“No te va a servir”: el desafiante gesto de Nicolino Locche a una leyenda de la televisión antes de su título

Nicolino Locche, “el Intocable”, llegó a la cima del boxeo cuando ganó su primer título mundial en la que fue su primera experiencia peleando fuera del continente. Las condiciones del nacido en Mendoza eran públicas, pero el hecho de enfrentar a Paul Fuji, uno de los más temidos de ese entonces y en condición de visitante, despertaba algunas dudas sobre si podría vencerlo.

 

 

Los periodistas Osvaldo Caffarelli, Ernesto Cherquis Bialo, y el locutor Cacho Fontana viajaron al Kuramae Kokugikan de Tokio para realizar la transmisión de Radio Rivadavia, en la noche que el boxeo argentino podía tener un nuevo campeón mundial. Allí, Nicolino Locche tuvo un desafiante gesto con una leyenda de la TV.

El 12 de diciembre de 1968, hace exactamente 55 años, Locche debía subirse al ring. A la espera del desafío, se alojaba en el hotel Akasaka Prince. Allí también estaban los enviados de Radio Rivadavia, con quienes el boxeador se cruzó en la previa del combate. Desde una mesa lindera, escuchó la conversación que tenían y se vio obligado a reaccionar.

Mientras los periodistas coordinaban cómo sería la transmisión, Cacho Fontana discutía con sus colegas la tanda que debía leer si Nicolino ganaba la pelea y la que saldría al aire si perdía. El intocable se acercó a la mesa de los periodistas, tomó los apuntes de Fontana y los rompió en su cara ante la sorpresa de los presentes.

“Me acerqué y le dije: ‘¿Permitime?, ¿cuál es el que tenés que leer si pierdo?, ¿Este? bueno, dámelo’. Y cuando sorprendidos me alcanzaron el papel con el texto lo rompí”, contó Locche en un texto que escribió para El Gráfico. “Antes de que nadie me recriminara nada di esta explicación: ‘¿Para qué vas a tener encima este papel si no te va a servir para nada?’”, concluyó.

El nacido en Tunuyán -el 2 de septiembre de 1939- no tenía dudas: iba a ganar la pelea y se llevaría el cinturón. Los meses de preparación junto a su entrenador Francisco Bermúdez le dieron la suficiente preparación para enfrentarse al temible Fuji. “Si usted me hace caso —me dijo— nos llevamos la corona antes de los 15 rounds”. ‘¿Por nocaut?’, le pregunté; “Sí, por nocaut”, me contestó Bermúdez”, relató Locche.

Cacho Fontana, la figura de la radio y la televisión que fue sorprendida por Nicolino Locche en Japón.
Cacho Fontana, la figura de la radio y la televisión que fue sorprendida por Nicolino Locche en Japón.

Así fue. La confianza reinaba en el ring, donde el boxeador argentino estaba totalmente descontracturado antes de iniciar la pelea. De hecho, contó una nueva infidencia con Fontana, con quien tenía una buena relación a pesar de haber roto sus apuntes.

“El Fuji tenía una cara de asesino bárbara. Y yo preferí mirar a Cacho Fontana, que estaba al lado del ring. Porque en el almuerzo Cacho se la pasó macaneando, imitando a todo el mundo y contando chistes. Yo lo veía y me acordaba de esos chistes. Quedé tentado de tal manera que mientras tocaban los himnos con la mirada nos comunicábamos”, admitió sobre los momentos previos a que suene la campana.

Nicolino Locche consiguió la tercera corona para el boxeo argentino

El estilo de Nicolino, y su apodo de Intocable, salieron a relucir esa noche. Fuji, que ya tenía los ojos cerrados por la paliza del argentino, no podía conectarlo. Locche bailaba en el ring y jugaba con su desesperación al esquivar todos los jabs que su rival intentaba conectar. La frustración acabó con un abandono y, por tanto, victoria por nocáut técnico.

El Intocable falleció el 7 de septiembre de 2005, a sus 66 años, producto de su deteriorada salud por su adicción al cigarrillo. (Foto: El Gráfico).
El Intocable falleció el 7 de septiembre de 2005, a sus 66 años, producto de su deteriorada salud por su adicción al cigarrillo. (Foto: El Gráfico).

Paul Fuji se retiró de la pelea antes de iniciar el décimo round. Su esquina decidió que no volviera a levantarse y se fue entre abucheos y objetos arrojados del Kuramae Kokugikan. Locche, que se fue en andas del estadio, sería recibido en la Argentina por una multitud, en un evento que quedó grabado en su memoria. El notable boxeador murió en su Mendoza natal el 7 de septiembre de 2005, cinco días después de haber cumplido 66 años.

“Gente, gente, más gente. Y yo arriba del carro de los bomberos. Pero lo más increíble fue ver al Luna Park de bote a bote a las cinco de la tarde”, contó el boxeador. El momento lo ameritaba: la Argentina tenía a su tercer campeón del mundo luego de Pascual Pérez y Horacio Accavallo.

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