La batalla informativa: el gran show vs. el boxeo real

Fue certero afirmar el 28 de noviembre pasado, tras la exhibición realizada por los longevos estadounidenses Mike Tyson y Roy Jones -que muy pocos comprendieron merced a la incompetencia aclaratoria expuesta por gran parte de los comunicadores afectados a ella- sobre del advenimiento de una serie de espectáculos de éste calibre que sólo tiene un fin: recaudar. Concluimos, entonces, aquel comentario subrayando que esto. ¡Esto recién empieza!

Tyson y Jones sumaron 105 años entre ambos pero consiguieron una venta superior a 1.100.000 PPV (abonos pagos por hogar de 50 dólares cada uno) que consagró al debut de Fite TV en el negocio del pugilismo. ¿Alguien esperaba estas cifras y este consumo? Nadie, absolutamente nadie. ¿Influyó en todo esto la incorporación de raperos e “influencers” en este show? Aparentemente, sí.

Como consecuencia directa de este “suceso comercial” apareció en escena Evander Holyfield, el doliente doble vencedor de Tyson y receptor del mordisco célebre que mutiló parte de su oreja en 1997, declarando a los cuatro vientos que: “A los 57 años estoy pleno. La gente pide una más con Mike “.

La carrera de Holyfield terminó en 2011. La mayoría de los estados norteamericanos cancelaron su licencia por prescripción médica. Por supuesto, que para este tipo de entretenimientos, poco importa eso.

¿Cómo puede lidiar un crítico boxístico con la irrelevancia de estos hechos de escasa calidad pero de consumo masivo? Es una porfía difícil de explicar e imposible de ignorar. En este espacio el boxeo de ficción desborda, actualmente, al pugilismo creíble y real.

Fortifica tal teoría la confirmación del match académico -entiéndase demostración técnica marcando los golpes con potencia limitada- entre el ex quíntuple campeón mundial Floyd Mayweather, de 43 años y Logan Paul, un popular youtuber de 25 años, de Ohio, con una pelea perdida ante KSI, otro líder de las redes y 19 millones de seguidores en su instagram. Pesa 88 kilos, 20 más que su rival. Dirimirán el 20 de febrero próximo.

Mientras el récord de Mayweather destaca 50 victorias consecutivas, el historial cibernético de Paul evoca su primer gran suceso viral en 2016, cuando fotografió el cadáver de un ahorcado en el “Bosque de los suicidios” de Japón. ¡Obtuvo miles de likes!

Aún no se establecieron las reglas pero las apuestas abrieron colocando a Floyd favorito 5.000 a 1 (es decir, 5.000 dólares a su favor reportarán 100 de ganancia; por cada 5000 dólares que una persona pondría en favor de Mayweather, retiraría de ventanilla 5100).

Los cronistas necesitaríamos para estos editoriales la imaginación y el humor que personalidades como Tato Bores, Aldo Camarota, “Landrú” o Juan Carlos Mesa aportaban a sus escritos para hablar de estos temas. Y, lamentablemente, no la tenemos.

Tres peleas para los amantes del boxeo

Por suerte, el boxeo legítimo ofrece este sábado muy buenas carteleras -lamentablemente- destinadas al “ángulo inferior “de este informe. El inglés Anthony Joshua, campeón mundial de los pesados (OMB-FIB-AMB) que no da garantías ante ningún tipo de retadores, expondrá el cetro ante el búlgaro Kubrat Pulev, un acertijo de 39 años, en el estadio de Wembley.

El invicto Shakur Stevenson, una de las revelaciones 2020, debutará en peso liviano jr -tras dejar vacante el mundial pluma- frente a su compatriota Toka Clary, en Las Vegas, con transmisión de Space a partir de las 22.30.

Por último, la reaparición del porteño Agustín Gauto, ganador de sus 15 cotejos y retador al mundial minimosca, constituye la mejor opción local. Peleará con el jujeño Juan José Jurado, a medianoche con televisación de TyC Sports.

Por suerte los combates fidedignos siguen defendiendo su territorio ante la amenaza permanente del “boxeo de ficción”.

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