Agustín Gauto: ‘El Avión’ del boxeo argentino que quiere despegar

Por Carlos Irusta – ESPN

Como es lógico, con el tiempo dejó de ser un secreto para unos pocos y se convirtió en un foco de atención para la mayoría.

Hoy, a los 23 años -cumplidos el 31 de diciembre-, Agustín Mauro Gauto, conocido como “El Avión” ya es todo un contendiente al campeonato mundial.

Se fue abriendo camino en base no solamente a victorias, sino también a la forma en que las fue logrando, sin contar con que posee un “Baby Face” y un encanto personal -lo que se dice carisma- con el que se nace o no. Y él lo tiene.

Detrás de esa sonrisa simpática de su rostro aniñado, se esconde un boxeador de pegada dañina y un corazón de guerrero, aunque afirma que “Más que un peleador, soy un contragolpeador”. Sea como sea, su gancho de izquierda al cuerpo y, en ocasiones, su derecha a la cabeza, le han dado muy poco trabajo a los jurados.

De sus 16 peleas, todas ganadas, definió once por la vía categórica, y hoy está clasificado número uno para la WBO y 3 para la WBA en la división de los mini moscas.

De hecho, hace menos de un año estaba casi a punto de pelear por la corona mundial de la WBO, pero apareció la pandemia y su sueño, como el de tantos, quedó postergado.

-Fueron tiempos duros para todos, porque no solamente no pude entrenar como debía. Mi papá, Hernán, tuvo que cerrar el gimnasio y anduvo buscando un trabajo, que por fin consiguió en una fábrica de porcelanato.- cuenta Gauto.

De todas maneras, hace apenas dos meses comenzó a brillar un enorme rayo de esperanza con la llegada de su hijo Benjamín. Junto a su compañera, Melanie, Gauto supo levantar la cabeza y seguir para adelante.

-Confieso que hubo un momento en que me bajoneé tanto que pensé en largar todo. Duró poco, por suerte, porque comprendí que no se puede bajar los brazos. Y ahora, que pude volver a pelear, que puedo alquilar un mono ambiente a unas diez cuadras del gimnasio acá en Lanús, siento que todo está más o menos normal.

Eso, claro, sin contar que las peleas se hicieron sin público, que las bolsas seguramente han bajado y que estar en actividad es fundamental para sus sueños de pelear por un campeonato del mundo. Su último combate fue el 12 de diciembre, cuando le ganó a Juan José Jurado por nocaut técnico en el primer asalto.

-Hoy, hablar de rivales extranjeros se hace casi imposible, porque por la pandemia, los viajes y ese tipo de cosas están muy condicionados. Yo estoy habitualmente en los 54 kilos, y siempre fui de entrenar mucho: si peleo un sábado, el lunes ya volví al gimnasio, pero también es cierto que no solamente es medio complicado conseguirme rivales, sino también tener sparrings para poder trabajar a fondo. Normalmente entreno en el gimnasio de la Sociedad de Fomento de Villa Argerich.

-¿Y cómo te ves peleando por un campeonato mundial?
-Por ahora, no tengo mucha información, esa es la verdad. Después de todo lo que ha pasado y está pasando en el mundo, no se pueden tener demasiados planes. Yo sentí que podía tener una chance, porque de eso se habló con el mexicano Elwin “La Pulga” Soto (18-1-0, 2 KO) pero tampoco sé si es posible, porque como es campeón de la Organización Mundial, parece que quiere unificar la corona con el campeón de la Federación Félix Alvarado (36-2-0, 31 KO) o con el del Consejo, Kenshiro Teraji (17-0-0, 10 KO). Yo estoy tercero en el ranking de la WBA, donde el campeón es Hiroto Kyoguchi (14-0-0, 9 KO), pero bueno… hay que esperar…

-¿Y si tuvieras que elegir con quien te gustaría pelear?
-¿Yo? Con cualquiera, porque eso de elegir puede ser mal interpretado. A veces podría pensarse que uno elige lo más sencillo, y no es así, sería desmerecer al otro. Me gustaría, sí, pelear con Soto pero porque su estilo es abierto y lo vengo viendo hace un tiempo, pero seguramente no va a ser un rival fácil, ni mucho menos. Ni fácil para mí, pero tampoco fácil para él, ¡Ja! Seamos sinceros, cuando un boxeador llega a campeón mundial, por algo llega y son todos difíciles, y creo que para ser campeón hay que pelear con quien sea, como sea, y ganar…

En la convención WBO de diciembre 2019 en Tokio, se dijo que Soto iba a subir a la categoría mosca y que, por ende, se podía hacer una eliminatoria por el título vacante, en la que iba a participar Agustín Gauto.

Osvaldo Rivero le pidió a la WBO que Gauto pase a ser número uno. René García, de Puerto Rico, fue candidato para pelear con Gauto, pero todo quedó detenido por la pandemia. Pero a su vez, “La Pulga” Soto reapareció el 30 de octubre pasado en Indio, California, y le ganó a Carlos Buitrago reteniendo la misma corona que, según se había dicho, pensaba abandonar, en una transmisión de ESPN KnockOut, con Renato Bermúdez, Chava Rodríguez y Fernando Barbosa. En esa velada, peleó en el encuentro de fondo Jaime Munguía quien venció a Tureano Johnson por el título Intercontinental mediano WBO.

Sea como sea, todo indica que el momento de la verdad se aproxima para este joven boxeador, con cara de niño, que en el ring expone coraje, temperamento y habilidad. Sumado a su carisma, lo convierte en una de las realidades del boxeo argentino. Hincha fanático del club Atlético Huracán -el mismo de otros boxeadores como el campeón Olímpico Oscar Casanovas (1936) o del recordado Oscar “Ringo” Bonavena-, se afirma con el trabajo de su padre como director técnico y de Iván Suárez como preparador físico.

-¿Cómo ves al boxeo argentino de hoy?
-Admiro a todos mis colegas, aunque tengo una gran amistad con Gustavo Lemos, “El Eléctrico”, ya que somos del mismo Team. Tanto Brian Castaño, que ojalá vuelva a ser campeón, como Jeremías Ponce, que ganó muy bien su título IBO y todos los que venimos detrás, seguramente vamos a renovar al boxeo argentino. Las mujeres, se sabe, son muchas y exitosas, siempre hacen grandes peleas.

-¿Y vos?
-Yo pienso hacer lo mio, trabajando mucho, aprendiendo siempre y con todos mis sueños, como cualquiera. Dicen que en el 2021 se va a reabrir el Luna Park y para mí sería fantástico pelear en ese estadio.

-Este debería ser tu año.
-Dicen que este año tendré mi chance; para mí va a ser un sueño completo, y por supuesto, espero ser campeón mundial. De algo estoy seguro y es que trabajo, pienso, como, respiro y vivo las 24 horas del día como boxeador. Es mi meta, es mi sueño: ser campeón mundial. Y voy a poner todo de mí para lograrlo, de eso, estén seguros.

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