Antonio Margarito, el campeón que dilapidó su carrera por tramposo y burlón

Antonio Margarito, ´El Tornado de Tijuana´, fue un boxeador temible en peso welter y súper welter. Quizás el registro final de su carrera profesional, 41-8, no sea un reflejo exacto de su jerarquía, pero sí hace ´honor´ a su comportamiento hacia el final de su carrera, cuando hubo dos eventos particulares que marcaron su destino y su relación con la afición: la trampa en su vendaje en la primera pelea ante Miguel Cotto y la tremenda paliza sufrida ante Manny Pacquiao luego de haberse burlado de su entrenador.

El 26 de julio de 2008 Antonio Margarito está en el punto más alto de su carrera, había ganado por demolición al boricua Miguel Cotto y el mundo del boxeo se rendía a sus pies. Había puesto de rodillas, literalmente, al favorito de la pelea y pasaba a ´jugar´ en las grandes ligas. ´El Tornado de Tijuana´ ganó por TKO11 al favorito y despertó a una afición mexicana que comenzaba a extrañar a Érik ´El Terrible´ Morales y Marco Antonio Barrera.

Su triunfo fue tan inesperado que comenzaron a elucubrarse algunas teorías que, al principio, parecían alocadas y generadas por la falta de grandeza del Team Cotto para aceptar la derrota. Una imagen del festejo de Margarito, ya sin guantes, mostraba un defectuoso vendaje, pero no se pudo comprobar la ´trampa´; pero la semilla de la desconfianza ya estaba sembrada.

Su primera defensa del título arrebatado al puertorriqueño, el título wélter de la Asociación Mundial de Boxeo, fue ante Shane Mosley el 24 de enero de 2009. Luego de la pelea de semifondo los espectadores presentes en el Staples Center de Los Ángeles comenzaron a impacientarse por la tardanza de los Mosley Margarito. El entrenador del retador estadounidense, Naanzim Richardson, había ido a presenciar el protocolo del vendaje del mexicano y se había dado cuenta de una sustancia extraña en las manos del tijuanense. Debieron cambiar el vendaje y el que retiraron quedó a resguardo de la comisión de California que confirmaría más tarde qué, efectivamente, era yeso. Por lo que el entrenador de MargaritoJavier Capetillo, fue suspendido de por vida para ejercer en el estado de California“La conducta de los señores Margarito y Capetillo fue inaceptable. La sustancia representaba un peligro a la salud de contrincante. Es muy grave pelear con sustancias en los guantes que puedan lastimar a boxeadores de manera ilegal”, dijo a la prensa Luis Farías, portavoz de la Comisión Atlética de California.

Como si fuese un acto de justicia poética y/o deportiva Mosley lo sacó en nueve vueltas y por TKO, dándole una verdadera paliza. Pero allí no terminaría la venganza del destino.

En mayo de 2010, en su regreso a los cuadriláteros, logró una victoria por UD ante su compatriota Roberto García en la Monumental Plaza de Toros de Aguascalientes. Seis meses después estaba ante la posibilidad de redención deportiva de su vida, debería enfrentar a Manny Pacquiao en el Cowboys Stadium de Arlignton, en Texas. Pero su tono burlón le jugó una muy mala pasada y la afición ya no lo perdonó, se mofó de la dificultad para hablar de Freddie Roach, entrenador del super campeón filipino que padece Parkinson.

Pacquiao subió al cuadrilátero dispuesto a destrozar a Margarito y lo logró, incluso se llegó a especular que no lo noqueó para extender lo máximo posible el castigo. Pac-Man ganó por UD y las tarjetas de los jueces fueron lapidarias:  Glen Rick Crocker 110-118, Juergen Langos 108-120 y Oren Shellenberger 109-119. Luego del combate debió ser intervenido quirúrgicamente por la fractura del hueso orbital del ojo derecho, producto del daño sin piedad infringido por el filipino.

Luego de eso sólo quedaba un intento con mínimas posibilidades, vencer a Miguel Cotto en una revancha. Pero el puertorriqueño, que siempre defendió su hipótesis de la trampa de Margarito en la primera pelea, tomó el segundo combate como una posibilidad de oro para demostrar su superioridad.

 

Los médicos de la pelea no le permitieron salir al onceavo round luego de constatar el daño severo en su ojo derecho, en las tres tarjetas oficiales de los jueces iba perdiendo por 89-82.

Aquella pelea con Cotto lo alejó del deporte profesional. pero tuvo una vuelta seis años después y entre 2016 y 2017 hizo tres peleas más ante rivales de poca jerarquía. Su legado y su nombre siempre quedarán manchados por la ´trampa´ y la paliza ante Pacquiao.

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