Brian Castaño, el campeón mundial creíble que el boxeo argentino necesitaba

Brian Castaño (69.760 Kg) sabía que después de tanta rabia contenida no podía volver a su San Justo del alma con las manos vacías. Ello le quitaría sus jinetas de matancero de ley y lo condenaría a “cadena perpetua” en caso de deshonrar la efigie de Diego Maradona que lució en su pantalón de combate en este duelo, promocionado como un clásico entre Argentina y Brasil, en el Fantasy Spring Casino de Indio California.

Su holgada, lucida y trabajada victoria por puntos en doce rounds sobre el brasileño Patrick Teixeira (69.580 kg) no sólo le devolvió la corona de los medianos junior, ahora en versión OMB, sino salvaguardó dos situaciones gravitantes en este deporte: el rearmado de su carrera, olvidada por el público tras 16 meses de inactivad y su destitución mundialista en las oficinas de la AMB y por otra parte, la reinserción de Argentina con un campeón oficial, certero y creíble.

A los 31 años, tras embolsar los 100.000 dólares dispuestos en la licitación reglamentaria , una paga no muy tentadora tras las cotizaciones anteriores en su época de campeón, reafirmó su invicto de 21 peleas, con 20 éxitos (13 KO) y un empate. En la solitaria madrugada californiana, entre protocolos y escaso contactos, Castaño dijo: “Estoy metido en la bañera, con sales y pastillas especiales para sacar los golpes del cuerpo. Tiramos y recibimos mucho y ahora hay que buscar las soluciones mejores para que no quede nada adentro”.

Así, con voz de boxeador veterano después de una jornada dura, Castaño sostuvo un brevísimo dialogo con LA NACION: “Sólo quería escuchar lo que yo estaba gritando.!The new, the new!!!! ..El nuevo campeón del mundo, para la Matanza y Argentina. Luchamos mucho esta vez y costó más que nunca. El trabajo técnico con mi papá (Carlos) y físico con mi profesor Matías Erbin fue impecable y se notó en el ring”. Brian fue muy escueto con la prensa. No tuvo dialogo con los comentaristas de la televisora oficial (DAZN) y se abocó a lo estipulado por los organizadores en cuanto a mantener una disciplina rígida.

Su actuación fue muy buena. Aprobó los dilemas que lo acosaban en este match: su prolongada ausencia del cuadrilátero y la crisis causada por la pandemia. Fue de menos a más y con un alto grado de madurez. Si bien sacó tempranas ventajas, recién en el segundo ciclo del match pudo afianzar su postura de dominador absoluto. Supo girar, cambiar de frente y lanzar golpes de remate, tanto arriba como abajo. Por momentos careció de potencia pero suplió ese déficit con gran cantidad de lanzamientos.

Protagonizó un octavo asalto cavernícola de golpe por golpe y en el noveno round -clave para quemar el alma de Teixeira- lanzó 644 impactos. Y sólo le faltó un detalle para noquear en el último round. Al cabo de todo el combate envió 1136 golpes sobre 972 del púgil de Santa Catarina. Un exceso que mezcla la admiración con la resistencia. Sólo su cotejo titular ante el africano Michel Soro, en 2017, tuvo un calibre tan elevado como el expuesto en este pleito.

Siempre será el más bajo ante cualquiera de su categoría. Como lo fue ante el guapo Teixeira. Los otros siempre serán más altos que él. Ganó con claridad: 120-108, 119-109 y 117-111 para los tres jurados. Los guarismos de LA NACION: 118-109.

El próximo paso de Castaño

Un buen descanso físico y deportivo, como primera instancia, le espera a Castaño. Todas las gestiones están volcadas hacia un cotejo de unificación con el norteamericano Jermell Charlo, campeón del CMB (CMB). Sin embargo, el nombre del cubano Erislandy Lara vuelve a escena. El titular de la AMB, con quien Castaño empató en 2019, que no despierta mayores atractivos cada vez que sube al ring , es una carta que tiene en carpeta el promotor Al Haymon, quien promueve a ambos . Aunque este ofrecimiento no fascina al equipo argentino. La gran pregunta del momento radica en saber cuál es la autonomía de elección que Brian y su gente pueden ejecutar ante la gran industria del boxeo. Los dos candidatos conforman el primerísimo nivel pugilístico.

Castaño es el líder de este oficio en el país. Con varios cuerpos de ventaja entre él y los jóvenes que ambicionan llegar al pedestal. Es barrial, popular y está cerca de la gente. Recuperó su cinturón en una categoría de grandes campeones mundiales como : Miguel Angel Castellini, Julio Cesar Vásquez y Sergio ” Maravilla” Martinez. Tiene talento y un carisma peculiar que aprovechó muy bien de niño cuando por todo San Justo tocaba timbre en cada casa y ofrecía barrer la vereda con ramas muy grandes de plantas de palmeras. Soñaba entonces ganar unas monedas y llegó mucho mas allá. A un mundo de cheques de billetes verdes y con unos cuantos cero.

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