Caleb Plant y la promesa que le hizo a su hija el rival de Canelo

Muy pocos dan crédito a Caleb Plant de cara a su combate frente a Saúl ‘Canelo’ Álvarez en la madrugada del próximo sábado a domingo. El mismo Mike Tyson considera que el púgil mexicano va a “descuartizar” al estadounidense en el duelo del que saldrá el primer campeón indiscutido del supermedio. Como ya pasó en su anterior unificación, ante BJ Saunders, Canelo está mucho mejor colocado en las apuesta que en ‘Sweethands’.

Sin embargo, al de Ashland City (Tennessee), que comenzó a boxear a los nueve años, hay que tenerlo muy en cuenta. Es fácil apostar por un Álvarez en su plenitud, sin duda en el mejor momento de su carrera. Además, el mexicano se ha tomado este combate como algo personal y quiere aplastar a Plant como sea, pero el estilo del americano se lo va a poner difícil. Si Caleb, de 29 años y con 90 victorias como amateur, es capaz de imponer su estrategia, el de Guadalajara puede tener difícil ‘cazarlo’ antes del último tañido de la campana.

Plant es muy escurridizo y defensivamente es a priori el mejor al que se ha medido desde Mayweather. ‘Sweethands’ no tiene nada que ver con Kovalev o Callum Smith en este sentido y además es un gran contragolpeador. Veremos un combate de dos estilos muy distintos, aunque en lo que sí se parecen los dos protagonistas de la pelea es en sus orígenes humildes.

En el caso de Plant, fue su buena carrera amateur la que lo alejó de un barrio en el que imperaba la criminalidad. Su padre, Richie Plant, construyó un pequeño ginmnasio de calidad muy limitada y con un ring que estaba marcado en el suelo con cinta adhesiva. Fue reserva por EEUU de cara a los Juegos de 2012. Justo cuando su carrera profesional comenzaba a rodar, su hija Alia Jean Plant, de 19 meses, falleció un 29 de enero de 2015. La pequeña padecía una enfermedad neurológica que los médicos no supieron diagnosticar con exactitud, y que le provocaba “un mínimo de 150 convulsiones al día”, según narraba el boxeador.

La pareja de Plant, Carman Jean Briscoe-Lee, fue quien más cuidó de su hija durante todo aquel periplo, si bien Caleb básicamente alternaba los campos de entrenamiento con el hospital, hasta que un día los médicos le advirtieron de que la vida de su hija se estaba apagando. “Cancelé una pelea en Filadelfia. Fui a verla y le dije: ‘Han sido 19 meses largos y sé que tienes que estar cansada. Si estás cansada de esto y ya no quieres seguir así, entonces tu padre te apoya y yo estaré aquí”, contaba a The Mayweather Channel el campeón. Aquel año 2015, dos meses después, el púgil también perdió a su madre, con problemas mentales, que murió tiroteada por un policía tras amenazar con un cuchillo a unos sanitarios cuando era trasladada en una ambulancia.

En enero de 2019 al fin pudo cumplir la promesa que le hizo a su hija tras derrotar a José Uzcátegui. “Le prometí que me convertiría en campeón mundial y que le llevaría este título, y eso es exactamente lo que voy a hacer de regreso a Tennessee”. Cumplió, como luego mostró en redes sociales.

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