Tommy Morrison, de protagonizar Rocky V y ser campeón mundial pesado, a tener un triste final
Por Julio Cantero
Su vida, tanto la particular como la deportiva, fue una auténtica montaña rusa. De origen humilde, desde muy joven peleó para ganar dinero y ayudar a su familia y, el poder de sus puños, lo llevaría al estrellato: se alzó con el certamen Guantes de Oro de Kansas como amateur y, además, se consagró campeón mundial pesado OMB al derrotar a una leyenda como George Foreman.
No solo eso: también disfrutó del encanto, glamour y fantasía de Hollywood ya que, con solo 21 años, protagonizó Rocky V, una de las películas de la icónica saga creada por Sylvester Stallone.
Pero cuando parecía tener el mundo a sus pies, las luces y la gloria le dieron paso a las sombras y el ocaso. Sus excesos, escándalos (¡llegó a estar casado con dos mujeres al mismo tiempo!), descontrol y livin’ la vida loca, más un examen positivo de VIH –que le dio un golpe devastador, mucho más demoledor que el de cualquiera de sus rivales sobre el ring–, hicieron que su carrera se desmoronara a la velocidad de la luz.
Aire de Santa Fe
DEPORTES | BOXEO
Tommy Morrison, de protagonizar Rocky V y ser campeón mundial pesado, a tener un triste final
Saltó a la fama cuando participó en una de las películas de la saga creada por Sylvester Stallone. Luego se coronó en la máxima categoría del boxeo y, cuando parecía que tenía el mundo a sus pies, su descontrolada vida –plagada de escándalos, excesos e, incluso, un diagnóstico de VIH– lo sumió en un progresivo y marcado declive, deportivo y personal, que lo llevó a la muerte cuando solo tenía 44 años.
30 DE AGOSTO DE 2023 – 06:46
Tommy Morrison, de protagonizar Rocky V y ser campeón mundial pesado, a tener un triste final
La descontrolada vida de Morrison lo sumió en un progresivo y marcado declive, deportivo y personal, que lo llevó a la muerte cuando solo tenía 44 años.
Por Julio M. Cantero
Su vida, tanto la particular como la deportiva, fue una auténtica montaña rusa. De origen humilde, desde muy joven peleó para ganar dinero y ayudar a su familia y, el poder de sus puños, lo llevaría al estrellato: se alzó con el certamen Guantes de Oro de Kansas como amateur y, además, se consagró campeón mundial pesado OMB al derrotar a una leyenda como George Foreman.
No solo eso: también disfrutó del encanto, glamour y fantasía de Hollywood ya que, con solo 21 años, protagonizó Rocky V, una de las películas de la icónica saga creada por Sylvester Stallone.
Pero cuando parecía tener el mundo a sus pies, las luces y la gloria le dieron paso a las sombras y el ocaso. Sus excesos, escándalos (¡llegó a estar casado con dos mujeres al mismo tiempo!), descontrol y livin’ la vida loca, más un examen positivo de VIH –que le dio un golpe devastador, mucho más demoledor que el de cualquiera de sus rivales sobre el ring–, hicieron que su carrera se desmoronara a la velocidad de la luz.
Thomas David Morrison nació en Gravette, Arkansas, el 2 de enero de 1969. Debutó como profesional en 1988 y, aunque nunca hubo certeza alguna, afirmaba que era sobrino nieto de Marion Robert Morrison, mundialmente conocido con el nombre artístico de John Wayne. Por eso lo apodaron The Duke (El Duque), al igual que el legendario actor.
Thomas David Morrison nació en Gravette, Arkansas, el 2 de enero de 1969. Debutó como profesional en 1988 y, aunque nunca hubo certeza alguna, afirmaba que era sobrino nieto de Marion Robert Morrison, mundialmente conocido con el nombre artístico de John Wayne. Por eso lo apodaron The Duke (El Duque), al igual que el legendario actor.
Tuvo un efímero regreso más de una década después de dicho test (aduciendo que era falso) pero, igual, los últimos años del paso de Tommy Morrison por este mundo fueron realmente penosos, con estadías en la cárcel incluida. Y aunque por momentos disfrutó de una gran popularidad y de los lujos con los que siempre soñó, terminaría perdiendo todo, al igual que su vida, la que llegó a su fin cuando solo tenía 44 años.
Un chico de pueblo
Thomas David Morrison nació en Gravette, Arkansas, el 2 de enero de 1969. Pasó su infancia y adolescencia en Jay, una pequeña localidad rural ubicada noreste del estado de Oklahoma. Pero el ambiente donde creció no fue el mejor: su padre, Tim (de raíces irlandesas y escocesas), era alcohólico y, su madre, Diane (descendiente de las etnias originarias estadounidenses ponca y otoe), había estado presa durante nueve meses acusada de un crimen en un bar. Este cóctel abonaba la habitual violencia en el hogar de los Morrison donde Tommy, muchas veces, debía interceder (y hasta defender) a su madre de las agresiones de su padre.
A fines de 1989, Sylvester Stallone (con él en la foto, frente al Philadelphia Museum) eligió a Morrison, que por entonces tenía 21 años, para interpretar el papel de Tommy The Machine Gunn en su película Rocky V, que se estrenó el 16 de noviembre de 1990.
A fines de 1989, Sylvester Stallone (con él en la foto, frente al Philadelphia Museum) eligió a Morrison, que por entonces tenía 21 años, para interpretar el papel de Tommy The Machine Gunn en su película Rocky V, que se estrenó el 16 de noviembre de 1990.
Cuando tenía 10 años, su progenitor lo impulsó a practicar boxeo y, tras ingresar por primera vez a un gimnasio para conocer los rudimentos de este deporte, su madre le tatuó un par de guantes en su brazo derecho, cerca del hombro. Que Tommy llegara a ser boxeador no resultaría una sorpresa para nadie: sus dos abuelos, su propio padre, dos tíos y hasta su hermano mayor, Tim, Jr. (que también pasaría varios años en prisión), lo habían practicado. Ávido por ganarse unos dólares y, de paso, ayudar en la economía familiar, a los 13 años (y con la complicidad de su madre) falseó sus documentos para poder participar de los combates del certamen conocido como Toughman (Hombre duro), cuya edad mínima para hacerlo era de 21. Con un seudónimo, el adolescente Tommy enfrentó a patovicas y miembros de pandillas de motociclistas –muchos de los cuales lo doblaban en edad– y, de las 15 peleas que realizó (algunas de cuyas bolsas ascendieron a 1000 dólares) en un lapso de dos años, perdió solo una.
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Tommy Morrison, de protagonizar Rocky V y ser campeón mundial pesado, a tener un triste final
Saltó a la fama cuando participó en una de las películas de la saga creada por Sylvester Stallone. Luego se coronó en la máxima categoría del boxeo y, cuando parecía que tenía el mundo a sus pies, su descontrolada vida –plagada de escándalos, excesos e, incluso, un diagnóstico de VIH– lo sumió en un progresivo y marcado declive, deportivo y personal, que lo llevó a la muerte cuando solo tenía 44 años.
30 DE AGOSTO DE 2023 – 06:46
Tommy Morrison, de protagonizar Rocky V y ser campeón mundial pesado, a tener un triste final
La descontrolada vida de Morrison lo sumió en un progresivo y marcado declive, deportivo y personal, que lo llevó a la muerte cuando solo tenía 44 años.
Por Julio M. Cantero
Su vida, tanto la particular como la deportiva, fue una auténtica montaña rusa. De origen humilde, desde muy joven peleó para ganar dinero y ayudar a su familia y, el poder de sus puños, lo llevaría al estrellato: se alzó con el certamen Guantes de Oro de Kansas como amateur y, además, se consagró campeón mundial pesado OMB al derrotar a una leyenda como George Foreman.
No solo eso: también disfrutó del encanto, glamour y fantasía de Hollywood ya que, con solo 21 años, protagonizó Rocky V, una de las películas de la icónica saga creada por Sylvester Stallone.
Pero cuando parecía tener el mundo a sus pies, las luces y la gloria le dieron paso a las sombras y el ocaso. Sus excesos, escándalos (¡llegó a estar casado con dos mujeres al mismo tiempo!), descontrol y livin’ la vida loca, más un examen positivo de VIH –que le dio un golpe devastador, mucho más demoledor que el de cualquiera de sus rivales sobre el ring–, hicieron que su carrera se desmoronara a la velocidad de la luz.
Thomas David Morrison nació en Gravette, Arkansas, el 2 de enero de 1969. Debutó como profesional en 1988 y, aunque nunca hubo certeza alguna, afirmaba que era sobrino nieto de Marion Robert Morrison, mundialmente conocido con el nombre artístico de John Wayne. Por eso lo apodaron The Duke (El Duque), al igual que el legendario actor.
Thomas David Morrison nació en Gravette, Arkansas, el 2 de enero de 1969. Debutó como profesional en 1988 y, aunque nunca hubo certeza alguna, afirmaba que era sobrino nieto de Marion Robert Morrison, mundialmente conocido con el nombre artístico de John Wayne. Por eso lo apodaron The Duke (El Duque), al igual que el legendario actor.
Tuvo un efímero regreso más de una década después de dicho test (aduciendo que era falso) pero, igual, los últimos años del paso de Tommy Morrison por este mundo fueron realmente penosos, con estadías en la cárcel incluida. Y aunque por momentos disfrutó de una gran popularidad y de los lujos con los que siempre soñó, terminaría perdiendo todo, al igual que su vida, la que llegó a su fin cuando solo tenía 44 años.
Un chico de pueblo
Thomas David Morrison nació en Gravette, Arkansas, el 2 de enero de 1969. Pasó su infancia y adolescencia en Jay, una pequeña localidad rural ubicada noreste del estado de Oklahoma. Pero el ambiente donde creció no fue el mejor: su padre, Tim (de raíces irlandesas y escocesas), era alcohólico y, su madre, Diane (descendiente de las etnias originarias estadounidenses ponca y otoe), había estado presa durante nueve meses acusada de un crimen en un bar. Este cóctel abonaba la habitual violencia en el hogar de los Morrison donde Tommy, muchas veces, debía interceder (y hasta defender) a su madre de las agresiones de su padre.
A fines de 1989, Sylvester Stallone (con él en la foto, frente al Philadelphia Museum) eligió a Morrison, que por entonces tenía 21 años, para interpretar el papel de Tommy The Machine Gunn en su película Rocky V, que se estrenó el 16 de noviembre de 1990.
A fines de 1989, Sylvester Stallone (con él en la foto, frente al Philadelphia Museum) eligió a Morrison, que por entonces tenía 21 años, para interpretar el papel de Tommy The Machine Gunn en su película Rocky V, que se estrenó el 16 de noviembre de 1990.
Cuando tenía 10 años, su progenitor lo impulsó a practicar boxeo y, tras ingresar por primera vez a un gimnasio para conocer los rudimentos de este deporte, su madre le tatuó un par de guantes en su brazo derecho, cerca del hombro. Que Tommy llegara a ser boxeador no resultaría una sorpresa para nadie: sus dos abuelos, su propio padre, dos tíos y hasta su hermano mayor, Tim, Jr. (que también pasaría varios años en prisión), lo habían practicado. Ávido por ganarse unos dólares y, de paso, ayudar en la economía familiar, a los 13 años (y con la complicidad de su madre) falseó sus documentos para poder participar de los combates del certamen conocido como Toughman (Hombre duro), cuya edad mínima para hacerlo era de 21. Con un seudónimo, el adolescente Tommy enfrentó a patovicas y miembros de pandillas de motociclistas –muchos de los cuales lo doblaban en edad– y, de las 15 peleas que realizó (algunas de cuyas bolsas ascendieron a 1000 dólares) en un lapso de dos años, perdió solo una.
Con su papel de Rocky V, un joven Morrison disfrutó del encanto, glamour y fantasía de Hollywood. Si bien las críticas no fueron las mejores –ya que a los fans de todo el mundo no les gustó el argumento, amén de que fue la película que menos recaudó en la historia de esta franquicia–, su popularidad y cuenta bancaria crecieron geométricamente.
Con su papel de Rocky V, un joven Morrison disfrutó del encanto, glamour y fantasía de Hollywood. Si bien las críticas no fueron las mejores –ya que a los fans de todo el mundo no les gustó el argumento, amén de que fue la película que menos recaudó en la historia de esta franquicia–, su popularidad y cuenta bancaria crecieron geométricamente.
Su paso por la escuela secundaria, donde se granjeó la amistad de sus compañeros (y, por su imponente contextura física, el respeto también), lo mantuvo alejado de todos los problemas y las dificultades en su hogar. En 1988, cuando terminó la misma, le ofrecieron una beca y la oportunidad de jugar al fútbol americano para la Universidad Estatal de Emporia pero, solo dos días antes del inicio de la pretemporada, decidió dedicarse al boxeo y se mudó a Kansas City para comenzar su carrera pugilística.
Su trayectoria amateur
Su crecimiento se dio a pasos acelerados y, en ese mismo 1988, ganó el título Guantes de Oro del estado de Kansas en la categoría pesado y, a nivel nacional, en el certamen organizado en Omaha, Nebraska, llegó hasta las semifinales, donde cayó por puntos ante Derek Isaman. Dos semanas más tarde, participó en el preolímpico del Oeste en Houston, Texas y, tras adjudicarse el mismo (con la yapa de ser elegido como el Mejor Boxeador del certamen), avanzó a la instancia nacional. Pero el sueño de representar a su país en los Juegos de Seúl 1988 llegó a su fin el 6 de julio, cuando Ray Mercer (quien ganaría el oro en pesado en la capital surcoreana), lo eliminó en el selectivo de Concord, California.
La primera chance de Morrison de ceñirse la corona pesada llegaría en 1991, a los 22 años. El 18 de octubre, en el Jim Whelan Boardwalk Hall de Atlantic City, su sueño se hizo trizas en el 5º round cuando fue noqueado espectacularmente por Ray Mercer (foto), quien retuvo su cetro OMB por primera vez y, además, lo dejó sin invicto.
La primera chance de Morrison de ceñirse la corona pesada llegaría en 1991, a los 22 años. El 18 de octubre, en el Jim Whelan Boardwalk Hall de Atlantic City, su sueño se hizo trizas en el 5º round cuando fue noqueado espectacularmente por Ray Mercer (foto), quien retuvo su cetro OMB por primera vez y, además, lo dejó sin invicto.
Morrison concluyó su carrera como aficionado con un asombroso récord de 290 victorias y solo 21 derrotas, con 263 nocauts. Aunque la mayoría de estos combates fueron contra púgiles locales en el área de Delaware, demostró el gran poder de su pegada, la que le abriría todas las puertas camino al título mundial, su máxima aspiración.
Su debut profesional
Entre el cierre de su campaña amateur y su salto al campo rentado, Tommy comenzó a difundir entre sus conocidos y en el mundo del boxeo que, por parte de su padre, era sobrino nieto de Marion Robert Morrison, quien fuera mundialmente conocido con el nombre artístico de John Wayne.
Aunque jamás hubo certeza alguna de esta supuesta relación familiar, entre él y sus entrenadores decidieron que su apodo sería The Duke (El Duque), que era el mismo del legendario actor (que era blanco, medía 1,93 metro y pesaba 110 kilos, características muy similares a las de Morrison, que solo era 5 centímetros más bajo y, su peso promedio, oscilaba entre los 100 y 102 kilos), y que ganara el Oscar en 1969 por su magnífica actuación en el western True Grit.
Morrison debutó como profesional el 10 de noviembre de 1988 y le GKO 1 a William Muhammed en el Felt Forum de Nueva York. Durante el año siguiente, disputó 19 peleas, ganando todas y, a 15 de sus rivales, los noqueó en el primer round.
Tommy era una topadora con guantes y, además de comenzar a protagonizar veladas televisadas en la cadena ESPN, muchos se ilusionaron con que Morrison encarnara una nueva Great White Hope (Gran Esperanza Blanca) entre los pesados.
La Gran Esperanza Blanca
Durante décadas, el boxeo se obsesionó con la idea de que, incluso cuando las cosas iban bien, sería mejor si un blanco fuera el dueño del título de la máxima división. Esta “tradición”, racista a todas luces, comenzó en el siglo XIX con John L. Sullivan y continuó con Jim Jeffries.
Producto de su tiempo, algunos de estos hombres parecían creer genuinamente que eran defensores de sus compatriotas blancos, mientras que otros eran indiferentes a estas cuestiones de raza, ya que se sentían incómodos por el modo con el que eran vistos y no comulgaban con esta repudiable creencia.
Sullivan dijo: “No pelearé contra un negro. Nunca lo hice y nunca lo haré” y, su sucesor, Jeffries, recalcó: “Cuando no queden hombres blancos para pelear, dejaré el boxeo”. Cumplió su palabra, retirándose invicto en 1904.
Pero volvió seis años después para tratar de destronar al formidable Jack Johnson, el primer campeón mundial pesado negro y, ante el moreno oriundo de Galveston, la Gran Esperanza Blanca que representó Jeffries terminó recibiendo una paliza inmisericorde el 4 de julio de 1910 en Reno, Nevada.
Johnson resignó la corona ante Jess Willard (blanco), y lo sucedieron otros dos: Jack Dempsey y Genne Tunney y, entre monarcas que solo fueron estrellas fugaces, llegó la era del gran Joe Louis, el Bombardero Café, quien reinó durante más de una década y expuso exitosamente su corona en 25 oportunidades, récord vigente a la fecha.
El siguiente nuevo rey que dejó una gran legado era blanco: Rocky Marciano y, en la década de 1960, surgió otro fenomenal campeón, pero negro: Cassius Marcellus Clay, o Muhammad Ali.
La siguiente Gran Esperanza Blanca fue Gerry Cooney pero, el duro Larry Holmes, lo noqueó a principios de los 80 y mantuvo la corona pesada en poder de un púgil negro. ¿Y quién se adueñó del cetro de la máxima categoría en 1986? Mike Tyson, quien sería destronado en 1990 por Buster Douglas, negro como Iron Mike.
Entonces y, a fuerza de anestesiar rivales en fila, un joven noqueador que había debutado en 1988 fue considerado la nueva Gran Esperanza Blanca: era Tommy Morrison. Pero, antes de ir por el cetro pesado, el llamado telefónico de un productor cinematográfico haría que, en los meses siguientes, se convirtiera en uno de boxeadores más famosos del mundo. Y sin subir a un ring real.
Su papel en Rocky V
Su papel en Rocky V
En septiembre de 1989, se anunció que Sylvester Stallone estaba buscando un boxeador para interpretar el papel de Tommy The Machine Gunn para su película Rocky V.
Frank Stallone, hermano de Sylvester y fanático del boxeo, vio combatir a Morrison y, poco después, el invicto pesado fue elegido y contratado para interpretar al joven protegido de Rocky Balboa en la quinta entrega de esta saga cinematográfica, por lo que la real carrera profesional de Tommy tuvo un paréntesis de seis meses.
La película se estrenó el 16 de noviembre de 1990 y, si bien las críticas no fueron las mejores –ya que a los fans de Rocky en todo el mundo no les gustó el argumento de la misma, amén de que fue la que menos recaudó en la historia de esta franquicia–, la popularidad de Morrison, y su cuenta bancaria, crecieron geométricamente.
Su primera derrota y el título mundial
La chance de Morrison de ceñirse la corona pesada llegaría en 1991, a los 22 años. Antes de ir por la misma, en esa misma temporada disputó cuatro peleas, con sendas victorias antes del límite y, a la hora de ir por el título, su récord era de 28-0 (24 ko).
El campeón era otro invicto: el moreno Ray Mercer (el mismo que lo había eliminado en la clasificación para los Juegos de Seúl 1988), de 30 años, con un registro de 17-0 (12 ko) y que se había convertido en el monarca pesado reconocido por la Organización Mundial de Boxeo el 11 de enero de ese año al GKO 9 al italiano Francesco Damiani (el primer campeón de la OMB de esta categoría).
El combate se disputó el 18 de octubre de 1991 en el Jim Whelan Boardwalk Hall de Atlantic City y, el sueño de Morrison, se hizo trizas en el 5º round, en el que fue noqueado espectacularmente por Mercer, quien retuvo su cetro por primera vez y, además, lo dejó sin invicto.
El combate se disputó el 18 de octubre de 1991 en el Jim Whelan Boardwalk Hall de Atlantic City y, el sueño de Morrison, se hizo trizas en el 5º round, en el que fue noqueado espectacularmente por Mercer, quien retuvo su cetro por primera vez y, además, lo dejó sin invicto.
Aunque le costó digerir la categórica derrota, Morrison se recuperó de la misma y ganó ocho peleas antes de disponer de su segunda oportunidad mundialista. La misma llegó el 7 de junio de 1993 y, el escenario de su consagración, fue el Thomas & Mack Center de Las Vegas, donde enfrentó por la corona OMB (vacante) al legendario George Foreman, de 44 años, 20 más que Tommy, que había sido campeón en la década del 70 y, tras varios años de retiro, volvió a los rings para intentar coronarse otra vez (lo que finalmente lograría en 1994).
Y, tras 12 asaltos, Morrison (cuya bolsa fue de 1.250.000 dólares) venció a Big George por puntos en fallo unánime, con tarjetas de 117-110 (Dalby Shirley), 118-109 (Jerry Roth), y 117-110 (Patricia Morse Jarman).
Otra vez, el stablishment del boxeo tenía en lo más alto a su Gran Esperanza Blanca. ¿Qué podía salir mal?
Por la inconducta de Morrison, todo saldría (y terminaría) mal.
Su autodestrucción
En el documental Tommy, estrenado en 2017 y que integra la producción 30 for 30 de ESPN, distintos testimonios de amigos y entrenadores revelaron que las malas compañías y el muy desordenado estilo de vida de Morrison –absolutamente alejado y opuesto al de un atleta de alto rendimiento– fueron minando progresivamente sus chances de trascender en un deporte tan duro y sacrificado como el boxeo.
Por Aire Digital Santa Fe