Maravilla Martínez no se rinde y va una vez más por el campeonato mundial

Pasaporte y boarding pass en la mano. El celular siempre al rojo, en la otra. Aeropuerto de Ezeiza. Se acerca la clásica “Ultima llamada” para abordar el vuelo, en este caso a Madrid. Es el mediodía del jueves 24 de agosto. Hace apenas unas horas, Sergio “Maravilla” Martínez cargó en su bolso de mano un elemento extra: unas cuantas hojas de papel, denominadas desde ahora “Contrato”, para pelear, una vez más, por un campeonato mundial.

 

 

En este caso el de la International Boxing Organization (IBO), la misma entidad en donde reinó hasta hace poco Jeremías Ponce y en la que Martínez logró su primera corona internacional. Título mundial en juego. Rival: Etinosa Gowan Oliha, “El Chapo”, hijo de Nigerianos, nacido en Torino, Italia, 25 años, invicto como rentado, con 18 peleas todas ganadas, 8 por la vía categórica, de la Skull Boxe, entrenado por Davide Greguoldo. Lugar: Rietberg, Alemania. Fecha: sábado 25 de noviembre. Ya es oficial.

Maravilla Martínez anunció su pelea por el campeonato mundial IBO con el italiano Etinosa Oliha.SKULL BOXE

A los 48, Maravilla suma 57 peleas (32 KO), 3 derrotas, 2 empates.

“Esto es un sueño para mí”, dice. “Porque pensé que ya no iba a tener ninguna chance mundial. En el caso de la Asociación, una pelea con Erislandy Lara, el cubano, se estaba dilatando mucho y mis plazos, mis tiempos, son escasos. Por suerte, apareció esta pelea y por supuesto, la acepté, casi sin preguntar por la bolsa. No quiero irme del boxeo sin tener una chance. ¿Qué puedo perder? Sí, claro, que yo sepa en el boxeo como en otras actividades se gana y se pierde. Porque también puedo ganar, ¿O no?

Maravilla tiene 48 años, fue campeón IBO hace 20 años, 21 de junio de 2003. Según él, la corona más importante en significado que logró, porque fue en Inglaterra, porque fue ante un inglés, Richard Williams, tras haber sufrido una caída en la tercera vuelta en el M.E.N. Arena de Manchester y porque fue su primera gran conquista. La IBO no está entre las cuatro grandes entidades, queda en claro. De la misma forma en que Martínez también fue campeón mundial del Consejo Mundial.

Su última actuación fue en el Luna Park, el 21 de marzo, televisado por ESPN KNOCK OUT. Su rival, el colombiano Jhon Teherán no quiso pelear y se desplomó en el primer round. Para colmo, luego salió en un video denunciando que le habían “ofrecido 5.000 dólares para tirarse”. Luego se desdijo, asegurando en un segundo video que el problema real había sido con su propio manager. Pero dejó todo manchado.

“Como decimos en Argentina, no aclares que es peor”, dice. “Este tipo arruinó todo, porque ¿cómo voy a necesitar darle plata para que se tire, como dijo? Me entrené como un loco y no hizo nada de nada. Bueno, ya pasó, quedó atrás, ahora tengo un sueño y lo demás no me importa”.

Oliha vive en Asti desde los cinco años, fue campeón italiano amateur a los 19 y estuvo en los Estados Unidos haciendo de sparring de Badou Jack y Caleb Plant. El 1ro de julio de este año en Wuppertal, Alemania, le ganó al chileno Julio Álamos y logró la corona vacante IBO de los medianos, función transmitida por ESPN KNOCK OUT. En otra de fondo, Vicenzo Gualtieri le ganó por puntos a Esquiva Falcao, por el campeonato mediano vacante IBF.

“Es alto, peligroso con la derecha, es joven y es ambicioso, no será fácil”, dice Martínez, casi a punto de iniciar su camino hacia el avión. “Pero tengo experiencia, también soy ambicioso, tengo también mucho hambre de gloria y como es mi último tren, no lo voy a desperdiciar. Va a tener que matarme si quiere ganar”, dice.

 

Los italianos recuerdan campeones mundiales medianos como Nino Benvenuti, Sumbu Kalambay o Vito Antuofermo. A Oliha la comparación no le queda demasiado bien, pero es lo que hay.

 

Por un lado, un campeón joven que necesita un gran nombre en su carrera; por el otro, un ex campeón veterano que necesita otro cinturón en su carrera.

 

Será, seguramente, a todo o nada. Martínez carga el bolso de mano que ahora parece un poco más pesado, se dirige hacia el avión y cuando está por subir, decide no mirar atrás.

 

El esclavo de sus sueños está buscando, una vez más, hacerlos realidad, cueste lo que cueste.

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