La ayuda menos pensada: cómo hizo el Toto Lorenzo para garantizarle el primer título mundial a Carlos Monzón

Promediaba el 12º round. Nino Benvenuti, el campeón y modelo lleno de glamour, ya había sentido el peso de los puños de su rival. Pero jamás imaginó que después del jab de izquierda llegaría la demolición: ese nocaut es uno de las imágenes más recordadas del boxeo mundial. Un argentino tocaba el cielo con las manos. Nada menos que Carlos Monzón. Lo que nadie sabía es que en ese momento, hace 53 años, un entrenador de fútbol fue quien garantizó el campeonato mundial del santafesino.

 

 

Juan Carlos Lorenzo fue el máximo ganador como técnico de Boca hasta la llegada de Carlos Bianchi. En tres años, desde 1976 hasta 1979, conquistó 5 títulos: bicampeonato del Metropolitano y Nacional del ‘76; y tres Copa Internacionales: las dos primeras Copas Libertadores del club, en 1977 y en 1978, y la primera Copa Intercontinental de su historia, en 1978. El Toto, tranquilamente, podría contar como propio aquel título de Monzón.

 

Cuando el Toto Lorenzo garantizó el título de Carlos Monzón

El 7 de noviembre de 1970 Carlos Monzón se consagró en Roma. Pero su preparación tuvo algunos problemas, sobre todo por sus manos. El Toto Lorenzo, en ese momento, era el entrenador de la Lazio. Y fue el empresario Juan Carlos Lectoure quien le pidió al DT su colaboración con su acotado grupo de trabajo.

Hasta la llegada de Carlos Bianchi, el Toto Lorenzo era el entrenador más ganador de la historia de Boca.
Hasta la llegada de Carlos Bianchi, el Toto Lorenzo era el entrenador más ganador de la historia de Boca.

“Tenía los nudillos de las manos muy inflamados. No podía ni calzarse los guantes. Recuerdo que el manager de Benvenuti me preguntó: ‘¿Cómo es que Monzón no tiene ni un raspón en la cara? ¿No peleó con nadie? Y yo le respondí: Mirá, no sé con quién peleó, pero este es el nuevo campeón mundial, te mata. Ojo que pega muy fuerte y con sus brazos largos no se le acerca nadie…”, contó años después Lorenzo.

En tal sentido, el DT argentino aportó: “El día anterior de la pelea, Carlos vino a mi casa y le pidió a mi esposa un consomé con dos yemas, porque no le gustaba la comida. Nora se lo preparó y él se lo llevó en un termito para el hotel. Lo noté muy tranquilo y confiado, con una fe extraordinaria. ‘Le prometo Toto que seré el nuevo campeón mundial, acá para todos soy punto. Le agradezco toda su ayuda’, me dijo. Y me dio un fuerte abrazo”.

 

“La pelea la vi por televisión en la concentración. Lazio jugaba de visitante contra el Bologna y estábamos en el hotel. Yo era el único que gritaba como un loco, fue una alegría enorme. Los italianos creían que venía a cumplir un trámite. Monzón en esa pelea era punto. Pero, a veces, el punto se hace banca…”, finalizó la anécdota Lorenzo.

En el libro “Mi verdadera vida”, el propio Carlos Monzón dio detalles de la ayuda de Lorenzo: “El Toto era nuestro asesor para todo: para comprar, para elegir lugares donde ir a caminar, para facilitarnos absolutamente todo cuanto le hace falta a una delegación. Es más, Lorenzo tuvo que ver con un punto fundamental: mi infiltración antes de la pelea”.

 

“En todas mis peleas necesité ponerle a mis manos Novocaína para no sentir el intenso dolor que me producía cada choque en el cuerpo o en la cabeza de mis adversarios. Cuando peleaba en la Argentina no había problemas porque se ocupaba Brusa. Pero en Roma se necesitaba otra cosa, algo que durara más tiempo, que fuera perfecto, que pudiera suministrarse en el más absoluto de los secretos. Tito habló con Lorenzo y este con el médico de la Lazio. Pero cuando el doctor vino a verme por primera vez, salió corriendo”, recordó el boxeador.

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La ayuda menos pensada: cómo hizo el Toto Lorenzo para garantizarle el primer título mundial a Carlos Monzón

El por entonces DT de la Lazio tuvo un rol fundamental en la previa de la pelea en Roma contra Nino Benvenuti, de la que se cumplen 53 años.

07 de noviembre 2023, 05:38hs

El 7 de noviembre de 1970, en Roma, Carlos Monzón entraba en la historia con este nocaut tremendo a Nino Benvenuti. Foto: AP.

El 7 de noviembre de 1970, en Roma, Carlos Monzón entraba en la historia con este nocaut tremendo a Nino Benvenuti. Foto: AP.

Promediaba el 12º round. Nino Benvenuti, el campeón y modelo lleno de glamour, ya había sentido el peso de los puños de su rival. Pero jamás imaginó que después del jab de izquierda llegaría la demolición: ese nocaut es uno de las imágenes más recordadas del boxeo mundial. Un argentino tocaba el cielo con las manos. Nada menos que Carlos Monzón. Lo que nadie sabía es que en ese momento, hace 53 años, un entrenador de fútbol fue quien garantizó el campeonato mundial del santafesino.

 

 

Juan Carlos Lorenzo fue el máximo ganador como técnico de Boca hasta la llegada de Carlos Bianchi. En tres años, desde 1976 hasta 1979, conquistó 5 títulos: bicampeonato del Metropolitano y Nacional del ‘76; y tres Copa Internacionales: las dos primeras Copas Libertadores del club, en 1977 y en 1978, y la primera Copa Intercontinental de su historia, en 1978. El Toto, tranquilamente, podría contar como propio aquel título de Monzón.

 

Cuando el Toto Lorenzo garantizó el título de Carlos Monzón

El 7 de noviembre de 1970 Carlos Monzón se consagró en Roma. Pero su preparación tuvo algunos problemas, sobre todo por sus manos. El Toto Lorenzo, en ese momento, era el entrenador de la Lazio. Y fue el empresario Juan Carlos Lectoure quien le pidió al DT su colaboración con su acotado grupo de trabajo.

 

Hasta la llegada de Carlos Bianchi, el Toto Lorenzo era el entrenador más ganador de la historia de Boca.

Hasta la llegada de Carlos Bianchi, el Toto Lorenzo era el entrenador más ganador de la historia de Boca.

“Tenía los nudillos de las manos muy inflamados. No podía ni calzarse los guantes. Recuerdo que el manager de Benvenuti me preguntó: ‘¿Cómo es que Monzón no tiene ni un raspón en la cara? ¿No peleó con nadie? Y yo le respondí: Mirá, no sé con quién peleó, pero este es el nuevo campeón mundial, te mata. Ojo que pega muy fuerte y con sus brazos largos no se le acerca nadie…”, contó años después Lorenzo.

 

 

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En tal sentido, el DT argentino aportó: “El día anterior de la pelea, Carlos vino a mi casa y le pidió a mi esposa un consomé con dos yemas, porque no le gustaba la comida. Nora se lo preparó y él se lo llevó en un termito para el hotel. Lo noté muy tranquilo y confiado, con una fe extraordinaria. ‘Le prometo Toto que seré el nuevo campeón mundial, acá para todos soy punto. Le agradezco toda su ayuda’, me dijo. Y me dio un fuerte abrazo”.

 

“La pelea la vi por televisión en la concentración. Lazio jugaba de visitante contra el Bologna y estábamos en el hotel. Yo era el único que gritaba como un loco, fue una alegría enorme. Los italianos creían que venía a cumplir un trámite. Monzón en esa pelea era punto. Pero, a veces, el punto se hace banca…”, finalizó la anécdota Lorenzo.

 

 

El resumen del triunfo de Carlos Monzón contra Nino Benvenuti en Roma, el 7 de noviembre de 1970.

 

En el libro “Mi verdadera vida”, el propio Carlos Monzón dio detalles de la ayuda de Lorenzo: “El Toto era nuestro asesor para todo: para comprar, para elegir lugares donde ir a caminar, para facilitarnos absolutamente todo cuanto le hace falta a una delegación. Es más, Lorenzo tuvo que ver con un punto fundamental: mi infiltración antes de la pelea”.

 

“En todas mis peleas necesité ponerle a mis manos Novocaína para no sentir el intenso dolor que me producía cada choque en el cuerpo o en la cabeza de mis adversarios. Cuando peleaba en la Argentina no había problemas porque se ocupaba Brusa. Pero en Roma se necesitaba otra cosa, algo que durara más tiempo, que fuera perfecto, que pudiera suministrarse en el más absoluto de los secretos. Tito habló con Lorenzo y este con el médico de la Lazio. Pero cuando el doctor vino a verme por primera vez, salió corriendo”, recordó el boxeador.

 

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Hasta que el Toto consiguió que dos médicos argentinos se animaran a pinchar a Monzón. “Alguien dijo que Lorenzo los consiguió de un hotel, ya que eran turistas que habían ido a Europa a descansar. Otros dijeron que eran médicos traumatólogos residentes en Roma. La cuestión es que uno me agarró una mano y el otro, la otra. Lorenzo había comprado todo: jeringas, Novocaína, alcohol, algodón y agujas. Cuando terminaron, después de unos diez minutos, salimos volando para el estadio”.

 

Después, historia conocida… En el Pallazo dello Sport, Carlos Monzón se coronaba como lo que después fue: uno de los mejores boxeadores argentinos de la historia.

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