“Maravilla” Martínez recordó el día que estuvo al borde de la muerte: “Mi cerebro se había olvidado de respirar”

Sergio “Maravilla” Martínez relató una historia de su vida que jamás había contado: el día que estuvo al borde de la muerte.

En una entrevista con Juan Etchegoyen en “Mitre Live”, (lunes a viernes a las 17 por el Instagram de Radio Mitre), el boxeador habló sobre la noche que sufrió ataques de pánico.

“En el boxeo seguro que si he sentido miedo. Tuve la suerte de sentir miedo después del combate. De tener completamente deformada mi cara. No era mi cara. Y al otro día me dio miedo. ´Madre mía, si esto fue un combate mundialista, así van a ser todos ´y da que pensar. No quiero que me pase eso. Después ves el cinturón. Un par de fracturas no pasa nada”, comenzó diciendo el deportista.

En ese sentido, siguió con su relato: “Y después en la vida también. Una vez tuve un ataque de pánico, tuve tres ataques de pánico. Trabajando en una discoteca me echaron gas en la cara y no me morí de milagro. Me asfixié y me desmayé. Me salvó el desmayo“.

Yo luchaba por tomar aire. Y era que mi cerebro se había olvidado de respirar. Yo tomaba aire pero sentía que no. Mi cuerpo lo único que hacía era tomar y no sabía soltar el aire. Entonces, los pulmones se me empezaron a hinchar. Empecé a aguantar aire y era una sensación de desesperación brutal, horrorosa. Yo quería tomar aire“, agregó.

Sergio “Maravilla” Martínez relató que estuvo al borde de la muerte

“Recuerdo que choqué contra un vehículo. No llegué a desmayarme, me desvanecí. Yo luchaba contra mi propio cuerpo por respirar. Y ahí pensé ´se acabó todo´. Mi cabeza no podía trabajar“, dijo al respecto sobre lo sucedido en aquel momento.

Y manifestó: “De repente, me metí los dedos en la boca y vomité sangre. Nos atacaron y lo pasé muy mal. Fue en la provincia de Guadalajara, en España. Un pibe de 15 años me salvó la vida. Me tiraron con un gas que se usa en Irak. A menos de dos metros mata gente y a mí me lo tiraron a diez, quince centímetros de mi cara. Sentí que me explotó algo en la cara. Me quemó toda la piel. La tengo quemada la piel. Dentro de mi piel y mis ojos, tengo cristales que no pudieron sacarlos nunca

El cristal entra en la piel y penetra en la piel, saca chorritos de sangre y se me coaguló la sangre. Me fajaron y me dieron una paliza para salvarme un grupo de personas. Una cosa espantosa. Ese día tuve miedo. Nunca lo había contado. Es la primera vez“, concluyó.

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