglo “Bonito”

Por Gustavo Nigrelli – Diario Popular

La semana pasada bajo el título “Inexplicable: ¿Qué hay detrás de la saña …?” se tocó en este espacio el tema del título mundial supergallo FIB que tiene la Tigresa Marcela Acuña y que la entidad declarará en receso a fin de mes por no defenderlo en tiempo y forma, cosa que les pasa a la mayoría de las demás campeonas, sin que se tomen las mismas medidas.

En ella se explicaba que ni entre los hombres, ni entre las mujeres existe hoy un campeón interino en dicha entidad, y que el 31 del corriente, solamente en la división de la Tigresa, lo habrá, porque una kazaja que estaba 3ª (Tatyana Zrazhevsakaya) le hizo una oferta para viajar a Rusia a defenderlo que ésta no pudo aceptar porque no llegaba en la preparación.

De un día para el otro la kazaja apareció 1ª, volando de ese puesto a la francesa Legolene Lefebyre (al 5º lugar) y a la australiana Shannon O’Connell (ex vencida de Marcela) que estaba 2ª, al 4º. Y ahora la que aparece como 2ª es la rosarina Daniela “La Bonita” Bermúdez, actual campeona gallo OMB, también manejada por Osvaldo Rivero al igual que la Tigresa.

Todo esto en medio de una pandemia donde no se movió ni un guantín.

Enseguida se vieron los hilos, que eran más que obvios, aunque no había ninguna info que lo corroborara, pero ahora sí: la Bonita Bermúdez sería la retadora de la kazaja por la corona interina el 31 de octubre, y este afiche lo confirma:

Todo bien. Nada contra la Bonita, que tiene todo el derecho de pelear por cuanto título mundial le ofrezcan sin preguntar el por qué. Y lo mismo la kazaja.

El tema es que hay reglas, que si no van a respetarse por el motivo que fuese, no tienen sentido. O quizás haya que aggiornarlas.

Y la FIB, que se jacta de ser el organismo más reglamentarista de todos –y en general lo es, comparándolo con los demás-, debe dar el ejemplo. Pero seguramente tuvo una propuesta para mover uno de sus títulos (justo el de la Tigresa, casualmente) y ante la negativa de ésta, buscó una solución que parezca legal, al menos desde lo macro, ante la gilada, porque intentar justificarla contrastándola con la realidad, no cerraba ni con candado. ¿Pero es necesario hacer semejantes descalabros y cometer tantas irregularidades para tapar una sola?

Imaginando la versión “light” de la historia, podemos pensar que la FIB necesitaba una boxeadora para esa fecha, y ante el no de la Tigresa, qué mejor que pedírsela a su promotor (Rivero) ya que iba a dejar a su manejada en receso. Y éste le ofreció a Bermúdez. En medio de una pandemia, ¿quién va a tirar la bronca? Acuña no, porque para esa fecha le fue ofrecido y no podía. Y seguramente la australiana y la francesa tampoco. Entonces, todo redondo. Esa sería la versión “rosa”.

El único problema es que gane quien gane deberá enfrentar a la Tigresa como campeona (una interina y otra en receso), y en caso de subasta –lo cual sería factible- se repartirían el 50 y el 50, cuando de la forma tradicional a la campeona única le correspondería entre el 70 y el 80, según fuera local o visitante. Es un perjuicio notorio.

La figura del campeón interino fue distorsionándose con el tiempo, compartiendo cartel con el monarca de turno que no sólo a veces no estaba en receso –objetivo por el cual se creó tal figura- sino que peleaba en la misma noche y en la misma velada, defendiendo su corona “regular”.

Esa puede ser una solución a estudiar para el futuro, ya que al parecer no hay vuelta atrás con esto, debido a que es más negocio tener dos campeones por entidad que uno sólo: diferenciar entre “campeón regular” y “campeón en receso”, como dos figuras distintas.

El regular está activo. Mantendría sus privilegios, especialmente en cuanto al reparto económico de las eventuales subastas. Sólo que tendría por debajo de su línea a otro campeón que vendría a ser el retador obligado, pero con más status.

En el otro caso (en receso), el campeón está inactivo y sus plazos vencidos. Debe recuperarse para defender su trono contra el interino, que lo reemplazó en su ausencia por causas de fuerza mayor. Y ahí sí, se dividen partes iguales. La única diferencia sería el motivo por el cual hay dos monarcas.

La versión “negra” de la historia -que esperemos no sea la real-, es que se quieren sacar de encima a la Tigresa, vaya a saberse por qué razones. Quizás su vigencia a los 44 años no sea demasiado funcional al negocio, que pretende una renovación en el álbum.

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