Kambosos, Haney y un entuerto por resolver en 2022

Las duplicidades de cinturones en los organismos embarran la comprensión del espectador de boxeo. La WBA, tras la advertencia de la Asociación de Comisiones Atléticas de Estados Unidos, ha reculado y está intentando dejar un solo campeón por división. Por su parte, el Consejo Mundial de Boxeo se había sacado de la manga el ‘Campeón Franquicia’. Ese cinturón estaba destinado a grandes campeones. Canelo Álvarez y Vasyl Lomachenko eran los únicos con ese galardón. La subida de pesos del mexicano ha hecho que en su caso nada moleste, el problema vino con el ucraniano.

El cinturón Franquicia no se podía exponer. La única excepción era una revancha. Por tanto, según las normas del WBC, Lomachenko seguía siendo el dueño de ese cinturón pese a perder contra Teófimo. López solo podría ganarlo si vencía en la revancha. Nunca se dio esa secuela y tampoco importó, porque nada más acabar el pleito Teófimo lució el cinturón verde y oroDe nuevo pasó lo mismo con Georges Kambosos (se impuso a López). Es decir, en dos combates todo perdió su sentido y deja un entuerto curioso. Para la mayoría de los expertos en la materia, el australiano es el máximo campeón en todos los organismos. Es de justicia, pero con el reglamento en la mano, el campeón WBC es Devin Haney. Un combate entre ambos resolvería una polémica generada de manera absurda.

La manera de acabar con todo esto es un combate entre Kambosos y Haney. El australiano es agente libre, por ello Matchroom le quiso camelar desde el primer momento. Puso a Georges a comentar el último combate de Devin y después cruzaron palabras. Todo apunta a que se verán, y Eddie Hearn, en una entrevista publicada el día de Nochebuena dio continuidad a esa sensación. “Devin Haney tiene una pelea por hacer, George Kambosos. Será en Australia en abril o mayo por el verdadero campeonato mundial indiscutible del peso ligero. Vamos a hacerlo“, apuntó en IFL TV. El mandamás de Matchroom asegura que tiene una oferta que el australiano no podrá rechazar. Habrá que ver como cristaliza todo, pero el entuerto parece que se resolverá pronto. El ring hablará y lo que dictan las dieciséis cuerdas no se debe enmarañar en los despachos.

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