De Rocky Balboa a Adonis Creed: el largo y sinuoso camino del héroe

Por Juan Ignacio Novak – El Litoral

La historia del cine registra un puñado de obras maestras construidas en el mundo del boxeo. Todas, más o menos, se basan en la misma idea: el ring es una metáfora de la vida. La violencia que Jake La Motta expresa ante sus rivales en “Toro salvaje”, tiene su correlato cuando sale del cuadrilátero y le impide sentar bases sólidas para su vida personal. Y la entrega de Maggie Fitzgerald en “Million Dollar Baby” la redime, al llegar a la cima, de una existencia gris y sufrida. Pero, sin duda, es en “Rocky” donde esta premisa funciona con más efectividad. Tanto que la saga completa del “semental italiano” creada por Sylvester Stallone en 1976 fue seleccionada por Netflix para integrar a su catálogo disponible para Latinoamérica, a lo que se suman los dos primeros capítulos del spin-off “Creed”, focalizado en el hijo de Apollo.

¿Qué factores hicieron que la historia de un desconocido boxeador de Filadelfia que se hace conocido cuando decide enfrentar al campeón del mundo y le da pelea de igual a igual sea una de las sagas más rentables de la historia del cine, a la altura de “Star Wars” o “Piratas del Caribe”?  Para el crítico cinematográfico Nicolás Largeaud, “no hay manera de saber a ciencia cierta qué es lo que hizo grande a esta saga. Seguro no es la faceta actoral de Sylvester Stallone, pero la suma de buenos recursos hizo de la primera película un puntapié inicial exitoso, tal es así que fue merecedora de tres premios Oscar, y Stallone no ganó como Mejor Actor”.

Lo cierto es que, tras obtener en 1976 el Oscar a Mejor Película del año, “Rocky” tuvo continuidad en cinco secuelas y dos spin offs: “Rocky II”, “Rocky III”, “Rocky IV”, “Rocky V”, “Rocky Balboa”, “Creed” y “Creed II, defendiendo el legado”. El interrogante que cabe es ¿cómo es que una película de boxeo llegó a tener tanto éxito mientras que otras similares quedaron en el camino? “Así como lo vemos, Stallone es un excelente guionista, perfeccionista al extremo. Él sabía cuál era el punto fuerte, el que el espectador debía recordar siempre: la pelea, la batalla final. A simple vista vemos que son muy distintas a otras peleas boxísticas que se han llevado a la pantalla grande, y es porque están coreografiadas en su totalidad. Stallone realizaba un guión paralelo al guión literario sólo con la coreografía de las peleas. Este guión terminaba siendo más largo que el que les llegaba a los actores para aprenderse los diálogos”, apuntó el crítico en diálogo con El Litoral.

 

El boxeo después del boxeo

 

En la opinión de Largeaud, a pesar de que la saga debió terminar luego de la cuarta entrega (en su óptica, la mejor de la franquicia, en la cual Balboa enfrenta a Iván Drago en un combate épico), Stallone continuó en dos ocasiones más dilapidando el éxito logrado durante años. “La cuarta entrega fue la mejor, la más vista y por consiguiente la que mayor recaudación tuvo. Para entender esto, solamente nos tenemos que ubicar temporalmente en el momento que estaba viviendo Estados Unidos y Rusia, en ese momento, 1985, Unión Soviética. Era plena Guerra Fría esos dos países confrontaban políticamente. Y Stallone, copiando el cine propagandístico alemán de la primera mitad del siglo pasado, lleva al público lo que muchos querían ver, es decir a Estados Unidos como vencedor de esa disputa”, opinó Nicolás.

De ahí en más ¿Qué fue lo distinto que llevó a la saga al quiebre? “Por razones de salud que se fueron dando a conocer en las películas, Rocky ya no podía pelear, es ahí cuando Stallone le dio otro enfoque a la saga: ahora el imbatible peleador pasaba a ser el ‘coach’. Ya no veríamos ese montaje épico cuando entrenaba con escasos recursos en medio de la nieve, ese montaje que se copió en miles de otras películas y que había sido clave para el premio Oscar. El guión cambiaría, ya no veríamos al personaje principal en un eterno camino ascendente, el camino del héroe, todo lo contrario, pasaría a ser uno más del montón, con problemas forzados que ninguno de los espectadores querían ver”, remarcó. Y finalmente recordó otro de los aspectos que resultaron determinantes para que el conjunto de películas de Balboa sea recordada: su banda de sonido. “Aunque no memoricemos el nombre de la canción o su creador, siempre será ‘la música de Rocky’”.

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