Marcos Maidana: “Gracias al boxeo salí del barro y llegué a la cima”

“Salí del barro y llegué a la cima”, dijo con convicción Marcos Maidana, ex doble campeón ligero y welter de la Asociación Mundial de Boxeo ante un auditorio compuesto por jóvenes pugilistas, entrenadores y amantes de la actividad que lo escucharon con atención en el auditorio del Museo Nacional de Bellas Artes donde brindó una charla y dejó sabias enseñanzas.

El Chino -que este viernes por la noche también participó en el Parque Central del festival que organizó la Federación Neuquina de Box- resumió lo que significa para él haber salido de un pueblo humilde y alcanzar la gloria.

“Cualquier deporte es bueno. Nosotros hablamos de boxeo porque es lo que elegimos hacer. A mí me sacó de abajo, le pude dar educación a mis tres hijos y ahora estoy feliz de la vida y agradecido así que vamos a seguir luchando hasta que saquemos unos cuantos campeones”, se ilusionó el ex pugilista hoy devenido promotor de Boxeo al frente de la empresa Chino Maidana Promotion.

“Estamos trabajando muy bien por todo el país en busca de talento” dijo. Durante la exposición dejó en claro que el boxeo es una “actividad difícil” y que requiere un “profundo compromiso”.

“Lo que le quiero decir a la juventud que el boxeo es un deporte durísimo porque se entrena muy fuerte. Para estar ahí arriba tenes que estar bien entrenado sino todo te va a costar más”, aconsejó.

Recordó también su infancia de carencias y como el cruce casual con el deporte de los puños le cambió la vida. “Crecí en un pueblo (Margarita, Santa Fe). Mi infancia fue en un campo. Ahora me pongo a pensar todo lo que viví en ese momento fue muy lindo”, contó.

“Hubo un entrenador, Ricardo Linares que llegó al pueblo. Como no miro tele ni sabía lo que era el boxeo y tampoco conocía los guantes. Fui a acompañar a un amigo y le pregunté a este entrenador si podía practicar. Ya a la semana me puso a pelear. El boxeo deja un oficio. Por ahí muchos no llegan pero pueden ser entrenadores en cualquier lado del mundo. Ir a un gimnasio ponerse las manoplas y enseñar y ya tienen un trabajo”, dijo.

“Además, -agregó- es un deporte que saca a los chicos de la calle y yo di un ejemplo. Lleve adelante una familia, tengo tres hijos a los que les doy todo y amigos. Y trato de fomentar eso para que a alguien le pase lo que me pasó a mí”, afirmó.

Sobre las razones de lo que pareció un prematuro retiro a los 31 años dijo: “Después de las peleas con Mayweather descansé un tiempo y me gustó estar tranquilo. Claro que la familia también influyó porque quería estar más con ellos. Decidí retirarme porque si seguía por ahí tenía que pelear con Pacquiao (Manny) o Canelo Alvarez y perder por nocaut. Y Bueno quería despedirme sin haber perdido por nocaut”.

Sobre este punto contó una divertida anécdota. “Es la tercera vez que vengo a Neuquén. Las dos anteriores vine a pelear y en la primera vez que estuve aquí me han tirado y me han hecho un conteo. Casi me noquean, la pase bastante mal”, recordó con tono picaresco el Chino quien peleó dos veces aquí (2005) con el centenariense Omar León ganado ambas aunque -en la primera- el neuquino casi logra lo que ni el invicto Mayweather pudo conseguir.

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