Castaño en Francia: la necesidad del boxeo argentino y un recuerdo glorioso

Sin pensarlo ni quererlo, en muy poco tiempo el boxeador matancero Brian Castaño se convirtió en un pilar del boxeo argentino. Aún en formación, se encontró con una porción del título de campeón mundial mediano junior de la Asociación Mundial (AMB) en un período, todavía, nostálgico de los retiros del santafecino Marcos “Chino” Maidana y el bonaerense Sergio “Maravilla” Martinez, que elevaron a lo máximo las acciones del boxeo nacional en el último lustro.

Por Osvaldo Principi | La Nación

Sin embargo, desde que ganó la corona mundial interina frente al puertorriqueño Emmanuel De Jesús, en noviembre último, su invicta carrera de 16 combates (uno de ellos, contra el promocionado ruso Sergiy Derevyanchenko) quedó a la espera de lo que nunca se produjo: el interés de las principales empresas promotoras en incorporarlo a sus filas.

Sin el apoyo político y empresarial esperado, Castaño defenderá mañana su cinturón ante el marfileño Michael Soro, residente en Francia, en el Casino de Evián, una ciudad de 8000 habitantes limítrofe entre los Alpes franceses y Suiza.

La pelea, de doce asaltos, comenzará a las 16 de la Argentina (la televisará Fox 2) y constituirá el acto supremo en la carrera del boxeador bonaerense.

Castaño, de 27 años, es un peleador ordenado, sin gran estructura física para este peso (69,850 kilos) pero de buena formación técnica en el lanzamiento de combinaciones ofensivas que constituyen su carta de triunfo. De vasta experiencia amateur y con roce en el boxeo norteamericano consiguió afianzar en los últimos dos años una carrera que estuvo a punto de extinguirse en medio de contratiempos, depresiones y enfermedades.

Soro, de 29 años y dueño de un registro de 30 éxitos (20 KO) y un revés, lo aventaja en diez centímetros de estatura y en permanencia en el profesionalismo. En su trayectoria sobresalen sus victorias por KO sobre los argentinos Hector Saldivia y Javier Maciel y un intento mundialista fallido frente al ucranio Zaurbek Baysangurov en 2012. Ganó sus últimas siete presentaciones antes de tiempo y ello inquieta.

Castaño afrontará por primera vez un combate que no lo proyecta como favorito pese a su condición de campeón. Y este concepto abre un gran desafío a su realización inmediata; en caso de rever las lógicas que fundamentan el comentario previo a su primera defensa, se convertirá en el campeón atractivo y esperado en estos tiempos, en los que la “sucesión de consagrados” tiende a extenderse más allá de lo previsto.

El territorio francés cobijó una serie de históricas peleas de nuestro boxeo: desde las célebres del gran Carlos Monzón contra José “Mantequilla” Nápoles y Jean-Claude Bouttier hasta las del zurdo Julio César Vásquez frente a Ronald Wright y Laureant Boudouani. Por supuesto, el choque Castaño vs. Soro no alcanza ribetes equiparables a los de la grandeza de aquellos episodios, pero abre remembranzas esperanzadoras.

Hace 30 años, en territorio galo, el cordobés Santos “Falucho” Laciar emergió de la crisis de los ochentas: sin campeones mundiales en el país y ante el inminente cierre pugilístico del estadio Luna Park, se coronó bicampeón frente al bravísimo mexicano Gilberto Román en Reims, la capital del champagne, en una jornada grandiosa e inolvidable que cambió el rumbo de esa era pugilística argentina.

¡Ojalá alguien le cuente esa historia a Castaño! No le será fácil repetirla, pero haría algo consagratorio en caso de lograrlo. Y en ello asoma el gran objetivo de esta contienda complicada.

Vía lanacion.com.ar

Originally posted 2017-06-30 21:00:39.

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