Canelo Álvarez y Jermell Charlo presentaron la superpelea en la que deberán estar a la altura de las circunstancias

Pocas veces los protagonistas de una de las mejores peleas del año, como la que sostendrán el mexicano Saúl “Canelo” Alvarez y el estadounidense Jermell Charlo, acapararon roles de villanos resistidos, reprobados y refutados por la mayoría de nuestros compatriotas ligados al boxeo como en este caso. Y más llamativo resulta aún el motivo de estas aversiones; distantes de sus elogiables obras sobre el cuadrilátero, pero arraigadas a sus lenguas filosas y sus conductas agresivas, hirientes y ofensivas.

Ningún argentino podrá dejar de lado las declaraciones amenazantes y repudiables vertidas por parte de uno de estos hombres en cuestión, “Canelo” Álvarez, unificado campeón de los supermedianos (CMB, OMB, AMB y FIB) hacia el máximo ídolo argentino: Lionel Messi. Esto ocurrió tras el partido mundialista entre México y Argentina en Qatar 2022, y nadie pudo digerirlo todavía.

Tampoco es fácil olvidar la despreciativa verborragia del estadounidense Jermell Charlo, poseedor de todos los cinturones de la categoría mediano junior, hacia las tradiciones deportivas argentinas, expuesta con obscenidad y modales agresivos sobre el matancero Brian Castaño y sus seguidores en el match desquite acaecido en mayo de 2022, en Carson, California. La antipatía expuesta hacia nuestro país fue totalmente repudiable y a partir de allí se mostró esquivo en todo tipo de relaciones.

¿Qué derivación tendrá esto en Argentina? ¿Buen rating o indiferencia? El morbo y el odio son ingredientes -lamentablemente- consumidos en este deporte y fomentados por su industria. La dupla de estos chicos malos producirá un efecto atractivo para los fanáticos locales pese a todo lo expuesto. Aquí, la suma de sus talentos se impondrá a la repulsión que los caracteriza ante nuestros aficionados. Pese a que la reaparición de Canelo ante el inglés John Ryder, en mayo último, no despertó mayor interés en nuestro país –ni tampoco a nivel internacional– en esta ocasión todo será diferente. Tendrá una riesgosa oposición en los puños de Charlo, un campeón que desde los 69.850 kg ascenderá a la categoría de los 76.200 kg y utilizará, tal vez, un kilaje máximo de 73 kilos para este match. Y esto le dará otro matiz.

Los hombres veloces, de buena técnica y longilíneos como Charlo, 10 centímetros más alto que Canelo, siempre complicaron al mexicano. El norteamericano Daniel Jacobs, aprovechó esas ventajas y sólo le faltó decisión para batirlo en 2019. A Floyd Mayweather, con su estrategia y brillantez le sobró más de media pelea para vencerlo como quiso, en 2013.

¿Qué es Canelo hoy? Nadie puede precisarlo. ¿Dejo de ser el N°1? Probablemente. ¿Colmará de simpatizantes Las Vegas? Pocos lo saben. ¿Impondrá su mayor fortaleza o caducará ante los movimientos veloces de Charlo? Es parte de un comentario inquietante.

El gran lanzamiento del combate Canelo-Charlo, previsto para el 30 de septiembre en el T-Mobile, de Las Vegas, se produjo esta semana. Nueva York y Los Ángeles fueron las plazas escogidas para el round 0. Contrariamente a lo esperado, ambos se mostraron cautos, respetuosos y educados.

Comenzaron a consumir toda la presión de una temporada de grandes duelos. Ninguno falló y todos fueron buenos: Gervonta Davis noqueó a Ryan García; Devin Haney y Vasyl Lomachenko gestaron un peleón más allá del fallo; Naoya Inoue, el Monstruo japonés demostró todo su talento ante Stephen Fulton; Terrence Crawford y Errol Spence dejaron lo mejor de sí y los mexicanos Emanuel Navarrete y Oscar Valdez dieron vida a una página sobresaliente de duelos aztecas en cuadriláteros de Las Vegas.

Y todo esto pesa en las espaldas de Canelo y Charlo. Aquí las palabras estarán demás. Hará falta trabajo, talento y estrategia para salir airoso. Solo con lenguas filosas no se llegará muy lejos en este tipo de clásicos del ring.