El día que Óscar de la Hoya trató de conseguir el mismo logro que Canelo y cayó fulminado

Numerosos pugilistas han buscado la gloria a través de diversas formas. Hay quienes se consagran conquistando títulos en categorías diferentes, pero solo unos cuantos han recolectado todos los cinturones de una sola división. Aunque Canelo Álvarez se convirtió en el más reciente campeón indiscutido, un personaje con quien ha entablado una rivalidad intentó el mismo objetivo en 2004. Óscar de la Hoya pudo haber sido el primer campeón indiscutido de la historia, pero un poderoso gancho de Bernard Hopkins lo envió a la lona.

Con el título de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) en su poder, el Golden Boy tuvo la oportunidad de arrebatarle sus cuatro fajillas de peso mediano al estadounidense Bernard Hopkins el 18 de septiembre de 2004. El escenario era magnífico, pues el MGM Grand de Las Vegas, Nevada, que años después vería la coronación de Canelo, acaparó los reflectores para una de las peleas más relevantes del año.

El mexicoamericano contaba con ciertos aspectos a su favor. Luego del Oro conseguido en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, consolidó una fructífera carrera como profesional y, hasta ese compromiso, había obtenido 37 victorias a cambio de cuatro derrotas. Por el contrario, Hopkins, con más experiencia, ya contaba con 45 victorias en su haber, así como los títulos del Consejo Mundial (CMB), Asociación Mundial (AMB), Federación Internacional de Boxeo (FIB) y The Ring.

Los dos pugilistas se dieron cita la noche de aquel sábado. El joven Óscar de la Hoya buscaba dar la sorpresa y dio atisbos de una posible victoria durante los primeros tres rounds. El mexicoestadounidense tomó las riendas del pleito y doblegó al veterano Hopkins. En ese momento, la afición mexicana se ilusionó con una posible victoria del medallista olímpico.

Las tarjetas le dieron la victoria a de la Hoya y el rostro de Hopkins dio cuenta de ello. No obstante, la experiencia del estadounidense se impuso en los siguientes episodios. De esa forma, desde el cuarto capítulo, la balanza comenzó a desfavorecer al Golden Boy. Aunque la intensidad del combate y la cantidad de golpes satisfactorios disminuyó, Bernard comenzó a ser superior a su adversario.

El quinto episodio evidenció la desubicación de Óscar en el cuadrilátero. Confiado en los campanazos que señalan la cuenta regresiva de los diez segundos, bajó su guardia por algunos instantes y Bernard conectó un jab que lo hizo trastabillar hasta recargarse en las cuerdas. Fue así que la afición comenzó a emocionarse al notar el regreso que estaba protagonizando su boxeador.

Bernard Hopkins se convirtió en el primer campeón indiscutido de la historia (Foto: Reuters)Bernard Hopkins se convirtió en el primer campeón indiscutido de la historia (Foto: Reuters)

Al notar que la pelea se le salió de control, De la Hoya comenzó a caer en desesperación. Sus golpes fueron lo suficientemente predecibles como para que el rival se diera el lujo de desmayar su guardia en algunos momentos. A pesar de ello, logró imponer las nuevas reglas de la batalla y alejar a Óscar de conseguir la milagrosa victoria por la que apostó gran parte del público.

La técnica del abrazo se volvió más recurrente a pesar de la reducida cantidad de golpes. Sin embargo, no hubo grandes momentos para descansar. Cuando los boxeadores parecían darse un respiro, aparecían los gritos del público apoyando, mayoritariamente a Óscar de la Hoya, El impulso no surtió efecto sobre el mexicoamericano y en el noveno asalto vino la fatídica derrota.

Al filo de los dos minutos, la distancia entre ambos boxeadores se rompió. El referee acudió a reprenderlos y exhortarlos a pelear en vez de abrazarse. La interrupción desconcentró a De la Hoya. Con un minuto y 30 segundos en el reloj, Hopkins apostó por los ganchos y, cuando llevó a su rival contra las cuerdas, conectó un potente golpe al hígado. De inmediato, Óscar se doblegó y cayó al suelo.

Óscar de la Hoya tomó un descanso de dos años antes de volver a ponerse los guantes tras su fatídica derrota (Foto: Caroline Brehman/EFE)Óscar de la Hoya tomó un descanso de dos años antes de volver a ponerse los guantes tras su fatídica derrota (Foto: Caroline Brehman/EFE)

El gesto de dolor en su rostro era novedad. El prometedor pugilista no aguantó el daño en la zona hepática y se retorció por la lona. El referee terminó la cuenta hasta diez, pero no volvió a ponerse de pie. Así fue que perdió la primera pelea por nocaut en su carrera y la oportunidad de pasar a la historia como el primer campeón indiscutible desde la existencia del CMB, AMB, OMB y FIB.

La derrota lo obligó a tomar un prolongado descanso de dos años, aunque su desempeño no volvió a ser el mismo. Mientras tanto, el nuevo monarca realizó una defensa exitosa del cetro, aunque al enfrentar a Jermain Taylor, en 2005, cedió el privilegio y el segundo campeón indiscutido de la historia ingresó a la selecta lista.

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