Un universitario con destino a Tokio

Por Gabriel Davila – Pagina 12

Francisco “Bebu” Verón es estudiante de Educación Física de la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR) y uno de los boxeadores de la Delegación Olímpica Argentina que buscará una medalla en Tokio. “Nunca las cosas me fueron fáciles, pero los sueños son de quien los busca”, resalta el deportista de José León Suárez, que el mismísimo Marcos “Chino”Maidana consideró que tiene “pasta para campeón Mundial”. El máximo cotejo del deporte internacional, que se llevará a cabo desde este viernes hasta el 8 de agosto en esa ciudad japonesa, tiene entre sus representantes por Argentina a dos estudiantes de las universidades públicas listos para competir: Verón y Victoria Sauze del plantel de las Leonas, que está próxima a ser contadoraen la Universidad de Buenos Aires (UBA).

El equipo olímpico de boxeadores que ya está en Tokio lo conforman Mirko Cuello (57 kilos), Ramón Quiroga (52) y el propio Francisco Verón (75 kg), que además de dedicarse al deporte trabaja como remisero y almacenero, y fantasea con “algún día tener la casa propia”. El boxeador de 22 años entrena seis días a la semana, doble turno. Entrenamiento, respeto estricto de las burbujas por coronavirus, buena alimentación y descanso son parte de las exigencias de la disciplina del equipo del que “Bebu” forma parte. Tienen un objetivo claro: cosechar una medalla para Argentina en los Juegos Tokio 2020 (se respetó el nombre a pesar de la suspensión del año pasado). “Ya estamos a un paso y hay que estar al 100 por ciento. Yo creo que vamos a dar que hablar. Es una oportunidad que se da una vez en la vida y la vamos a aprovechar”, destaca el pugilista al Suplemento Universidad.

Del ring al Zoom 

Pero ese no es el único desafío que tiene en la cabeza. Este año la pandemia y la virtualidad le permitieron anotarse en la carrera de Educación Física de la UNAHUR. “Me anotó mi novia que también estudia ahí”, señala. En su primer cuatrimestre, promocionó dos materias y prepara el final de la tercera. “Siempre quise estudiar, desde que terminé el secundario, a los 19, pero justo ahí llegó la selección, los viajes, los campos de entrenamientos y se me complicaba porque era presencial. La verdad que la virtualidad me favoreció”, comenta quien competirá en la categoría de 75 kilos.

Si bien los entrenamientos son duros, Verón no le pierde pisada al estudio y afronta su nuevo desafío con la misma tenacidad que busca el K.O en cada una de sus peleas: “Por suerte me está yendo bien en los dos frentes. Es muy difícil después de entrenamientos tan intensos ponerse a estudiar, pero yo me propuse llegar a los Juegos y hacer la facultad y estoy a un paso de lograrlo”. Para el atleta, ambas actividades, lejos de anularse, se retroalimentan. “El entrenamiento me sumó mucho conocimiento para el estudio. Entrenar con la selección me hizo aprender muchas cosas que después apliqué en la carrera; y el estudio me ayudó a abrir la cabeza, a poder pensar las cosas desde otro lado. Siempre con disciplina, que es algo fundamental en los dos ámbitos”, asevera.

Sabe que lo que viene es lo máximo a lo que puede aspirar un deportista de elite, y sabe también que la oportunidad le llega en su mejor momento. Pero más allá del resultado que consiga en Tokio, su intenciónes seguir estudiando, aunque según explica, dependerá mucho que la “universidad permita seguir cursando a distancia”, ya que la mayoría de las peleas son fuera del país y eso te “obliga a rendir remoto”.

A pesar de ser una de las promesas del boxeo argentino, y uno de los protegidos del “Chino Maidana”, quien lo tiene en su compañía CMP (Chino Maidana Promotions), él continua con su vida normal ,ayudando a su familia en todo lo que puede. “Bebu” es un chico más del “barrio Lanzone”, donde vive con sus padres y cuatro de sus ocho hermanos, de los cuales los seis varones son boxeadores. Además es remisero y cuando puede atiende el almacén familiar. “Todavía vivo con mis papás. Ayudo en todo lo que haga falta, no sólo con los ingresos de las peleas sino aportando en el almacén y con el remís”. Sus objetivos no cierran solo en su carrera deportiva y universitaria: sueña con su techo propio. “Yo sé que la casita se va a dar algún día, es mi sueño más allá del deporte”, cuenta con una voz que se va llenando de colores cuando habla de ese proyecto, al que entiende como“el objetivo de todos los que la pelean de abajo”.

Las palabras parecen atropellarse víctimas de su entusiasmo. Pero llevan un orden claro. Verón sabe a dónde va y se prepara para eso. Casi orgánicamente, por cada cosa que se proyecta te dice cómo lograrla. En su discurso, soñar y materializar esos desafíos son dos constantes que se concatenan y de esa forma, entre guantes y zoom de estudios, le gana el centro del ring a la vida. Las medallas parecen esperarlo en Tokio, en José León Suárez y en la facultad.

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